Ant-Man y la Avispa
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Apareció en junio de 1963 en el número 44 de la colección ‘Tales to Astonish’ dibujada por Jack Kirby. Desde aquello, y hasta el estreno de esta película, han pasado 55 años. 55 años en los que ella ha seguido picando tan fuerte como el primer día. Es hora de disfrutar volando a su lado en… ‘Ant-Man y la Avispa’.

“Creo que podríamos traerla de vuelta a casa”.-Hank Pym.

Crítica de Ant-Man y la Avispa

En 2015 Peyton Reed sustituyó a Edgar Wright en la silla del director de Ant-Man’, la película de Marvel Studios centrada en el diminuto personaje de la compañía. Cuando este tipo de cosas suceden, los films afectados suelen conducir irremediablemente al fracaso comercial y artístico. Sin embargo, esto no sucedió. Todo gracias a la acertada labor de Reed y a la implicación de la estrella de la función, Paul Rudd. El actor se implicó a tope e incluso le metió mano al guión para que todo llegara a buen puerto. Al final, casi 520 millones de recaudación y la secuela asegurada.

Secuela de la que ya mismo paso a ocuparme y en la que repite todo el elenco original y técnico del primer film. Aquí tenemos nuevamente a Paul Rudd interpretando y escribiendo al lado de otros cuatro guionistas. Así pues, en total tenemos cinco guionistas que nos entregan con ‘Ant-Man y la Avispa’ una dinámica y divertida historia con múltiples guiños al Universo Marvel de los cómics y al cinematográfico. Una historia en la que el edificio de laboratorio de Hank Pym se convierte en el verdadero “macguffin” de la película. Así pues, la narración va avanzando según este va cambiando una y otra vez de manos…

En el párrafo anterior me he referido a las referencias al Universo Marvel. Sin destripes, cabe decir que en esta cinta encontraremos guiños a personajes y situaciones de las aventuras comiqueras de Ant-Man. Por ejemplo, la presencia de Bill Foster. También se traerán personajes habituales de otras colecciones Marvel para usarlos en esta producción. Este es el caso de El Fantasma, un villano propio de las historias de Iron Man. Por su parte, el MCU está presente en las referencias a lo ocurrido en Capitán América: Civil War (Anthony y Joe Russo, 2016). Este evento/film es el punto de arranque de la situación personal de Scott Lang, Hope Van Dyne y Hank Pym.

La verdad es que todo lo anterior está muy bien estructurado en la narración. En ningún momento se aprecia desbarajuste alguno por el hecho de un script realizado por tan numeroso equipo de guionistas. Naturalmente, toda la película está sazonada del inevitable humor y/o gracietas Disney/Marvel. Esto ya es algo que hay que asumir como obligatorio cada vez que se ve una cinta de este estilo. Y, nuevamente, varias de estas gracias son ejecutadas por Michael Peña con más acierto unas que otras. La mejor quizás sea su incontenible verborrea cuando se le administra cierto suero.

En relación a lo anterior, el mayor reproche que se le puede hacer a ‘Ant-Man y la Avispa’ es su absoluta falta de dramatismo (salvo el que intenta aplicarle la situación de El Fantasma). Esto hace que no sintamos temor alguno ni por los protagonistas ni por sus circunstancias. En consecuencia, todo el film deriva, para bien y para mal, en una loca montaña rusa de diversión con números increíbles.

Respecto a la acción, decir que la misma resulta impecable con todo tipo de secuencias y planos ejecutados brillantemente. Todas estas escenas están complementadas con unos alucinantes efectos especiales tan perfectamente conseguidos que ya ni te asombran porque los tomas como algo natural… Todo lo que vimos en la primera película lo encontraremos ahora multiplicado por mil. Me refiero al encogimiento y aumento de personajes, vehículos y objetos. Combinaciones de reducción y aumento de tamaño para ejecutar combos de ataque. La tecnología de invisibilidad e intangibilidad de El Fantasma… En fin, en estos aspectos todo el Universo de Ant-Man está en el metraje.

“Nuestra única esperanza sois vosotros dos”… Tales to Astonish 44.

En el casting repite todo el plantel original con la excepción de Corey Stoll. Así pues, Michael Douglas repite como Hank Pym aportando las buenas dosis de seriedad que su personaje necesita. Pym quiere recuperar a su esposa Janet perdida hace décadas en el reino cuántico y elabora un plan para ello. A su lado vuelve Evangeline Lilly en el rol de su hija, Hope Van Dyne aka la Avispa. Evangeline pasa a tomar mucho protagonismo en las escenas de acción, repartiendo a todo lo que se mueve al mismo tiempo que va aumentando y disminuyendo su tamaño (atención a su primera secuencia de acción contra los facinerosos de Sonny Burch). Lo cierto es que tanto Douglas como Lilly suman muchos más minutos y se convierten de pleno derecho en tan protagonistas como Paul Rudd, que sigue dando vida a Ant-Man con total solvencia y simpatía.

Por otro lado, el trío de amigos compuesto por Michael Peña (Luis), T.I. (Dave) y David Dastmalchian (Kurt) están para lo que están… esto es ¡para las risas! Siendo Peña el que claramente tiene una mayor participación a lo largo del metraje.

Entre las caras nuevas destacan las incorporaciones de Laurence Fishburne aportando el mismo toque de seriedad que Douglas. Fishburne es el Doctor Bill Foster, el conocido Goliat negro de los cómics. Randall Park se aleja del estilo de Fishburne para representar como Jimmy Woo al architípico papel de agente de la Ley que acosa al héroe pero que, en realidad, lo aprecia. Finalmente, siempre resulta un placer encontrarte en una película con Michelle Pfeiffer. La veterana actriz ha envejecido sobresalientemente bien y aquí da vida a Janet Van Dyne. Si bien es cierto que su aparición se concentra en el tramo final, no menos cierto es que su personaje “está presente” en todo momento.

Dos son los villanos que presenta la película y ambos de caracteres muy diferentes. Sin embargo, ninguno de ellos resulta memorable, algo que ya es desgraciadamente típico en las producciones de Marvel Studios. El primer villano es Sonny Burch, una especie de mafioso proveedor de objetos de alta tecnología al que da vida Walton Goggins. El actor nacido en Alabama no se toma la molestia de parecer serio ni amenazador en ningún momento. Esto mismo se puede decir de su cuadrilla de esbirros. El segundo villano es El Fantasma, un espectro portador de un traje de alta tecnología que quiere hacerse con los avances tecnológicos de Hank Pym. Bajo su disfraz se encuentra Hannah John-Kamen. Esta actriz sí que se toma totalmente en serio el asunto. Hannah recrea un personaje cuya situación personal es la que más dramatismo nos llegará a provocar con independencia de los actos que cometa.

En conclusión.
Finalizo ya esta crítica de Ant-Man y la Avispa, una secuela que resulta ejemplar. La película apuesta claramente por la rapidez, el espectáculo y la diversión. No pasará a la historia… pero visualmente es tan perfecta que, a día de hoy (y en este aspecto), resulta complicado encontrarle algún fallo. En definitiva, una cinta que ya sabes lo que te va a ofrecer. Se ve, se disfruta y deja buen sabor de boca.

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Tráiler de Ant-Man y la Avispa

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