El tren de las 3:10
Comparte con tus amigos










Enviar

La espera mereció la pena. En 2007, nos llegó este western contemporáneo dirigido por James Mangold. Y nos llegó con un reparto de lujo capitaneado por Russell Crowe, Christian Bale, Ben Foster y el mítico Peter Fonda. El film está basado en la película homónima de 1957, dirigida por Denver Dames y protagonizada por Glenn Ford y Van Heflin. ¿Logró superar el remake al original? La respuesta unas líneas más abajo. Es la hora de coger… ‘El tren de las 3:10’.

«Para ser un ranchero cojo… el muy cabrón es difícil de matar» (Charlie)

Crítica de El tren de las 3:10

Adaptar un remake siempre es una tarea ingrata. Ya de antemano, los críticos están con el cuchillo entre los dientes preparados para despedazarte; casi siempre con razón. Por su parte, el espectador veterano es tremendamente reacio a ver una readaptación a los nuevos tiempos de films que tiene en un altar. Es por ello que largometrajes como ‘El tren de las 3:10’ se degustan con mayor placer. En este caso concreto estamos ante una gran película. Además es un remake superior al original. Un original que era un clásico menor del western bastante olvidado a estas alturas. Los principales artífices del éxito artístico de este film se dividen en tres, a saber…

La enérgica dirección de James Mangold, un artesano de primera con una filmografía de nivel y un gran presente. El segundo punto fuerte es el guión basado en el relato corto de Elmore Leonard. Aquí está escrito a seis manos por Halsted Welles, Michael Brandt y Derek Haas. Hablamos de un libreto perfectamente estructurado y que mezcla de forma sublime acción, drama y tensión psicológica en esa eterna batalla entre el bien y el mal. Una batalla que, conforme avanza la trama, se va diluyendo y mezclando cada vez más. Así hasta que llegamos al punto en el que no sabemos cuánto de verdad hay en el atormentado pasado de Evans o si, verdaderamente, Wade es el malvado sanguinario que su fama dice que es.

El tercer y último elemento destacado son los intérpretes. Esta producción presenta un elenco de actores de primera categoría y diversas generaciones entre los que destacan: Russell Crowe, Christian Bale, Ben Foster, Peter Fonda y el cameo de Luke Wilson. Este trío mágico, sumado a un metraje ajustado que lleva el suspense y la acción hasta lo más alto, hacen de este western una descarga de electrones directa al corazón en coma del género. Falta ver si hay un despertar de este imprescindible género, el más americano de todos y uno de los que mejor ha sabido plasmar en la pantalla la situación política y social por la que pasaron los EE.UU. durante diferentes décadas.

Ahondando en el reparto tenemos a Christian Bale (Dan Evans) bordando su rol de ranchero lisiado en la pasada y cruenta guerra. También se muestra como un dedicado esposo y padre de dos hijos. Evans ve como unos especuladores queman gran parte de sus tierras por una deuda pasada. Por ello, se le abre el cielo cuando se da de bruces con la figura del legendario bandido Ben Wade, quizás su última oportunidad para salir de su grave situación económica…

Ben Wade lleva los rasgos de Russell Crowe. El neozelandés regresó al western tras la infravalorada Rápida y mortal(Sam Raimi, 1995). Crowe compone a un villano carismático y atrayente. Un hombre dotado de un peculiar sentido del humor y de la justicia. Un tipo que siempre tiene a punto un verso de la Biblia que recita con una elegancia fuera de lo común. Con el paso del metraje, Wade va encontrando su lado bueno (al mismo tiempo que Evans saca a la luz su oculta parte oscura) hasta llegar a situarse a un paso de la redención…

Para terminar con el pódium de actores que ganan medalla en este film, llegamos al oro. Y ese es Ben Foster, un actorazo casi siempre en el papel de joven perturbado. En este film interpreta a Charlie Prince. Foster personifica al mal en estado puro. Un asesino sin escrúpulos que maneja las armas a la perfección y que llevará a cabo el rescate de su admirado jefe hasta las últimas consecuencias. En esta cinta, Foster es un psicópata que tiene a su cargo algunas de las mejores escenas del film y se muestra como el versátil intérprete que es en las pocas escenas en las que aparece robándole planos al mismísimo Russell Crowe.

Por otro lado, la película tiene una perfecta mezcla entre tensión psicológica y acción. La primera personificada en la atrayente figura de Ben Wade. Inteligente, carismático y, sobre todo, un Rambo del oeste. Un bandido capaz de sobrevivir a cualquier situación y no mostrar temor llevándote siempre a su terreno. Pero Evans ha encontrado un rival muy duro en un hombre resentido que esconde su pasado con unas heridas tanto exteriores como interiores. Para ver esa batalla en todo su esplendor basta ver los cara a cara en los que se retan Crowe & Bale durante todo el relato. Mención especial para el último intento de Wade de sobornar a Evans en el hotel donde esperan a las 3:10 la llegada del tren del título. Hablo de una de las mejores secuencias de la cinta y de aquel año… con dos grandísimos actores dándose continuas réplicas.

Del otro lado tenemos la acción que resulta brutal, sucia y, sobre todo, real y sin concesiones a la galería. Unas set-pieces que van desde el estudiado robo a la diligencia (escena que abre la veda de la acción en el film y desencadena todos los acontecimientos posteriores) hasta su épico clímax final (acompañado de una gran banda sonora). Un clímax que es el camino que llevan a cabo Evans & Wade desde la habitación del hotel hasta el tren. Y todo sabiendo que fuera están siendo esperados por la banda del forajido y por unos improvisados ciudadanos/mercenarios contratados por Charlie Prince, la mano derecha de la banda de Wade.

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de El tren de las 3:10, puro espectáculo cien por cien. Un film que de muy alto nivel en todos los aspectos, tanto artísticos como técnicos: desde una dirección sobria de Mangold hasta una banda sonora majestuosa por parte de Marco Beltrami y, finalmente, todo redondeado con un reparto de actores que cumplen sobradamente con sus roles en la cinta. Puede que no sea una obra maestra, pero una cosa sí que está clara: necesitamos westerns como este.

Tráiler de El tren de las 3:10

Escucha nuestro podcast