Oxígeno
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Te despiertas encerrada en un extraño y moderno “ataúd”. No recuerdas quién eres ni cómo llegaste a ese estado. Rápidamente gritas pidiendo ayuda, entras en pánico y lloras. Tienes miedo, desesperación, nervios, angustia, dudas y, para colmo, te das cuenta de que te empieza a faltar el ‘Oxígeno’.

“¿Desea un sedante?” (MILO)

Crítica de Oxígeno

Hablar de Alexandre Aja es hacerlo de un director visceral que no le hace ascos a la sangre, la brutalidad y la furia. Ahí están películas como Las colinas tienen ojos (2006) o la más reciente Infierno bajo el agua (2019) para apoyar esto que digo. Por esto mismo sorprende verlo detrás de una producción como ‘Oxígeno’. Aquí tenemos un film netamente de ciencia-ficción filmado con una elegancia y sofisticación excelsas. La película se estrenó este pasado 12 de mayo de 2021 vía Netflix. En este sentido, y antes de seguir, no olvidéis siempre configurar una televisión y una videoteca a vuestra medida con las mejores ofertas de fibra y TV.

Volviendo a ahondar en el estilo que caracteriza a Aja, decir que en esta cinta no tenemos mutantes cabreados, tampoco pirañas ni caimanes asesinos. En ‘Oxígeno’ tan sólo tenemos un escenario ultramoderno y una mujer en lucha por su supervivencia. Todo aparentemente muy sencillo pero, a la vez, muy complicado y adictivo. Especialmente esto último puesto que Aja consigue que, una vez puesta la película, no le quitemos ojo hasta terminarla.

Como acabo de exponer, la práctica totalidad del film se reduce a la cápsula criogénica en la que está atrapada Mélanie Laurent con la única “compañía” de MILO, la computadora parlante. La recreación de la cápsula, con forma de ataúd, nos remite a ultramodernos entornos médicos. En este sentido, Aja ha tenido muy en cuenta el diseño de producción de la cápsula. Este mini-escenario es realmente importante con pantallas medidoras de tensión, pantallas táctiles y holográficas, el implacable cronómetro del oxígeno, cientos de cables y tubos, jeringuillas automáticas,… Prácticamente todo lo necesario para sobrevivir estando “enterrada viva”.

El guión es obra de Christie LeBlanc en lo que es su primer libreto para un largometraje. Y puedo decir bien alto que estamos ante un libreto sobresaliente. El script de LeBlanc toca muchos palos y contiene increíbles sorpresas que nos mantienen pegados a la silla. Tal y como señaló el propio Aja, en las declaraciones de presentación del film, la trama bebe mucho de Buried (Rodrigo Cortés, 2010) y algo menos de ‘28 días después’ (Danny Boyle, 2002).

No obstante las referencias anteriores, LeBlanc hace una excelente combinación llevando la narrativa mucho más allá. Hablar de los varios temas que se tocan en ‘Oxígeno’ podría suponer, sin querer, caer en algún destripe importante. En consecuencia, dejaré que sea el posible lector el que descubra por sí mismo todas las interesantes temáticas tratadas por la autora. Simplemente diré que la investigación, los avances científicos y la supervivencia tienen mucho que ver. Y ahí lo dejo.

En relación con el guión y la dirección van los importantes flashbacks. Estas miradas al pasado pueblan la película llegando a hacerse un tanto cansinas. Ahora bien, lo cierto es que están repletos de pistas sobre el pasado de la pobre mujer atrapada en la cápsula. Si vamos prestando atención, y juntando toda la información facilitada, a buen seguro que descubriremos parte de las sorpresas del film. Llegado el final, veremos cómo cada pieza del puzzle encaja en su sitio y, más que menos, nos sentiremos satisfechos comprendiendo lo mucho que se nos ha contado en tan sólo 100 minutos.

Respecto al reparto todo el peso de la película lo lleva, y soporta, Mélanie Laurent como “la paciente 267”. La suya es una de esas actuaciones que se suelen calificar como un auténtico tour de force. La actriz francesa está completamente sola, tal y como Ryan Reynolds en la citada ‘Buried’. Así las cosas, Mélanie sólo interactúa con las pantallas y aparatos del “ataúd”. Además, únicamente mantiene diálogos con “voces externas” y con MILO, el interface médico-operativo que gobierna todas las funciones de la cápsula. La interpretación de Mélanie es sobresaliente teniendo en cuenta su dificultad máxima.

A lo largo del metraje, Mélanie nos transmite un montón de estados de ánimo que van desde la angustia, los nervios, la desesperación, el llanto, la calma, el análisis,… y todo ello soportando gran cantidad de primeros planos. En muchos de ellos la llegaremos a ver con una especie de “aureola de santidad” como consecuencia del soporte circular en el que tiene apoyada la cabeza. El resto de intérpretes sólo salen en los breves flashbacks y no recuerdo ahora que tengan ni un solo diálogo. Finalmente, la voz de MILO la pone Mathieu Amalric.

“MILO, ¿Quién soy? ¿Cómo me llamo?” (Paciente 267)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Oxígeno, pese a lo que pudiera parecer, esta película ofrece una trama muy interesante, completa y repleta de enigmas en tan sólo 100 minutos y con un solo escenario como telón de fondo. Nunca recuperar tus recuerdos fue tan vital para intentar sobrevivir y diferenciar entre la realidad y la mentira. ¿Se atreven a encerrarse en esta cápsula criogénica? Yo ya lo he hecho…

Tráiler de Oxígeno

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