Indiana Jones y la última cruzada
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En 1989, volvía Indiana Jones tras las dos aventuras precedentes filmadas con gran pulso por Steven Spielberg. Esta vez el arqueólogo más famoso del cine regresaba acompañado por su papá. De esto han pasado ya ¡más de 30 años! Hoy repasamos una de sus aventuras más legendarias en busca del Santo Grial, la mítica copa de Jesucristo. Pisando los talones de Indy también volvían los nazis. Damos paso a una película electrizante, con humor y repleta de set-pieces arrolladoras. Esto es ‘Indiana Jones y la última cruzada’.

“Es una nueva experiencia para mi” (Henry Jones)
“A mí me pasa a menudo” (Indiana Jones)

Crítica de Indiana Jones y la última cruzada

Desde el estreno deIndiana Jones y el templo maldito (1984), Steven Spielberg no quedó cómodo con el tono de aquella aventura. Aquel film rezumaba mucho humor y secuencias de gags físicos para contrarrestar sus oscuras escenas. De hecho, Spielberg ya no abogó por la idea de que Jones tuviese una nueva aventura con elementos fantasmagóricos. Esta era una de las ideas previas de George Lucas, que incluían castillos embrujados en Escocia y fantasmas.

Finalmente, Lucas dio en el clavo con la historia del Santo Grial. Aunque, inicialmente, a Spielberg tampoco le gustaba mucho. El realizador la veía similar al argumento deEn busca del arca perdida (1981), la primera entrega de la saga. Sin embargo, Lucas consiguió convencer a Spielberg introduciendo a la figura paterna de Indiana Jones, Henry Jones. Así pues, la búsqueda del Santo Grial equivalía también a la búsqueda y el reencuentro con su padre. Un progenitor al que interpretaría el legendario 007 original, Sean Connery. Esto último fue decidido por el propio Spielberg.

Nuevamente, Steven Spielberg contó con la mayoría de su equipo técnico. Me refiero al director de fotografía Douglas Slocombe, al editor Michael Kahn y al mítico compositor John Williams. Al final, la película se convirtió en palabras del director en: “mi favorita de la saga”.

A la hora de hablar de ‘La última cruzada’ surgen las comparaciones con el film original, especialmente con su tono. La película se acerca inequívocamente a ‘El arca perdida’. No obstante, presenta un aire más personal para el personaje que la original o su precuela. De hecho, en el espectacular prólogo se nos presenta a un joven Indiana Jones (interpretado por el desaparecido River Phoenix, que ya había hecho de hijo de Harrison Ford en ‘La costa de los mosquitos’). De esta forma, se creaba, por fin, un origen claro de Indy. Recordemos que en las anteriores entregas no se ahondó en nada de esto.

A partir del citado prólogo se nos ofrece un film de aventuras sin respiro que no tiene que envidiar nada a las anteriores entregas. La película está filmada con el habitual pulso del famoso cineasta. Además, goza de un enorme y buen sentido del humor. En este sentido, ojo a las conversaciones entre Sean Connery y Harrison Ford, tanto en lo emocional como en lo humorístico y la química entre ambos. Por descontado que el sentido de la aventura y el misterio siguen estado ahí. Se respira un gran aroma a serial de los años 30, la inspiración dada por Lucas cuando creó tanto a Indiana Jones como el universo de ‘Star Wars’.

Otro aspecto destacado es el fichaje de Alison Doody como Elsa, el primer personaje femenino de la franquicia que tiene un giro de guión. Así pues, pasa a convertirse en una “femme fatale” (sacada también de la época de los citados seriales). Su compenetración con Harrison Ford es excelente. Por su parte, John Rhys-Davies retorna como Salad. Recordemos que aparecía en la cinta original, pero aquí resulta mucho más cercano. Otro personaje que también reapareció aquí fue Marcus Brody interpretado de manera agradable y simpática por Denholm Elliott. Por supuesto, mención a los dos villanos: Julian Glover como Walter Donovan y Michael Byrne como Vogel, el oficial nazi que lo acompaña durante buena parte de la trama. Byrne tiene algunos de los momentos más míticos de la cinta en sus confrontaciones con los dos Jones.

En el campo de la acción, el film está cargado de set-pieces a cada cual más espectacular y arriesgada. Una de las más recordada es la del tanque con Indy agarrándose a uno de sus cañones para evitar caerse. Esta secuencia fue rodada en Almería. Otra destacada localización fueron las puertas de Petra. Todo esto está filmado fabulosamente por Spielberg y acompañado musicalmente por las partituras de John Williams. Las notas del maestro otorgan un ritmo envidiable al film que ya quisieran algunas producciones que pululan actualmente por las salas de cine.

Finalmente, mencionar a la legendaria ILM (Industrial Light & Magic). El trabajo de estos magos luce en toda la parte final. La secuencia del puente, a día de hoy, sigue siendo impresionante. Para esta escena no usaron ordenadores, sino trucos de cámara y diseño del puente. Insisto, actualmente sigue siendo un trabajo sublime.

En conclusión.
Concluyo esta crítica de Indiana Jones y la última cruzada, un gran final para el personaje allá por 1989. Una película cargada de emoción, diversión a raudales, localizaciones míticas y una dirección electrizante de Spielberg. Por aquel entonces, el listón ciertamente quedó en lo más alto en lo concerniente al género de aventuras.

Tráiler de Indiana Jones y la última cruzada

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