Megalodón 2: La fosa
Comparte con tus amigos










Enviar

Jason Statham vuelve a meterse en la piel de Jonas Taylor para vérselas con otro tiburón prehistórico. Pero ¡esperad! ahora hay más megalodones y otras criaturas venidas de la fosa. Y, por si estos “bichos” no fueran suficientes, unos mercenarios irrumpen dispuestos a sacarse un jugoso cheque… Al pateador británico le toca ponerse nuevamente el neopreno, mojarse y enfrentarse a las nuevas amenazas surgidas de ‘Megalodon 2: La fosa’.

“Hay miles de gilipollas en el mundo… es difícil mantener el seguimiento de cada uno” (Jonas Taylor)

Crítica de Megalodón 2: La fosa

Está a punto de cumplirse un lustro del estreno de Megalodón (Jon Turteltaub, 2018) en Estados Unidos. El film supuso un cierto respiro, a medias, dentro del consabido shark-exploitation. Hablamos de un “subgénero” que llevaba como principal baluarte desde hace tiempo la deplorable ‘Sharknado’ (Anthony C. Ferrante, 2013) y sus varias continuaciones e imitaciones. Películas todas ellas que, progresivamente, iban alejándose de la idea original y metiéndose en territorios tan bizarros como horripilantes. Por ello, ‘Megalodón’ fue un más que decente entretenimiento veraniego. Además fue una cinta filmada con cierto tino de cara a que el público buscase un disfrute y “refresco” en las salas durante el calor veraniego. Para sorpresa de todos, el film protagonizado por Jason Statham, terminó recaudando la friolera de 530 millones mundiales. Especialmente destacado fue su éxito en China. Por consiguiente, no fue ninguna sorpresa que se anunciara una secuela.

Expuesto lo anterior, vamos ahora con ‘Megalodón 2: La fosa’. Esta segunda parte no solo abraza el concepto más sencillo del citado shark-exploitation, sino que se desenvuelve entre una retahíla de homenajes al subgénero. Ahí tenemos, por ejemplo, el caso de Tiburón 2 (Jeannot Szwarc, 1978) como principal referencia en su narrativa y en algún momento en cuanto a tono. Además, ‘Megalodón 2’ también bebe de las monster-movies, la ciencia ficción subacuática, las cintas con bichos marinos asesinos e incluso la propia franquicia de ‘Jurassic Park’.

Como se puede apreciar, estamos ante un disfrutable cóctel de serie B. Un film totalmente desnortado, absurdo y que no se toma en serio en ningún momento. Se nota que Ben Wheatley, que sustituye a Jon Turteltaub, ha querido abrazar desde el primer minuto, y sin ningún tipo de pudor ni vergüenza, el divertimiento veraniego más ligero posible. Esto provoca que esta secuela sea más divertida y cachonda que la propuesta original. En su caso, ‘Megalodón’ se quedaba a medias entre la seriedad y el divertimiento. Ahora, ‘Megalodón 2: La fosa’ apuesta a que el espectador inteligente sea totalmente consciente del tipo de producción que va a ver. No se trata aquí de buscar más allá que la pura fiesta de serie B.

Lo anterior deja muy claro que el film que nos ocupa es un producto que va a hacer muchas concesiones al guión. El libreto incluye una cantidad de tópicos a cada cual más demencial. Incluso alguno sacado de la manga sin venir a cuento… No se busca la inteligencia ni complejidad narrativa de cara al desarrollo de los personajes. Por eso, Wheatley pone toda la carne del asador en un ritmo totalmente explosivo donde los personajes son brocha gorda total. Por ejemplo: la relación de Jonas con Meiying queda sin explicar, o la ausencia del personaje de Li Bingbing, de la que simplemente se dice que “falleció”. Al final, lo que busca ‘Megalodón 2’, y su público, es carnaza. Y con eso cumple sobradamente.

El punto más positivo de Megalodon 2: La fosa’ es su espectáculo absurdo y total sin concesiones ni tapujos. En este sentido, Wheatley se desmelena de forma competente en las casi constantes set-pieces dentro de las cerca de dos horas de metraje. En cualquier caso, advertir que no estamos ante una cinta gore ni mucho menos. Eso sí, hay cierto empuje de cara a algunas de las muertes que me parece bastante más currado que en la primera película… incluso alguna roza el cachondeo puro.

Por otro lado, y a diferencia del primer film donde Turteltaub hacia cierto uso del menos es más a la hora de mostrar a los megalodones, ahora Wheatley pasa de ello. El director opta por ofrecer claridad y nitidez en los ataques y apariciones de las diferentes criaturas. Además, y sin desvelar mucho, la aparición de otros monstruos ofrece cierto aire fresco de cara al clímax… lo cual es digno de agradecer. También creo que hay una mejora en el campo de los efectos visuales frente al primer film. Y lo mismo pasa, a su vez, con la música de Harry Gregson-Williams. El compositor entrega una mejor partitura que la compuesta para la primera parte.

Pasando al reparto, la propuesta vuelve a estar protagonizada por un Jason Statham (Jonas Taylor) que parece sacado de sus personajes de la saga ‘Fast and Furious’ o ‘Transporter’. También regresa Sophia Cai (Meiying) con su habitual desparpajo, a pesar de tener 14 años. Otros dos que también están de vuelta son Cliff Curtis (Mac) y Page Kennedy (DJ). El primero sigue en la línea del primer film, ni más ni menos. Y el segundo tiene uno de los giros más demenciales de toda la película. ¡Ver para creer!

Entre los nuevos el que más destaca es Jing-Wu, un artista marcial metido a actor desde hace bastante tiempo en su China natal. Aquí se desenvuelve bien como Jiuming Zhang, el tío de Meiying. La representación de Jing-Wu está pensada en no pocos momentos para la comedia física… no como la de Jackie Chan, pero sí en una línea similar. Nada que objetar al respecto porque Wu realiza una buena labor. Por nuestra parte mencionar a Sergio Peris-Mencheta como Montes, un mercenario cabreado que incluso maldice en español. Montes tiene una clara fijación contra Jonas Taylor. Por último están Sienna Guillory como Driscoli (la empresaria a cargo de la minería en la fosa) y Skyler Samuels como Jess, una informática cuyo rol fue prácticamente spoileado en los tráilers de muy mala manera.

En conclusión.
Acabo esta crítica de Megalodón 2: La fosa, una producción que ofrece un espectáculo absurdo y más disfrutable que su antecesora. Y lo hace de forma honesta y tremendamente adictiva. Un film que no solo se moja en el shark-exploitation, sino también en las monster-movies, la ciencia ficcion submarina y sus constantes homenajes al sugénero. Si además tienes a Jason Statham pateando megalodones… ¿qué más puedes pedir?

Tráiler de Megalodón 2: La fosa

Escucha nuestro podcast