Pánico nuclear
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Jack Ryan se enfrenta a su mayor desafío: encontrar a un grupo de científicos desaparecidos que podrían estar fabricando una bomba nuclear para un terrorista neonazi con ansias de destruir a las dos grandes superpotencias y provocar la Tercera Guerra Mundial. En su ¡20 aniversario! nos disponemos a acompañar a Ben Affleck en una situación de ‘Pánico nuclear’.

“Si las armas más poderosas jamás creadas fueran disparadas, no lo serían por la ira… sino por el miedo” (Presidente Fowler)

Crítica de Pánico nuclear

Para empezar resaltar que, probablemente, estamos ante el film que puso durante un largo periodo de tiempo al personaje de Jack Ryan fuera de las pantallas. 12 años pasaron hasta que Kenneth Branagh lo rescató, a modo de precuela, en la correctísima Jack Ryan: Operación sombra (2014). Pero volviendo al film que nos ocupa, en esta ocasión nos situamos a principios del 2000. Eso quiere decir que, en aquellos años, y con el avance del CGI, muchas cintas de acción clásicas estaban quedando “obsoletas” frente a una nueva generación de estrenos. Blockbusters que se apoyaban en la tecnología por ordenador, frente a otros films que buscaban un aire más clásico y práctico. Y, precisamente, este último es el caso de ‘Pánico nuclear’. También cabe recordar que la crítica no fue del todo agresiva con la película, pero tampoco se portó bien con ella.

Personalmente creo que ‘Pánico nuclear’ está en desventaja frente a las tres anteriores adaptaciones cinematográficas del personaje. Cuando tienes como precedentes films dirigidos por auténticos artesanos de la acción como John McTiernan (‘La caza del Octubre Rojo’) y Philip Noyce (‘Juego de patriotas’ y ‘Peligro inminente’), frente a un cineasta como Phil Anden Robinson, los resultados no pueden ser tan redondos. Recordemos que Robinson venía de hacer otro tipo de cine como ‘Campo de sueños’ (1989) y ‘Sneakers’ (1992). Así las cosas, ‘Pánico nuclear’ no llega al nivel de las anteriores propuestas de Jack Ryan.

No obstante lo anterior, creo que es de justicia reconocer que la película de Robinson funciona como un thriller ciertamente eficaz. Además es una cinta correctamente filmada y bien comandada por sus actores. En su descargo también hay que manifestar que el material del que parte tampoco es de los mejores libros de Tom Clancy… y eso juega un tanto en su contra. Sin embargo, y a pesar de sus flaquezas, Robinson compone un entretenido film. Y más viendo como está, en ocasiones, el cine de acción actual.

El guión, escrito por Paul Attanisio y Daniel Pyne, al igual que el libro, casa más con una trama conspiranóica que con un thriller de acción. Claramente esto no juega a favor del ritmo de la propuesta. Ojo, no me molesta que el film se tome su tiempo para desarrollar argumento y personajes ¡todo lo contrario! Pero durante la primera mitad de la película se denota una clara falta de intensidad y tensión narrativas. Ya desde un principio queda patente que Nemerov es alguien con un pasado muy cuestionable, pero no se hace dudar al espectador sobre si es o no parte de la trama de Dressler. Respecto a la novela hay varias modificaciones. Por ejemplo: cambiar a terroristas palestinos por un terrorista neonazi, o la acción que se desarrollaba cuando la Unión Soviética todavía existía.

Tras esa primera mitad, Robinson consigue atinar con el ritmo para entregar un entretenimiento correcto. También presenta en su haber un par de secuencias de suspense muy logradas. Entre ellas destaca la del estadio en Philadelphia, que es muy de la escritura de Clancy, y parte del clímax en un puerto. Estas dos set-pieces son algunos ejemplos de que Robinson atina cuando se quita de encima el primer acto. Por supuesto mencionar que ayuda bastante la muy solvente partitura de Jerry Goldsmith. En cuanto al campo de efectos visuales son todos ellos muy cumplidores para ser una cinta del 2002.

El casting es bastante curioso. En teoría, ‘Pánico nuclear’ no era la primera de las aventuras de Jack Ryan en el cine, sino la cuarta, pero los guionistas la hicieron pasar como si fuera la primera vez que el personaje aparecía en el cine. En consecuencia, terminaron fichando a un joven Ben Affleck para el papel. Su carrera todavía se movía entre proyectos interesantes con otros que serían fiascos en taquilla. Personalmente creo que Affleck cumple. Eso sí, sale perdiendo si lo comparamos con sus antecesores, Alec Baldwin y Harrison Ford.

Por otra parte tenemos a Morgan Freeman que interpreta a Cabot cumpliendo muy por encima del film. Dando vida a los dos mandatarios máximos están James Cronwell y Ciaran Hinds como el presidente Fowler (USA) y el presidente Nemerov (Rusia). Ambos presentan una solidez más que respetable. En cambio flojean, por su escaso tiempo en pantalla, Colm Feore (Olson, traficante armas) y Alan Bates (Dressler, el terrorista neonazi). Ambos son superados por Liev Schreiber en el papel del anti-Jack Ryan, John Clark. Por último tenemos al mítico Michael Byrne como Grushkov, la mano derecha de Nemerov. A Byrne todos recordamos como Vogel, el nazi que tantos quebraderos le dio a Harrison Ford en Indiana Jones y la última cruzada (Steven Spielberg, 1989).

En conclusión.
Termino esta crítica de Pánico nuclear, una especie de “precuela” que queda lejos de las tres cintas originales de McTiernan y Noyce. Quitando eso, estamos ante un correcto thriller que consigue entretener, a pesar de sus varios defectos. En definitiva, una cinta bastante digna para recuperar en estos tiempos tan pirotécnicos.

Tráiler de Pánico nuclear

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