V de Vendetta
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Inspirándose en el cómic del peculiar Alan Moore, aquí se nos presenta una Inglaterra totalitaria bajo la producción de las hermanas Wachowski. Dirige James McTeigue, el aprendiz de las hermanas, que fija la revolución para el 5 de noviembre. Mientras tanto, y sin más dilación, nos adentramos en el plan de V y lo visualizamos a lo grande en ‘V de Vendetta’.

“Recuerden, recuerden… el 5 de noviembre: Conspiración, pólvora y traición” (V)

Crítica de V de Vendetta

Después de haber acabado su trilogía de Matrix, las hermanas Wachowski se decantaron por otra cinta que juntara nuevamente la acción más desenfrenada con los conceptos filosóficos. Para la ocasión su objetivo era nada más y nada menos que adaptar ‘V de Vendetta’. Hablamos de la novela gráfica de culto escrita por el inconfundible Alan Moore y dibujada por David Lloyd. Su obra visualizaba una Inglaterra totalitaria dando una imagen mordaz de los tiempos de Margaret Thatcher como Primera Ministra.

La novela de Moore tenía como protagonista a V, un misterioso personaje que llevaba una máscara de Guy Fawkes, el hombre que intentó volar el parlamento británico. Un personaje de tono antiguo y caballeroso, culto y cuyo objetivo era derrocar al gobierno. El material de Moore no dejó a nadie indiferente en su día con su lectura anti-fascista. Amén del modo en que desgranaba hasta qué punto el ser humano podía ser moralmente corruptible hasta lo más profundo de su alma. Además, el autor no dibujaba un protagonista moralmente perfecto. Al contrario, todos los personajes de la obra son tan deleznables como el propio gobierno al que V intenta derrocar. Todos acometen acciones reprochables para lograr sus fines. En consecuencia, se sembraba la duda en el lector sobre si V era o no una figura a la que apoyar durante el transcurso de la historia.

Al frente del guión, las hermanas Wachowski cambiaron mucho del material original de Moore. Especialmente tocaron los puntos relativos a la oscuridad, la mordacidad y otros elementos adultos que daban un toque distintivo al material original. Sin embargo, el núcleo de la historia y la idea fueron mantenidos. Incluso mejoraron ciertos aspectos narrativamente flojos como la galería de personajes originales con los que no se podía empatizar. Entre estos, el principal fue convertir a Evey en los ojos del espectador y conductor a lo largo del metraje. Su relación con V es el hilo común para entender las razones por las cuales V hace lo que hace.

Para la dirección del film las hermanas delegaron en James McTeigue, uno de sus más fieles colaboradores y director de segunda unidad en la trilogía Matrix. McTeigue se ganó la confianza de las Wachowski durante aquellos rodajes debutando tras las cámaras en ‘V de Vendetta’. No obstante, ciertos rumores dicen que las hermanas llegaron a estar tan presentes en el rodaje que terminaron filmando varias secuencias de la película. Dejando esto al margen, la labor de McTeigue es sorprendentemente destacada para un debutante. El primerizo director aporta un ritmo sólido, apoyado por la excelente fotografía de Adrian Biddle. Este último plasma realmente la imagen de una Inglaterra totalitaria y fascista. Sin olvidar tampoco el buen trabajo musical de Dario Marianelli en la banda sonora.

Este film también fue el principio en el que crítica y público empezaron a tomarse en serio a Natalie Portman. Hay que recordar que la joven actriz cargó con las consecuencias de las precuelas de Star Wars. Ella, entre rodaje y rodaje, procuraba elegir otros proyectos que demostraran que iba creciendo como actriz. Finalmente fue en ‘V de Vendetta’ cuando todos se rindieron ante Natalie en su papel de Evey. Desde el primer minuto Portman se mete de lleno en su rol. Incluso aceptó que le raparan la cabeza en una de las secuencias cumbres. Como expuse anteriormente, su Evey se convierte en los ojos del público durante todo el metraje. Arropándola hay un plantel de actores británicos de primer nivel como John Hurt, Tim Pigott-Smith o Stephen Rea como el detective que persigue a V.

Su contrapartida, el enmascarado V, tiene cierta polémica. El actor original no era Hugo Weaving, sino James Purefoy, quien llegó a filmar parte del film. Sin embargo, varias desavenencias entre actor y productores, provocaron su sustitución, a mitad de metraje, por Weaving. Si uno presta atención se puede apreciar algunas veces que V se mueve y actúa de forma diferente. Esto da entender que varias de las secuencias de Purefoy quedaron dentro del corte final “simplemente” cambiando su voz por la de Weaving. En este sentido, es recomendable visionar el film en versión original para apreciar la labor del actor con un tono potente, solemne, enigmático y carismático. Así las cosas, V aparece dotado de cierta dualidad dentro de la narración. Incluso hace que el espectador dude sobre si este personaje es el héroe, el villano de la historia o incluso un antihéroe con motivaciones propias.

Quizás mi mayor pega en lo referente al film, aunque no enturbia para nada el resultado final, sea su alejamiento del tono de la obra original de Moore. Aunque insisto que mantiene la idea que da forma a la novela gráfica. Las Wachowskis hacen una adaptación hollywoodiense de lo que fue el oscuro, deprimente y mordaz (y probablemente más crítico) material de Moore. Incluso dejan su propia impronta en las tres set-pieces del film. Tres secuencias muy cercanas en cuanto a estilo de la saga Matrix (prácticamente el equipo de especialistas de la trilogía estuvo involucrado también aquí). Aun con todo, el resultado final presume, quince años después, de una gran solidez.

En conclusión.
Finalizo esta crítica de V de Vendetta, una cinta que se sigue manteniendo actualmente como un destacado film de acción y un thriller compacto. Además significó el debut de James McTeigue que, por desgracia, no ha tenido suerte con otros proyectos. La cinta lanzó a Natalie Portman de manera definitiva y sigue manteniendo un apartado técnico de infarto.

Tráiler de V de Vendetta

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