Raya y el último dragón
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Llega el clásico número 59 (listado USA) a nuestros cines y también a Disney+ con coste adicional. La película nos adentra en un mundo de fantasía que está siendo destruido y que sólo puede ser salvado por ‘Raya y el último dragón’.

“A veces hay que dar el primer paso incluso antes de estar lista” (Sisu)

Crítica de Raya y el último dragón

Para empezar recordamos que ‘Raya y el último dragón’ no iba a ocupar este lugar en los clásicos. Antes de ella iba a haberse estrenado ‘Gigantic’, un clásico ambientado en España con el cuento de las “judías mágicas” como telón de fondo. Sin embargo, el pujante mercado asiático, entre otras circunstancias, decantó la balanza en favor de ‘Raya’. Nadie debe olvidar las fabulosas recaudaciones procedentes de países como China antes de la pandemia del coronavirus.

También hay que recordar que ‘Raya’ fue presentada en la D23 Expo Disney de 2019. Por aquel entonces sus directores eran Paul Briggs y Dean Wellins. Posteriormente Wellins fue sustituido por John Ripa. Y, finalmente, estos dos últimos fueron reemplazados por Don Hall y Carlos López Estrada. Si bien, Paul Briggs y John Ripa han conseguido figurar como co-directores.

Comento todo lo anterior porque quiero resaltar que ‘Raya y el último dragón’ ha sido un clásico un tanto problemático en su producción. Y esto último es algo que se aprecia en determinados aspectos del film. Por ejemplo: en la animación de los personajes secundarios o en el añadido de otros que no van con el tono del film. En estos y otros temas profundizo más en los siguientes párrafos…

Entrando ya en el film decir que se configura como una aventura de acción. Una aventura con Raya recorriendo los cinco reinos de Kumandra: Corazón, Cola, Garra, Columna y Colmillo. Su objetivo es reunir los trozos de la mágica gema del dragón para acabar con los Druun y reestablecer el orden. A lo largo de este viaje tendremos de todo: humor, drama, épica y acción. El humor y el drama los aporta fundamentalmente Sisu. Por su parte, la épica y la acción vendrán de la mano de los durísimos enfrentamientos entre Raya y Namaari. Las dos están excepcionalmente formadas en artes marciales y en el manejo de armas. Las escenas en las que ambas cruzan espadas son las mejores set-pieces.

Respecto a la música hay que resaltar que esta vez no estamos ante un clásico musical. En consecuencia, no hay canciones. Tampoco los personajes animales hablan, salvo Sisu. Ahora bien, hay que mencionar que, para España y Latinoamérica, la cantante y actriz mexicana Danna Paola canta “Hasta vencer”. Hablamos del tema principal que suena en los créditos finales. Por si fuera poco, la propia Danna dobla a Raya en la versión latina.

Respecto al guión decir que se ha intentado adornar con el estudio de las culturas y los pueblos del sudeste asiático. Y digo “se ha intentado” porque al final lo que tenemos es un libreto muy clásico que incluye además un innegable guiño a las buddy-movies con la relación entre Raya y Sisu. Básicamente la trama se concentra en la búsqueda de las partes de la joya del Dragón aportando un mensaje universal. Un mensaje que nos habla de aprender a confiar en los demás para progresar y avanzar. Como podemos ver, esta es una lección aplicable a cualquier cultura y pueblo.

Del libreto también hay que destacar que Disney sigue los derroteros actuales dejando atrás su herencia de princesas y familias clásicas. Ahora el estudio del ratón se “moderniza” con “infantas” empoderadas y sin intereses románticos. Además, las familias retratadas nos presentan a padres y madres solteros. Esto último resulta bastante absurdo. Y es absurdo porque en el caso de Raya te lleva a preguntarte por su madre (ni se la cita) y en el caso de Namaari sucede lo mismo pero con su padre. Está bien “actualizarse” y romper cánones clásicos… pero para ello no es necesario caer en ridículos como los referidos. Por si fuera poco está el agravante de recalcar bien recalcado el tema en el film rozando la parodia.

La animación destaca muy positivamente por sus escenarios hiperrealistas totalmente en la línea de lo visto en ‘El viaje de Arlo (2015). Resulta una gozada ver los parajes desérticos con el transitar de Raya y Tuk Tuk levantando el polvo, por ejemplo. Pero no nos detendremos sólo en un lugar, sino que viajaremos por diferentes territorios todos con sus propias características y colores. El anaranjado del desierto de Cola, el verde del reino de Colmillo o los tonos nevados del reino de Columna. Por supuesto, cada lugar tiene también su propia arquitectura visual, siendo el más imponente Colmillo. Países como Laos, Camboya, Tailandia, Indonesia y Vietnam fueron visitados por el equipo de producción y esto se nota claramente en la película.

No obstante lo anterior, hay algunos aspectos en los que la animación no es tan buena. Me refiero, por ejemplo, a los personajes más secundarios. Estos ofrecen un acabado visual bastante pobre. Basta con ver sus cuerpos y caras para darse cuenta que no están a la altura de los protagonistas (foto debajo de este párrafo). También quiero dejar claro que hay personajes que sobran y no casan con el tono del film. El ejemplo más claro es la bebé huérfana y los ongis que la acompañan. Esta bebé se nota como un pegote poco o nada creíble, sobre todo si nos atenemos al planteamiento “serio” del film.

“¿Cómo llegó este mundo a romperse tanto?”. Raya’s World.

En cuando a los protagonistas destaca claramente Raya con la voz en versión original de Kelly Marie Tran. Aquí tenemos a una “princesa” que gustará a chicas y chicos por igual. Raya es una joven a la que las circunstancias convirtieron en toda una luchadora. Visualmente, y como personaje, está muy bien trabajada y disfrutas viendo cómo se mueve y pelea. Su compañero más fiel es Tuk Tuk, una especie de “armadillo” gigante que le sirve de espectacular y cariñosa montura. Ojo a cuando se hace una bola para correr. El resto de la familia de Raya lo completa su padre: el gran jefe Benja (voz de Daniel Dae Kim). Poco se puede decir del mismo puesto que no sale mucho. Es un buen hombre que entrena y educa a su hija en beneficio de toda Kumandra.

Quien también acompaña a nuestra protagonista en casi toda su aventura es la dragona Sisu. En este caso le presta su voz Awkwafina siendo lo mejor del film. La simpática actriz nacida en NY otorga a Sisu una gran, divertida, inocente y entrañable personalidad. Si pueden vean la película en versión original porque el trabajo de Awkwafina es impagable. Exteriormente Sisu tiene un aspecto de peluche azulado y en algunas escenas luce mejor que en otras.

La gran antagonista de Raya es Namaari con la voz de Gemma Chan. Como rival y “villana” hay que decir que está al mismo nivel que la heroína. Ambas son fans de los dragones y sólo las separa la educación recibida. Namaari es poderosa, decidida, y tiene jerarquía y mando. Su soporte es la reina Virana, su madre, a la que pone voz Sandra Oh. Como en el caso del jefe Benja poco se puede decir de ella salvo que la solidaridad de este se convierte en ella en egoísmo. ¡Ah! de los Druun solamente decir que son una especie de nubes negras que lo «petrifican» todo. Pueden ustedes buscar las metáforas que quieran…

“No confundas valor con habilidad, pequeña” (Benja)

En conclusión.
Termino esta crítica de Raya y el último dragón, un clásico que apuesta por la aventura de acción presentando a una nueva princesa que es toda una guerrera y exploradora. Sus magníficos escenarios hacen que sea obligatorio ver la película en cines. Además hay que reconocer que Raya y Sisu son una pareja que funciona estupendamente y que merece la pena conocer.

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Tráiler de Raya y el último dragón

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