Eden Lake
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Michael Fassbender y Kelly Reilly se las prometían muy felices en los que iban a ser unos románticos días para disfrutar de la felicidad de su enamoramiento. Pero las cosas no siempre salen como planeas y del romance al horror tan sólo hay un paso. Para caer en el mismo basta con hacer turismo y visitar la zona de… ‘Eden Lake’.

“¿Qué vais a hacer ahora, eh? Lo tengo todo grabado” (Brett)

Crítica de Eden Lake

Esta fue la ópera prima del director y guionista James Watkins, que aquí desempeñó ambas tareas. Como director destaca positivamente en la filmación, pero como guionista ya no se luce tanto en el libreto. La película se configura como un survival horror en el que la amenaza no viene del espacio, ni tampoco del mundo de ultratumba. Aquí el mal es el propio ser humano, más concretamente una banda de adolescentes inadaptados. En consecuencia, estamos ante una de esas películas que me gusta calificar como “terror humano”.

A la labor de Watkins tras las cámaras pocas pegas se le pueden poner. La filmación en el entorno natural del parque y del lago están francamente conseguida, Watkins logra recrear un buen ambiente de aislamiento y una buena interacción con los elementos del bosque: los árboles, las cabañas, la floresta, el barro,… Todo manejado y “colocado” con cierta habilidad para que los protagonistas puedan buscar refugio y/o esconderse ante la caza humana a la que son sometidos.

Al respecto del guión decir que no está a la misma altura del contundente empaque visual del film. Es cierto que tiene cosas muy buenas como pueden ser: el mostrar brevemente el origen del comportamiento sociópata, o ese final que te deja una imborrable sensación de amargura y malestar. Sin embargo, la premisa de la que se parte la veo un tanto débil. Y la veo débil porque resulta cuanto menos discutible que un grupo de niñatos malcriados pongan en jaque a un hombre hecho y derecho, y además bien preparado físicamente. Es cierto que Watkins introduce elementos para “compensar” la balanza (la presencia de esa rottweiler que parece tener la rabia, o las navajas de los chicos) pero resultan insuficientes para que dos adultos salgan corriendo sin más…

Otros elementos que no encajan en el guión son algunas decisiones que se toman por ambos bandos. Tampoco entiendo la inexplicable falta de sangre en las venas y/o cobardía del personaje de Fassbender, o del resto de los chiquillos ante las órdenes del más tarado de ellos. Un jefecito que, para colmo, tampoco parece el más poderoso físicamente para implantar tal régimen de terror en el grupo. Son cosas como estas (y otras) las que “cantan” y emborronan el conjunto final, tanto del libreto como de la propia película.

Respecto a la exposición de violencia este es un film para “deleitarse”. En la mayor parte de su metraje veremos sangre con heridas, barro, angustia y sufrimiento plasmados sin censura en la pantalla. Tampoco es algo que alcance tintes exageradísimos… pero sí que es más que suficiente para echar para atrás a las personas sensibles. Personalmente creo que los amantes del gore quedarán suficientemente satisfechos.

Entrando en el reparto cabe decir que no es este un film en el que Michael Fassbender luzca sobre todas las cosas… Por aquella época, su nombre en los créditos aparecía justo después del de su pareja en el film. Fassbender tiene que contentarse con un rol de acompañamiento y con un coprotagonista (Steve) que es más un pelele que otra cosa. Para su filmografía personal queda todo el dolor físico que experimentará aquí su personaje.

Por su parte, Kelly Reilly brilla en todo momento como Jenny (la novia de Steve). Especialmente relevante es su trabajo cuando empieza la parte de la caza humana. Ahí la actriz lo da todo y hace un esfuerzo físico digno de aplaudir: corre, tropieza, cae, se levanta, se vuelve a caer, se embarrana,…. Un auténtico tour de force para ella del que sale excelentemente librada. Precisamente es su gran labor lo que empuja al film con gran fuerza. Reilly es su auténtica y total alma-mater.

Dentro de la pandilla de adolescentes es digno de alabar el trabajo de Jack O’Connell como Brett. O´Connell se muestra totalmente metido en el pellejo de este joven sociópata que tiene dominados al resto de miembros de su pandilla. Su rol llega a hacerse tan odioso que te dan ganas de meterte en la pantalla para darle tres o cuatro bofetadas bien dadas. Del resto, destacar la presencia de un muy cohibido Thomas Turgoose aguantando la jerarquía del “mando”.

“¡Vete de aquí, encuentra ayuda!” (Steve)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Eden Lake, un film que se ve beneficiado por la gran labor de Kelly Reilly y por su capacidad para sufrir el acoso unos niñatos liderados por un destacado Jack O´Connell en un papel odioso. La película queda especialmente recomendada para aquellos amantes del horror que disfrutan con el sufrimiento y terror humanos. Los espectadores sensibles o con tendencia a la angustia deberán abstenerse… por su propio bien.

Tráiler de Eden Lake

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