Contagio en alta mar
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“Uno de los grandes problemas éticos que planteo es el conflicto entre la necesidad individual y la necesidad global. La película está construida por la dolorosa conciencia de lo frágil que es nuestro ecosistema”. La realizadora Neasa Hardiman nos invita a presenciar un auténtico ‘Contagio en alta mar’.

“La fiebre del mar se contagia como el rayo” (Gerard)

Crítica de Contagio en alta mar

Después de haber trabajado duro en la dirección de varias e importantes series de televisión, la directora irlandesa Neasa Hardiman se pasa al cine. Cierto es que en 2006 dirigió la comedia negra ‘The Naked Extremist’, pero su resonancia fue limitada a Irlanda. Ahora ha hecho más ruido con ‘Contagio en alta mar’ (Sea Fever), film que ya se pudo ver a concurso en la pasada edición del Festival de Sitges.

‘Contagio en alta mar’ la podemos intentar encuadrar dentro del subgénero deTerror submarino”. Eso sí, hay que tener en cuenta que la mayor parte de la acción transcurre a bordo del Niahm Cinn Óir. En este sentido, las escenas submarinas son contadas con los dedos de una mano y te sobran. Toda la tensión, miedo, terror y suspense tienen lugar en las diferentes estancias del barco. Estancias como la cocina, la ducha, la sala de calderas o el tanque de agua. Todas ellas realmente oscuras y con pocos focos de luz buscando generar ambientación.

En relación a lo anterior hay que alabar el trabajo de Hardiman sabiendo sacar mucho rendimiento a tan limitado y estrecho escenario. Igualmente hay que aplaudir su filmación natural en el agua con escasísimas tomas generadas por ordenador. A destacar que la película se grabó en Irlanda y en la provincia de Västra Götaland en Suecia. En esta última se tuvo acceso al vasto Mar del Norte.

La trama se levanta sobre el suspense de los efectos que provoca en la tripulación la criatura que atrapa el barco. Esto llevará a sacar a la palestra alguna que otra superstición marina e incluso a adelantarse en sucesos tan actuales como los provocados por el Covid-19. Esto último se deja sentir, especialmente, en el elemento de responsabilidad que la directora y guionista introduce en la narración. Un elemento que se encarna en Siobhán, la joven universitaria, apelando a una cuarentena y a la responsabilidad individual. En este sentido, Neasa Hardiman define su film como: “Una historia sobre asumir la responsabilidad, por nosotros mismos, nuestras acciones, comunidad y nuestro mundo”. Como ven, Hardiman fue una auténtica pitonisa puesto que la cinta comenzó a distribuirse en 2019.

Por otro lado, también es posible apreciar ciertas influencias o guiños a films comoLa cosa (John Carpenter, 1982) o ‘Cabin Fever’ (Eli Roth, 2002). El mítico film de Carpenter queda homenajeado en unas escenas de reconocimiento visual con una linterna. Por su parte, de la cinta de Eli Roth se toma el tema de las heridas y costras en la piel de algunos tripulantes del Niahm Cinn Óir. Respecto a Abyss (James Cameron, 1989) lo cierto es que poco o nada se “hereda”… pese a que sea citada como gancho en el póster español.

En cuanto al reparto hay que decir que Hermione Corfield es quien lleva la voz cantante interpretando a Siobhán. La joven actriz inglesa recrea a una protagonista introvertida y seria. Una universitaria que sube a bordo para completar su formación práctica de cara al doctorado y que ya nada más empezar la travesía se encuentra con cierto rechazo por ser pelirroja… Lo cierto es que Siobhán no es la típica heroína repleta de simpatía, nada de eso. Con ella resulta difícil empatizar debido, precisamente, a su carácter cerrado. Ahora bien, se agradece encontrarnos ¡por fin! con un/a protagonista seria que no basa su actuación en ir contando chiste tras chiste. El resto de la tripulación realmente es muy variopinta, tal y como vamos a ver.

Los dueños del barco son la pareja formada por Dougray Scott (Gerard, el capitán) y la más reconocida de todo el elenco: Connie Nielsen (Freya, la timonel). Precisamente destaca más esta última aportando temperamento, personalidad y mando a su personaje. Otra que también sobresale por su carácter y larga caballera blanca es Olwen Fouéré como la cocinera Ciara. Su sobrino es interpretado por Jack Hickey en el rol más abierto del film: el pescador Johnny. Finalmente, la tripulación la completan Elie Bouakaze y Ardalan Esmaili como Sudi y Omid, dos “árabes” que son los responsables de la sala de calderas. Atención especial con Esmaili porque irá claramente de menos a más.

“Tenemos que ser responsables” (Siobhán)

En conclusión.
Termino esta crítica de Contagio en alta mar, una película que combina toques de ciencia ficción y horror con el realismo de nuestra vida cotidiana. No decepciona si la ves sabiendo cuál es su verdadero propósito. Por el contrario, tampoco sobresale especialmente en ningún apartado. Es una cinta más o menos cumplidora para los que somos amantes del terror marítimo y las películas de barcos.

Tráiler de Contagio en alta mar

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