Shooter: El tirador
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En esta ocasión, Mark Wahlberg es Bob Lee Swagger, uno de los mejores “snipers” del ejército norteamericano ya retirado. Pero ahora tiene una nueva misión que cumplir: evitar el asesinato del presidente de los Estados Unidos… Antoine Fuqua dirige este thriller de acción que reivindicamos con esta review. Muchas veces hay que aprender por las malas, sobre todo cuando te metes con ‘Shooter: El tirador’.

“Al final, la ley no los pillará. En un año o dos volverán con nuevos nombres, nuevos recaderos, la misma historia y yo estaré muerto. Será un trabajo sucio y duro, madero. Habrá más disparos, más muertos,… Ahora yo no he empezado esto, pero estate seguro que lo terminaré. Para que te quede claro, ¿estás dentro o fuera? (Swagger)

Crítica de Shooter: El tirador

De todas las películas de Antoine Fuqua, esta que comento hoy pasó sin pena ni gloria en su estreno norteamericano un 23 de marzo de 2007. Tampoco contó con el favor de la crítica. Actualmente, en estos tiempos de “viralismo” y de afán “clickbaitero”, sigo defendiendo estas cintas que, ni remotamente, son tan horribles como se expusieron en su momento. Y este es el caso de ‘Shooter: El tirador’. Aquí estamos ante uno de esos films que nos retrotraen desde sus primeros minutos, y sin tapujos, al actioner más clásico. Una mezcla de la acción “Made in Bruckheimer” y el cine de justicieros con las tramas de conspiraciones internacionales.

El film presenta el ritmo adecuado sin perder de vista su objetivo prioritario: el entretenimiento de primer nivel. Fuqua no había perdido el tino desde su entrada en el cine comercial en 2003 conLágrimas del sol’. De hecho, ya venía a tono tras su triunfo con Training Day (2001) y continuaría muy satisfactoriamente en ‘El rey Arturo’ (2004). Fuqua es un artesano, no un asalariado, y esto lo demuestra con creces en ‘Shooter: El tirador’. Entre manos tenemos un film basado en la novela ‘Point of Impact’ de Stephen Hunter. Un film que responde a un tipo específico de público. Me refiero a aquellos espectadores que buscan un thriller de acción de tipos duros de los 90, pero con un presupuesto de los 2000. Sin duda, una cinta que merece ser recordada.

No se puede negar que ‘Shooter’, más que menos, también bebe de otras fuentes cinematográficas. Films que van desde El fugitivo (Andrew Davis, 1993) pasando porRambo (George P. Cosmatos, 1985) y tocando, brevemente,Arma letal (Richard Donner, 1987). Pero lo importante es que Fuqua utiliza muy bien sus ingredientes. Así pues, logra sacar adelante con buena mano la producción que tiene delante de su cámara.

El punto fuerte de la película son sus frases lapidarias combinadas con set-pieces filmadas con buen pulso. Esto en ‘Shooter’ es una constante. En este aspecto, la propuesta comparte un cierto aire estilístico, un tempo similar y la suficiente violencia del tipo de “Man Vs Army” que siete años después, el propio Fuqua, nos ofrecería en The Equalizer (2014). De hecho, ambos films “tienen en común” cierta secuencia de acción en un rancho de Virginia hacia la mitad del metraje. ‘Shooter’ también presenta algunos ecos al cine de acción de Michael Bay. No en vano, Fuqua ha demostrado su pasión tanto por el citado Bay como por Tony Scott. Siguiendo con esta exposición, la música de Mark Mancina tiene guiños a la de su mentor Hans Zimmer enLa roca (Michael Bay, 1996). También el doble clímax ofrece una buena satisfacción al espectador.

Dejando todo lo anterior a un lado, no puedo evitar pensar que ‘Shooter: El tirador’ tenía una edición más larga. Y esto se nota, sobre todo, durante la primera mitad de la película. En esa parte hay “interrupciones” extrañas que saltan de un lado para otro. De hecho, se rumoreaba que había una historia de amor entre Swagger y Sarah que terminó siendo eliminada del montaje final. Todo bien pudo haber sido debido a la intromisión de los productores en el corte final. Aprovecho para aclarar que existe una versión de televisión en la que eliminan parte de las secuencias más sangrientas de la película.

El protagonista de la función es un Mark Wahlberg que da muy bien el pego como ex-francotirador de los marines. Un hombre que simplemente se dedica a vivir su vida hasta que un buen día deciden que es él a quien quieren colgarle el muerto… Wahlberg es un actor al que suelen echarle en cara ciertas limitaciones, hasta cierto punto aceptables, pero es alguien con el suficiente carisma y presencia para que el espectador empatice con sus personajes desde el primer minuto. Aquí cumple con creces su rol de Swagger, un tipo duro cuando tiene que serlo y, sobre todo, un patriota. Un patriota de los buenos y con capacidad de escupir sentencias bastante molonas: “Creo que no lo entiendes… estos tíos se han cargado a mi perro…”.

Como compañero de fatigas, y de forma fortuita, se encuentra Michael Peña como el agente Nick Memphis. Un agente de… “tres semanas de academia”. Peña se desenvuelve en su rol de colega de andanzas que le viene a Swagger caído del cielo. Memphis es sumamente inteligente, pero patoso… Honestamente, creo que Peña convence con un papel a camino entre la comicidad y la seriedad. También tenemos a las dos mujeres del film: Kate Mara y Rhona Mitra. La primera demuestra lo suficiente para el personaje que le toca: la viuda del antiguo compañero de Swagger. Y la segunda sólo queda para meras apariciones esporádicas a lo largo del metraje. Estas entradas y salidas no terminan dibujando al personaje más allá de facilitar información a Memphis.

Por otro lado, y en el bando de los conspiradores, hay varios pesos pesados. Danny Glover hace del coronel Johnson, un personaje que le viene al “pelo”. Johnson apela tanto al patriotismo de Swagger como le toca también las narices cuando la ocasión lo requiere. También está un entregadísimo Elias Koteas como Pyane, un sicario. Koteas se lo pasa bomba dando vida a este mercenario sin escrúpulos. Ned Beatty es el senador Mitchum, un rol que sirve para soltar verdades (y dólares). En un tercer plano está Jonathan Walker como uno de los intelectuales y un desvalido, pero directo en sus frases. Finalmente destacar a Rade Serbedzija como Michael Sandor, alguien que aparenta más de lo que parece ser.

En conclusión.
Termino esta crítica de Shooter: El tirador, un tipo de cine de acción de la vieja escuela: frases lapidarias, tipos del gobierno con planes conspiranóicos y héroes dispuestos a todo para limpiar su nombre y cargarse a matones asalariados. El film cumple sobradamente con su objetivo de cine de acción de los 90 con un inspirado Fuqua y un Wahlberg derrochando presencia.

Tráiler de Shooter: El tirador

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