Rebel Moon (Parte dos): La guerrera que deja marcas
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Zack Snyder describe esta continuación como: “Una película bélica mucho más emocional que su primera parte”. Nuestros guerreros han llegado a Veldt para defenderla de las tiránicas fuerzas de Noble en un épico clímax donde todo está en juego. Nos sumamos a las fuerzas rebeles con esta review de ‘Rebel Moon (Parte dos): La guerrera que deja marcas’.

“Todo por lo que habéis luchado, amado,… tiene un momento. Ese momento es ahora” (Titus)

Crítica de Rebel Moon (Parte dos): La guerrera que deja marcas

El estreno deRebel Moon (Parte uno): La niña del fuego proporcionó un enorme empuje al dúo Netflix/Snyder. Tan es así que superó a Ejército de los muertos (2021). Pero las críticas no fueron buenas. Y de estas últimas tampoco se ha librado esta continuación: ‘Rebel Moon (Parte dos): La guerrera que deja marcas’. De un modo u otro, Zack Snyder siempre provoca opiniones muy agresivas en torno a su cine. Desconozco si se le tiene tirria por su estilo o, más bien, por su apasionado fanbase. Sea como fuere, estamos ante un cineasta que no deja a nadie indiferente.

‘La niña del fuego’ era una mera introducción de cara a esta segunda parte. ‘La guerrera que deja marcas’ está mucho mejor ideada. Es casi una película bélica y resulta más emocional y llevada a lo más básico del cine espectáculo. Aquí ya no hay que introducir personajes, conceptos o ideas. Por consiguiente, Snyder tiene vía libre para llevar a cabo su idea primigenia: el homenaje a ‘Los siete samuráis en el espacio’. Y, en este sentido, la propuesta cumple sobradamente. No hay que olvidar que Zack Snyder es un fan. Un tipo que claramente vive y respira por lo pulp.

En la introducción comentaba que Snyder describía esta segunda parte como: “Una entrega más emocional y mucho más épica que el film anterior”. Y la verdad es que esto es cierto. ‘Rebel Moon 2’ es una cinta mucho más rica en cuanto a su tratamiento de personajes y en cuanto a sus historias. Además resulta claro entender el pasado de los protagonistas y sus motivaciones para luchar contra Mundomadre. En este aspecto destaca el tratamiento de Nemesis con un mayor empaque, puesto que tiene una subtrama con un niño que conecta precisamente con su pasado. También hay sorpresas por parte de Kora… amén de dar el subtítulo a esta segunda parte: “La guerrera que deja marcas”. Esta frase hace referencia explícita a un rico background en cuanto a la política de este universo y, sobre todo, al modo en el que ella recibe su nickname.

Por otro lado, pero también ligado a lo emocional, hay una cantidad superior de set-pieces. Tan es así que, la segunda mitad de la película, es una gigantesca sucesión de secuencias de acción. Escenas cargadas de potencia visual “made in Snyder” con su habitual cámara lenta en todo su esplendor. Esta técnica da una nitidez mucho mayor y casi comiquera a los combates, tiroteos y peleas cuerpo a cuerpo. Aquí también tengo que insistir en la mejora de Snyder en el campo de la fotografía con varias secuencias épicas visualmente muy destacadas. Este festival de acción se ve redondeado por la partitura de Tom Holkenborg. El compositor nos entrega, sin exagerar, el momento más brutal entre música e imagen de las últimas producciones de Snyder. Además mantiene su habitual tono grandilocuente, épico y coral que casa perfectamente con el film.

No obstante lo anterior, las exigencias de Netflix para ofrecer dos versiones de la cinta se notan. Tengamos en cuenta que hablamos de un material original cercano a las seis horas con un contenido más adulto y violento. Así las cosas, se sienten algunos cortes… aunque no tan obvios como en la primera entrega. Pero, aun con todo, personajes como el tiránico Ballisarius creo que tiene un mejor arco que el expuesto en estas dos películas. Cuando lleguen las versiones extendidas de Snyder espero una mejora sustancial a todos los niveles.

La labor de la plantilla actoral sigue siendo muy correcta. Una vez más destaca Sofia Boutella como Kora teniendo un variado repertorio de secuencias de acción. Estas set-pieces le permiten mostrar su impresionante habilidad física. Por su parte, Elise Duffy (Milius) consigue más minutos para exhibir un buen carisma y narrativa emocional (recordemos que no pasaba de un insignificante cameo al final del film precedente). Otros que también mejoran sus prestaciones son Staz Nair (Tarak) y Djimon Hounsou (Titus). Incluso el personaje de Anthony Hopkins (Jimmy) tiene una de las escenas más potentes del film.

Por la otra banda, esta segunda parte nos regala de forma intencionada la total caricatura del villano interpretado por Ed Skrein. Su Atticus Noble se convierte en un absurdo personaje de cómic ofreciendo momentos totalmente demenciales y cafres (“Déjeme darle mi evaluación”). Todo esto termina por resultar absurdamente “delicioso”. Y, por supuesto, el británico se posiciona como un rival a tener en cuenta dentro de la película.

En conclusión.
Termino esta crítica de Rebel Moon (Parte dos): La guerrera que deja marcas, una superior segunda parte. La película está mejor llevada y resulta más destacada que la anterior entrega en muchos aspectos. En definitiva, un espectáculo bien dirigido con la marca Snyder, emoción genuina en cuanto al plantel de sus actores y un buen contenido épico-pulp.

Tráiler de Rebel Moon (Parte dos): La guerrera que deja marcas

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