Windtalkers
El cabo Joe Enders fue condecorado por “no morir” en Islas Salomón, donde todo su pelotón fue masacrado y él resultó herido de gravedad. Tras una dura recuperación de sus heridas, Enders consigue pasar, no sin ayuda, el reconocimiento médico para volver al campo de batalla. Como recompensa, le asignan nuevos galones de sargento y la misión de “niñera” de un navajo. Enders deberá escoltar al cifrador y el código en todo momento puesto que la clave para ganar la guerra es ese código. (Cineycine).
“¿Está preparado para regresar, verdad? El ejército ha desarrollado una clave basada en la lengua navaja. Necesitamos buenos marines como usted. Por eso está usted aquí. Ante todo, usted impediría que su cifrador pueda caer en manos de los japoneses. Su misión es proteger ese código. A toda costa”. John Woo presenta a Nicolas Cage en ‘Windtalkers’.
“Estaba pensando en mi confirmación. Tenía ocho años y me ungieron con agua bendita. Y me acuerdo que me dijeron que era un soldado de Cristo. No sé en qué momento de mi vida cambié de ejército” (Enders)
Crítica de Windtalkers
A priori, si uno piensa en John Woo… lo primero que se le viene a la cabeza es un thriller de acción con clara vocación de espectáculo y grandilocuencia. Por lo menos así han sido todas sus incursiones en Hollywood. Por eso, cuando en el año 2001 firmó para dirigir ‘Windtalkers’, todos nos extrañamos y no sabíamos muy bien cómo podía acabar el tema. Hay que tener en cuenta que la película es un drama bélico sobre la toma de la isla de Saipan. En la misma tuvo mucha influencia el código navajo de los indios nativos indescifrable para los japoneses. El material es adaptado sobre un guión de John Rice y Joe Batteer.
En su momento, el film fue bastante incomprendido. Es verdad que Woo apenas abandona su estilo. Pero si uno ve los muy bien filmados extras del DVD, o siguió la gestación del film, comprobará que ni mucho menos ‘Windatalkers’ fue un encargo o una patata caliente para él. Es más, se puede decir firmemente que aquí Woo intentó dar lo mejor de sí mismo… más allá de sus conocidas trademarks (ya les digo que en esta cinta no hay palomas, aunque si vemos unas gaviotas volar en un momento a cámara súperlenta típicamente Woo).
‘Windtalkers’ contiene muchos momentos de ataques, defensas de posición y tomas de puestos avanzados. Instantes que poco tienen que envidiar a otros venerados films de la misma temática. Es impresionante, por ejemplo, la mezcla de explosiones y varios y crudísimos momentos en donde veremos cuerpos desaparecer volados por minas o en unos trucajes imposibles de adivinar. Especialmente tremebunda resulta una secuencia cuando uno de los personajes pierde una pierna, y el resto de sus nervios siguen moviéndose, mientras otro compañero lo levanta e intenta llevarlo a lugar seguro. ¡Ojo a cómo termina todo!
Sin duda, la ambientación y fotografía del film son muy notables. Esta última viene firmada por Jeffrey L. Kimball, el habitual colaborador de Woo. Por su parte, la película cuenta con una correcta fanfarria sonora obra de James Horner. Sobre la ambientación resaltar que la película se rodó en localizaciones reales de Hawái (haciéndola pasar por Islas Salomón y la citada Isla de Saipan), Monument Valley (Arizona) y Los Ángeles. El rodaje se extendió desde agosto hasta noviembre del año 2000. Con un importante presupuesto de 115 millones de dólares, ‘Windtalkers’ salió por todo lo alto a cines de EEUU el 14 de junio de 2002 de la mano de MGM. Su estreno fue un fracaso desolador, acumulando tan solo 77 millones a nivel mundial en taquilla.
En relación con la ambientación está el hecho de que antes de la filmación, todo el grueso de actores, a excepción de Nicolas Cage, pasó por una formación de dos semanas con los Marines. El objetivo era entrenarse como se hacía en los años cuarenta. Los grupos de soldados los comandaron Christian Slater y Peter Stormare. Todo esto fue una imposición de Woo a sus actores para estar en la producción. Mark Ruffalo sentenció una vez terminada la instrucción: “Ni con cincuenta ensayos hubiésemos logrado esta camaradería. Ha sido un viaje alucinante”.
Nicolas Cage es el gran protagonista como Joe Enders “un marine con un par de pelotas”. La labor de Cage fluctúa entre la exageración maniaca controlada (sufre severas secuelas físicas y mentales por sus heridas de guerra del comienzo) y el carisma como un hombre que se debe a su país. Un militar que está dispuesto a hacer todo lo humanamente posible por su patria. Sus momentos van desde lo mejor a casi lo peor de la propuesta. Atención a una secuencia que mezcla risa y lloros, y que parece insertada como claro homenaje a la misma de Cage en ‘Cara a cara’, anterior colaboración entre Woo/Cage. En líneas generales, su personaje va llegando más al espectador cuanto más avanza el metraje. En el último tercio vemos a Cage más concentrado en el drama y menos propenso a manierismos psicóticos. Claramente eso le hace ganar puntos.
Joe Enders (Nicolas Cage) pasa el 90% de sus escenas con un más que correcto Adam Beach como Ben Yahzee. Lo mejor de Beach viene por su camaradería con su “hermano”, “Caballo blanco”, interpretado por Roger Willie. Y también por cómo va reaccionando a las chanzas de Chick al que encarna Noah Emmerich. Este último en un papel muy típico en su filmografía de tipo que parece amable, pero que esconde una segunda cara.
Otro nombre importante es Christian Slater como Ox, un sargento ascendido con la misión de proteger a su cifrador. En parte, su personaje es la conciencia de todo un país sobre lo que les piden que hagan y lo que están haciendo en esa guerra. Buen papel con cero estridencias para Slater. Sin levantar la voz logra una carismática presencia y tiene buenos momentos de paz con su armónica antes del horror de la guerra… A Ox/Slater lo acompaña permanentemente “Caballo blanco”, el ya citado Roger Willie. Para el recuerdo queda la emboscada que ambos hombres soportan por parte de medio ejército de japoneses. Una encerrona culminada con una de las más duras y emotivas escenas del film.
Dejando al margen a los hombres del código tenemos a Peter Stormare en, posiblemente, el papel de más peso y minutos en su carrera en Hollywood. Naturalmente sin contar sus estrafalarios villanos. Stormare es el durísimo superior Hjelmstad. Por supuesto tendrá un encontronazo con Cage/Enders en un momento dado… Mencionar también a Mark Ruffalo como el soldado Pappas, un griego que quiere que la guerra termine para volver a Estados Unidos y montar una flota de taxis. También está Martin Henderson como Nellie, un joven obsesionado con lo que estará haciendo su esposa sola en casa… y que a la hora de entrar en acción carga un lanzallamas o como él dice: “un “zippo gigante para abrasar japos”.
Entre las últimas menciones tenemos a Brian Van Holt como Harrigan, el típico soldado que cree en la misión y en su país. Finalmente, quedan como reseñables el cameo expendable total de Jason Isaacs (Major Mellitz) y Frances O’Connor. El primero encomendando la misión a Enders y avisándole de que en Saipan van a tragar mucha mierda. Y la segunda como una enfermera que hace las veces del interés amoroso de Enders. Su rol parece que va a ser importante en la trama, pero no lo es.
“Nuestro “código” es el honor. Compañía Windtalkers”
En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Windtalkers, una película muy injustamente tratada en su momento. Actualmente se rebela como un apreciable drama bélico con buenas, excelentes y veraces secuencias de acción. Y todo firmado de la manera más cruda que le fue posible a un director tan dado a los efectismos como John Woo. En definitiva, un merecido rescate a una parte de la historia que hace justicia a la labor de los nativos americanos en la segunda guerra mundial. Ya solo por eso, y si son fans del cine bélico, deben por lo menos darle una oportunidad.
Tráiler de Windtalkers
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