El pacificador
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Ha ocurrido un accidente en un tren que transportaba armas nucleares por los Urales. Sin embargo, todo parece indicar que se trata de una tapadera para un robo de armamento atómico. Ahora queda en manos de George Clooney y Nicole Kidman salvar el día y evitar una crisis nuclear. En Cineycine nos unimos a ellos en ‘El pacificador’.

“Él es solo un mensajero… a mí no me da miedo el hombre que quiere diez armas nucleares, me da miedo el hombre que quiere una” (Dr. Julia Kelly)

Crítica de El pacificador

Con esta propuesta estamos ante un doble debut. Por un lado, ‘El pacificador’ supuso el primer film de DreamWorks, el estudio creado por Steven Spielberg, Jeffrey Katzenberg y David Geffen. Y, por otro lado, también fue la ópera prima de Mimi Leder. Antes de esta película, Leder había concentrado su labor en la televisión. Entre estas últimas estaba la mítica ‘Urgencias’, en la que tuvo a sus órdenes a George Clooney, al que recomendó para ‘El pacificador’ en el papel de Thomas Devoe. DreamWorks no reparó en gastos para la película poniendo 50 millones de $ sobre la mesa. Finalmente consiguieron una recaudación global de 110. Y ya presentados los antecedentes, entramos en materia…

‘El pacificador’ no fue muy bien recibida por la crítica americana. Y esto realmente me sorprende, sobre todo teniendo en cuenta que el argumento está en la onda del thriller de acción que en los noventa era tan habitual en Hollywood con tramas disparatadas, grandes estrellas en el cartel y similitudes a las novelas de Tom Clancy. Es cierto que había diferencias, pero el film de Leder bebe precisamente del autor norteamericano… y su enfoque, en cuanto a creación de suspense político, era muy habitual de la época. Y encima el conjunto estaba aderezado, en no pocos momentos, con un aire al cine de acción que producían Jerry Bruckheimer y Don Simpson.

Personalmente entiendo que esta cinta tiene una muy inmerecida mala fama por parte de aficionados y críticos. Pero, al mismo tiempo, comprendo las razones. Lo cierto es que, comparado con algunos de los films de acción de aquella época, no llega a ser tan memorable o potente. Quizás puede que esto se deba a que Mimi Leder era una debutante en cines y en el género. Por consiguiente, su pericia detrás de las cámaras claramente era menor comparada frente a algunos de los más curtidos artesanos de aquellos años… Sin embargo, y por otra parte, creo que Leder estaba lejos de ser una mala realizadora dentro de este film.

Siguiendo con la exposición anterior, puede que las set-pieces de la directora no sean tan soberbias como las de otras cintas noventeras. No obstante, resultan lo suficientemente bien pergeñadas para esta producción y más teniendo en cuenta el presupuesto que tuvo a su disposición. Además, y dentro de la propia narrativa del film, Leder logra manejar el suspense. En este sentido, mención especial al espectacular clímax que transcurre en la famosa Gran Manzana. Tampoco me puedo dejar la explosiva persecución en helicóptero que termina con una pelea en un camión colgado de un puente.

Pero, como he dicho, Leder no era una artesana tan curtida y se notan ciertas costuras en cuanto a su inexperiencia. Quizás si este film hubiera caído en manos de alguien como Phillip Noyce, Michael Bay o Tony Scott, estaríamos ante una cinta más sólida. La puesta en escena de Leder, y la fotografía de Dietrich Lohmann, carece en varios momentos de la imagen épica que la realizadora parece buscar. Por ejemplo, la secuencia en la que se ve el pasado de Dusan para “mostrar” sus motivaciones. En la misma pasamos de dar tumbos a una cámara lenta. Creo que en manos de un realizador con más bagaje se habrían mejorado aspectos visuales como este.

Ayudando, y mucho, a la directora tenemos al compositor alemán Hans Zimmer en uno de sus mejores trabajos. Tan es así que esta banda sonora le permitió consolidar definitivamente su posición en la industria como uno de los grandes. Incluso el propio Steven Spielberg llegaría a reconocer que si no hubiera conocido a John Williams, Zimmer habría sido su compositor fetiche. En ‘El pacificador’ el maestro teutón dota, en no pocas ocasiones, al film de ese halo épico que Leder no consigue alcanzar. Recodemos que Zimmer ya venía del éxito consagrado de La roca (Michael Bay, 1996).

Uno de los puntos más criticados en su día fue la pareja protagonista: George Clooney y Nicole Kidman. Hasta poder demostrar que era un actor notable, casi todos los papeles que en aquella época hizo Clooney explotaban su presencia más que sus dotes interpretativas. Eso sí, en su personaje de Devoe ya se ven rastros de cómo mejoraría en años posteriores. En cualquier caso, aquí no deja de ser el típico militar duro de carrera y galán que ya se había visto en varias películas. Todo lo contrario pasa con Nicole Kidman. La actriz insufla de una mayor naturalidad a su personaje de Julia Kelly. Los palos hacia ella me parecen bastante más injustos. Kidman tiene un mejor planteamiento en su rol y desprende mayor carisma que Clooney en cuanto a su personaje se refiere. Tampoco se puede negar que como pareja tienen su química en la pantalla.

Y… ¿Qué sería de una cinta de acción de los 90 sin un villano post-soviético? En ‘El pacificador’ nos encontramos con Aleksandr Baluev interpretando a Kodoroff, un villano de manual que quiere ganar dinero con la venta de armas nucleares en el mercado negro. Kodoroff es un tipo despiadado que está dispuesto a todo. También tenemos a Marcel Iures como Dusan Gavrich, el verdadero maloso. En una jugada impecable por parte de Leder, y de su guionista, se sacan de la manga a este malvado cuyas motivaciones son tremendamente humanas y vengativas. Gavrich quiere provocar el horror para que el mundo sepa por lo que pasó él durante la disolución de Yugoslavia. Y si para ello tiene que provocar un atentado nuclear con miles de muertos ¡lo hará! Su “justificación” es que el verdadero “monstruo” son aquellos que se benefician de los conflictos.

Por último, destacar también la aparición de ese actor tan carismático como es Armin Mueller-Stahl en el rol del coronel Dimitri Vertikoff. Su presencia en la película es ciertamente breve, peo aun así de enorme porte y justo reconocimiento.

En conclusión.
Termino esta crítica de El pacificador, una película que, a día de hoy, puede ser vista como parte de aquellas cintas de acción de los noventa que bebían de mejores films y de más éxito. Honestamente creo que consigue su objetivo como entretenido thriller de acción apropiándose de numerosas ideas visuales de la época. Aunque en manos de un director más consolidado podría haber sido más memorable.

Tráiler de El pacificador

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