Tipos legales
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Al Pacino & Christopher Walken, dos leyendas interpretativas vivientes del cine americano, se unieron por primera vez delante de la pantalla, para hacer pasar un buen rato al espectador y pasárselo ellos en grande en una última noche de juerga. Ambos dan vida a una dupla de hampones que se niegan a envejecer, y que van a pegarse una noche de vivencias al límite en donde recordarán viejos tiempos, desenfundarán sus armas y soltarán unas cuantas sentencias. Bienvenidos a… ‘Tipos legales’.

-«¡¿Es hora de mascar chicle, o repartir leña?!» (Val)
-«¿Sabes qué? ¡No tengo chicles!» (Doc)

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Crítica de Tipos legales

En una entrevista con motivo de la promoción de ‘Tipos legales’, Pacino venía a decir algo así: “A estas alturas no sé qué es lo que el público quiere, pero sé lo que a mí me gusta hacer… y ‘Tipos Legales’ es el tipo de film que quiero hacer”. Y eso se nota mucho en el resultado final, y en la ligera y genial personificación que Pacino lleva a cabo en el film: un ex-macarra venido a menos que busca pasárselo bien por última vez después de pasar media vida entre rejas.

La cinta gana muchísimo gracias al entusiasmo de Al Pacino por su papel y a como viene a degustar unas líneas de diálogos plagadas de tacos y retos verbales con su colega de armas, un soberbio Christopher Walken (las primeras palabras que se dicen al verse son: “-Estás hecho una mierda. -Si, tú estás peor”) que sigue comiéndose la pantalla como antaño con su personalísima forma de hablar y moverse. Ambos hacen sentir al espectador la nostalgia de una amistad pura, de un colegueo real y de unas situaciones que apuestan, agradecidamente, por el humor y la ligereza. Sin ellos, y sin el factor nostalgia que produce ver a semejantes bestias de la interpretación delante de la cámara (en una de las que seguramente sean una de sus últimas apariciones a lo grande) ‘Tipos legales’ sería mucho menos de lo que termina siendo.

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Personalmente me lo pase genial con esta película. Es honesta, no engaña, y no pretende ser más que un film modesto hecho a la medida de grandes actores en donde sólo falta un director con más entusiasmo por lo que está visualizando… parece que Stevens se conforma con colocar la cámara y dejar que Pacino, Walken, Arkin y cía. salven la papeleta. Y eso, al final, es lo que pasa. Que el divertimento se produce por la habilidad de sus intérpretes y no por la pericia del director a la hora de plasmar la historia. Ese es su único “pero”, que su realizador no se atreviera a llevar al límite las posibilidades de un guión que arranca con fuerza, pero que al final va desinflándose a medida que avanza el metraje.

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Sobre el guión de Noah Hindle, del que conviene no destripar demasiado, parece ser que se encontraba dando vueltas desde hace algunos años por Hollywood. En su momento, Pacino puso su punto de mira en él, pero no para el personaje de Val, sino para el de Doc. Pasaron los años y el proyecto no fructificó, hasta que de nuevo volvió a tomar fuerza gracias a la entrada de Walken, y la asignación de Stevens como director, un buen amigo de Pacino, quién re-conectó con la historia y finalmente se decidió por Val. No tardó mucho en unirse al elenco otro grande: Alan Arkin, que vivió un repunte de popularidad gracias a su Oscar por ‘Pequeña Miss Sunshine’. Y luego, Mark Margolis, que para el que no lo recuerde, se las tenía tiesas con Pacino en El precio del poder en donde daba vida al hispano-parlante esbirro de Sosa, Alberto “La Sombra”.

Volviendo a la cinta, es de alabar la selección musical de canciones no originales, la mayoría de ellas piezas melancólicas. Y el constante tono macarra de las situaciones que envuelven a Val, Doc y en menor medida Hirsch. Digamos que ‘Tipos legales’, es una especie de ‘Resacón en la Vegas’ para maduros. Plagada de situaciones geniales que van desde Val ingirieron pastillas para el empalme como si fueran caramelos, a este dejando KO al dependiente coreano de un supermercado de un puñetazo. Momentos que hacen que valga la pena reencontrarse con una leyenda como Pacino y que elevan la diversión considerablemente. Al final, lo que cuenta es eso, pasarlo bien. Y viendo ‘Stand Up Guys’ la diversión está asegurada.

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En resumidas cuentas. 
Finalizo ya esta critica de Tipos legales, un reencuentro con aquellos años de gángsteres y tipos duros que tan grandes hicieron a Pacino y Walken tiempo atrás. Plagada de momentos de humor bien llevados, buena selección de secundarios, una música que acompaña las imágenes de forma perfecta y una nostalgia trasmitida a la perfección.

Tráiler de Tipos legales

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