El valle de la venganza
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“No sé qué te gustaría que hiciera. Podría seguir mi viaje hasta México como planeamos. Sé que te prometí que no mataría más. Pero tendré que romper esa promesa. No he terminado. Aún no. Y conmigo tampoco han acabado. Me han dejado sin nada. Yo les dejaré con menos”… ‘El valle de la venganza’.

Crítica de El valle de la venganza

Ti West dirige y escribe ‘In a Valley of Violence’, en español titulada ‘El valle de la venganza’. Este es un inclasificable western con un humor, en ocasiones, descolocante y un tono de homenaje perpetuo a la trilogía del dólar de Sergio Leone (ojo a sus geniales créditos iniciales, pues son una auténtica maravilla).

Ethan Hawke, como siempre notable, es su protagonista (Paul). A su lado, Taissa Farmiga (la hermana pequeña de Vera Farmiga) interpreta a la joven adolescente encargada del Motel de Denton. Los papeles de villanos van para James Ransone como Gilly, el azotador del pueblo y capaz de hacerle perder los nervios al más calmado. Burn Gorman como un sacerdote alcoholizado, y un entrañablemente divertido John Travolta dando vida al colmo de los patetismos: un Marshall cojo y corrupto. No olvidemos tampoco a una de las actrices del momento Karen Gillan en el papel de Ellen, sus escenas son (en su mayoría) junto a Taissa Farmiga intentando hacer frente a Gilly. Destacar también el absolutamente arrebatador papel de la perra Jumpy como Abby.

La trama de ‘El valle de la venganza’ (mismo título en español que ‘Vengeance Valley’ dirigida por Richard Thorpe en 1954 y protagonizada por Burt Lancaster) es realmente sencilla. Una trama que no apela a ser más que una excusa para que su director reviva los western que le marcaron en su infancia… como los ya citados de Leone o el dirigido por Clint Eastwood en 1973 ‘Infierno de cobardes’, película de la cual toma bastantes elementos prestados, si bien, en la dirigida y protagonizada por Eastwood flotaba por el metraje un halo fantasmagórico, que aquí no tiene tanto peso en el desarrollo del film (salvo unos flashbacks del pasado del protagonista durante su servicio en el Calvary cazando indios).

Así las cosas, tenemos dos partes claramente diferencias en este largometraje. La primera tiene cerca de una hora de metraje con el forastero, al que da vida Hawke junto a su amiga y confidente (la perra Abby), vagando por la tierra y encontrándose a su paso con personajes diversos que convergen todos en Denton. Y la segunda compuesta por los restantes cuarenta minutos que narran las consecuencias de dichos encuentros. Esta última es la que contiene toda la acción.

El film ofrece diálogos geniales sin ningún tipo de vergüenzas, tiros y muertos. Todo llevando consigo un humor que rompe en los momentos más insospechados (ojo a cuando, en pleno clímax, uno de los lacayos del Marshall se revela harto de ser considerado el gordo del grupo).

Por otro lado, la banda sonora de Jeff Grace también es totalmente deudora del spaghetti western, y una auténtica fanfarria del Oeste de las buenas. Una música que eleva los momentos de drama y enfrentamientos. Igualmente apuntar en negrita el nombre de Ti West como guionista y director a seguir la pista en proyectos futuros, especialmente ahora que parece alejarse del cine de terror después de dirigir films como ‘Cabin Fever 2’ (2009), ‘La casa del diablo’ (2009) o ‘Los huéspedes’ (2011).

“Los líderes se eligen, Marshall. Y usted no ha dado opción a nadie. Su hijo mató a mi perro… y a mí no queda otra opción” (Paul)

En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de El valle de la venganza, un más que interesante western de estilo personal, quizá cercano al humor de Tarantino, pero con su propia personalidad. Geniales papeles de Hawke, Travolta y Ransone. Un guión puesto al servicio de un género al que denota un profundo amor. West dirige una pieza típica del western exploitation pero con un aire de diversión superior a la media. Sin duda, una pequeña joya a rescatar en el formato físico que no defraudará a los amantes del género.

Tráiler de El valle de la venganza

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