El castañazo
Comparte con tus amigos










Enviar

Después de sonar el himno de los Estados Unidos se desatan todas las hostilidades. La pista de hielo de los Chiefs se pone al rojo vivo. La grada pide sangre y Paul Newman provoca al rival. El puck vuela por los aires después de un golpe de Steve Hanson y el organista tiene todos los números para llevarse ‘El castañazo’.

“Los hinchas están contra ellos. La guardia de seguridad está contra ellos. Los vendedores de palomitas también están contra ellos… y si yo estuviera en la pista ¡también estaría contra esos animales!” (Comentarista)

Crítica de El castañazo

En 1974 George Roy Hill ganó el Oscar por su labor detrás de las cámaras gracias a la respetada ‘El golpe’ (1973), película protagonizada por Robert Redford y Paul Newman. Cuatro años después, Hill volvería a hacer equipo con Newman abrazando la comedia deportiva más gamberra: ‘El castañazo’ llegaría a cines norteamericanos un 25 de febrero de 1977. Este film es uno de los grandes hitos del cine deportivo aliñado con gran cantidad de mamporros e insultos degradantes. Sin duda alguna es una propuesta que los amantes de lo políticamente correcto de hoy en día borrarían si pudieran…

Lo más curioso del caso es que el guión fue escrito por una mujer: Nancy Dowd. De hecho, fue su primer libreto para cines. Seguramente influyó mucho en ella el hecho de tener un hermano jugador de hockey, Ned Dowd, que aparece en el film como el “asesino” Ogie Ogilthorpe reclutado por los Syracuse para la final. Al año siguiente, Nancy ya escribiría una historia radicalmente distinta con ‘El regreso’ (Hal Ashby, 1978), ganando así su único Oscar en la gala de 1979. Tan diferente fue su segundo guión que dejaba atrás las zurras e insultos del hockey para centrarse en una relación romántica con la guerra de Vietnam como telón de fondo. Pero bueno, esa es otra historia…

En ‘El castañazo’ Nancy nos describe el día a día de los Chiefs, un mediocre equipo de hockey sobre hielo. A lo largo del metraje asistimos a sus viajes en autobús, los partidos, las entrevistas y exclusivas previas, la fantasía por cambiar de dueños, y algo de sus vidas personales y sociales. Todo francamente bien expuesto en pantalla y salpicado de un innegable machismo dados los protagonistas y el duro deporte que practican. Mujeres tetudas, violencia infantil y extrema e insultos como “maricón”, “invertido”, o “furcia” serán repetidos varias veces a lo largo del metraje. Por eso comenté antes que resultaba curioso encontrar a una mujer como guionista de este descacharrante film. Por supuesto, también me sorprendió siempre muchísimo tener a un tipo como Paul Newman al frente del elenco.

En la dirección de George Roy Hill destaca la filmación de los violentísimos encuentros de hockey. La cámara nos ofrece planos generales, nos sitúa en el propio campo con los jugadores, nos muestra los banquillos, las cabinas de comentaristas, exhibe también el revuelto graderío e incluso se mueve a ras de pista siguiendo la trayectoria del puck. ¡Sensacional! También magníficas son las grandes dosis de violencia dentro y fuera de la cancha. Dentro destacan las durísimas entradas con los sticks cortando labios, los brutales empujones, los puñetazos y trompadas,… Y ya fuera de la pista hay que quedarse con los insultos de los exaltados aficionados e incluso con el llaverazo que recibirá uno de los hermanos Hanson. Esa acción dará pie a una escena inenarrable con invasión del graderío incluido. Lo dicho, un disfrute de filmación.

En cuanto a la ambientación se refiere, resaltar que la película es totalmente hija de su tiempo: los años 70. Esto se puede apreciar especialmente en el vestuario obra de Tom Bronson, un diseñador que posteriormente trabajaría en la mayor parte de las películas ochenteras protagonizadas por Sylvester Stallone. En ‘El castañazo’ destacan los estrambóticos pantalones de campana y los taconazos que viste Paul Newman. Por no hablar de la colección de camisas o la ropa interior de los jugadores de los Chiefs que parece sacada del mismísimo Far West. En este sentido también es toda una experiencia sentarse a revisionar este film.

Y antes de entrar con la asignación de roles comentar que ‘El castañazo’ dio lugar a dos secuelas muy tardías que salieron directas a DVD. Me refiero a ‘El castañazo 2: Rompiendo el hielo’ (Steve Boyum, 2002) y ‘El castañazo 3: The Junior League’ (Richard Martin, 2008). En ambas cintas los hermanos Hanson volvían a la carga con más leña para los rivales de turno. Lo curioso es que, en su momento, la Universal les ofreció la opción de protagonizar un spin-off… pero los tres rechazaron la oferta para seguir con sus respectivas carreras de hockey. Advertir que Steve y Jeff son hermanos bajo el apellido Carlson, mientras que David era compañero de equipo siendo el verdadero Hanson. Esta trilogía son las únicas películas que constan en sus respectivas “filmografías”.

“Ese trío es una apisonadora”. Los rompehuesos.

El casting está liderado por un “increíble” Paul Newman. Y pongo entrecomillado lo de “increíble” porque, a priori, el rol de Reggie no encajaba para nada con su personalidad cinematográfica. Sin embargo, Newman está fantástico y es imposible imaginar a otro a artista en este papel. Inclusive, el veterano actor siempre se enorgulleció de esta película. Aporte importante es que él mismo realizó sus propias escenas patinando sobre el hielo, algo que sorprendió a los mismísimos Hanson. En cuanto a Reggie decir que es el capitán-entrenador de los Chiefs. Newman se convierte aquí en un individuo maquinador y capaz de engañar a sus jugadores con traspasos fantásticos sólo para alimentar un sueño imposible. Respecto a los rivales no duda en sacarlos de sus casillas usando toda la información de la que dispone… incluso la más íntima. Vamos, un auténtico provocador.

En la plantilla de los Chiefs el que más destaca a nivel actoral es Michael Ontkean como Ned, un chico bien que sirve de contrapunto calmado y analítico a Reggie ante la situación social y del equipo. Eso sí, toda esa tranquilidad le estalla en casa siendo incapaz de entenderse con su joven esposa, Lily, interpretada con un intencionado toque adolescente por Lindsay Crouse. Esta incómoda situación será la que ponga en entredicho la varonía de Ned… con Reggie intentando ayudar a su manera.

El resto de los Chiefs forman un microcosmos muy peculiar. Denis, el portero canadiense, es un hombrecillo entre bestias y está interpretado por Yvon Barrette. Luego está Brad Sullivan como Wanchuk, un tipo que habla todo el rato de mujeres. Jerry Houser es Carlson, el típico jugador que idolatra a su entrenador estando siempre dispuesto a partirse la cara por él. Y claro… las estrellas del plantel son los tres hermanos Hanson que llegan a última hora para reforzar al equipo. Su primera aparición apaleando literalmente a una máquina de Coca-Cola ya deja bien a las claras de lo que son capaces. Luego los vemos entretenerse en las concentraciones con cochecitos de Scalextric e inevitablemente pensamos lo mismo que Reggie: “Son unos retrasados”. Así hasta que debutan en el hielo y desatan todos los infiernos…

Otros intérpretes importantes que pululan por el film son un genial Strother Martin como McGrath, el jefe de los Chiefs. Una estupenda Jennifer Warren encarna a Francine, la exmujer de Reggie. Andrew Duncan es Jim Carr, el comentarista y adulador local de los Chiefs con peluquín incluido. Finalmente, Melinda Dillon tiene un “encuentro en la tercera fase” con Paul Newman… Los rivales de los Chiefs son individuos malencarados, brutos y feos entre los que sobresale Paul D’Amato como “Doctor Sangre”. El resto fueron elegidos entre jugadores y viejas glorias menores del hockey con aspecto de trogloditas.

“Es su pista, su hielo y su mierda de pueblo… pero está lleno de seguidores nuestros que se han gastado su dinero para venir aquí a vernos. Van a ver lo que somos” (Reggie)

En conclusión.
Termino esta crítica de El castañazo, probablemente la obra cumbre del cine de “deportes y mamporros”. Una propuesta tremendamente desvergonzada, satírica, violenta y divertidísima con un Paul Newman que, alejado totalmente de sus papeles de galán, se siente como pez en el agua disfrutando al máximo de la experiencia. Y por si fuera poco contamos con los Hanson no dejando títere con cabeza. ¿Qué más podemos pedir?

Tráiler de El castañazo

Escucha nuestro podcast