El agente invisible
Comparte con tus amigos










Enviar

¿Qué es un hombre gris? Un operativo que actúa fuera de los límites de la Agencia. Ryan Gosling es el implacable Sierra Seis y Chris Evans es un mercenario psicópata apodado Lloyd Hansen. Estamos ante el duelo definitivo: Gosling Vs Evans. Toca saber si el primero merece el título de ‘El agente invisible’.

“Sabes… ya me caes mal” (Seis)
“Me alegro de que estemos de acuerdo en eso” (Hansen)

Crítica de El agente invisible

Los hermanos Russo despuntaron dentro del MCU y después de Endgame (2019) abandonaron las hiperbólicas historias de superhéroes. Ahora nos traen ‘El agente invisible’, una exagerada cinta de acción y espionaje. Básicamente estamos ante un film de acción cuya trama es una excusa para que los hermanos firmen un espectáculo entretenido “expropiando” conceptos y estilos de otros directores del género.

Resulta indiscutible que los Russo saben filmar acción. Esto queda patente desde la primera gran secuencia del film ambientada en un Bangkok colorista con cierta estela deSkyfall (Sam Mendes, 2012). Los Russo saben cómo meter al espectador en el meollo de una trama que no da respiro. Ya desde el principio, la cinta se destapa como algo cercano al cine de John Wick. También destaca su estilo comiquero y la exageración propia del cine de Michael Bay, en cuanto a cuestión de escala y planificación… Antes he usado la palabra “expropiando”, de hecho, tiene mucho sentido emplearla. Especialmente en cuanto el film desvela el uso de los drones como elemento de empaque visual, pero sin la necesidad narrativa que había en Ambulance: Plan de huida (Michael Bay, 2022).

Siguiendo con el planteamiento anterior, el mayor defecto de ‘El agente invisible’ radica en su estilo. Un estilo que no deja de recordar de forma reiterativa a otra serie de cintas de acción recientes al margen de las ya citadas. Se produce así una sensación de “dejá vù” constante y más si el espectador es fan acérrimo del actioner. En consecuencia, la película no resulta tan innovadora como han querido vender los hermanos. Eso sí, ambos nos entregan grandes y muy bien planificadas set-pieces como la de la plaza en Praga o el clímax en un castillo croata.

Quizás para disimular la falta de originalidad, los Russo han dotado al film de un ritmo altamente trepidante. Un ritmo que no da tiempo al espectador casual a detenerse en los detalles. Esta técnica ya funcionó muy bien enTyler Rake (Sam Hargrave, 2020). Y aquí también lo hace… aunque en menor medida, siendo el punto fuerte el constante tira y afloja en forma de persecución entre un estoico Ryan Gosling y un desatadisimo Chris Evans. Ambos actores convierten parte del film en un duelo interpretativo sobre las tonalidades de sus performances.

Hay que recordar que Netflix ha puesto en ‘El agente invisible’ el mismo presupuesto que pone Marvel Studios en sus grandes blockbusters. En ese sentido, los hermanos Russo han aprovechado cada dólar. Esto se nota en el rodaje en múltiples localizaciones internacionales como Praga o Croacia para conseguir un toque exótico a lo James Bond (y sí, hay una coña al agente británico en la película). El dinero también luce en la planificación y, por supuesto, en los efectos visuales y prácticos (más de los segundos que de los primeros). Además en la banda sonora contrataron al británico Henry Jackman. El compositor destaca por sus pulsos electrónicos y sintetizados acompañando las peripecias globales de Gosling.

En las interpretaciones tenemos a Ryan Gosling sacando brillo con un personaje, Sierra Seis, que puede ser catalogado como de escasamente emocional, pero al que el actor dota de porte y de un halo misterioso (no tanto como Keanu Reeves con su John Wick, quizás un referente indirecto). Sierra Seis es un implacable, cínico y estoico agente secreto. Un tipo de personaje muy cercano al asesino a sueldo y que fue sacado de la cárcel por Fitzroy, su antiguo jefe. Sierra y Fitzrov tienen una cierta relación paterno-filial que incluye también a la sobrina de este último dándole una motivación más dramática a su personaje.

En la otra acera de la acción se encuentra un Chris Evans alejadísimo de su rol de Capitán América. Aquí interpreta a Lloyd Hansen, un villano que podía haberlo representado el Nicolas Cage de los 90, cuando el actor estaba en su máximo apogeo en el género. Evans hace su propia personificación “Nic Cage” de malvado psicopático que suelta improperios y palabrotas en sus apariciones. Así se contrapone al estoico Gosling. Ambos actores son polos opuestos y carne de memes en esta producción. Los Russo explotan esta faceta de una forma constante en toda la exagerada acción de la cinta.

El resto del casting son simples elementos de narración pura de la película. Eso sí, cumplen bastante bien. Entre ellos destaca la hoy popularísima Ana de Armas como la agente Miranda que termina jugándoselo todo al acompañar a Seis. Los superiores corruptos recaen en Jessica Henwick y Rege-Jean Page. También se deja ver Billy Bob Thornton como un barbudísimo y seco Fitzroy que no se amedranta ante ninguno de los improperios y exageraciones de Hansen. Atención al cameo expendable de Wagner Moura en uno de esos personajes que hay que ver para creer. Además está la aparición del artista indio Dhanush como Lobo Solitario, un sicario venido de la India para cobrar la recompensa que pide Hansen por Seis. Dhanus se luce en una de las pocas secuencias de acción físicas que presenta el film entre tanto tiroteo y destrucción de escenarios.

En conclusión.
Termino esta crítica de El agente invisible, una cinta de acción hiperbólica que funciona dentro de la medianía que suele ofrecer Netflix. No obstante, y en lo que concierne a los Russo fuera del MCU, otras producciones en las que han estado involucrados me han resultado mejores. En cualquier caso, estamos ante una cinta de acción entretenida, bien dirigida a nivel visual y que ofrece un duelo entre dos de los actores del momento: Ryan Gosling y Chris Evans.

Tráiler de El agente invisible

Escucha nuestro podcast