Los Mercenarios
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Esta película nos ha transportado en el tiempo. Nos han hecho retornar al pasado para recordar con cierta melancolía el cine de acción de hace dos décadas. ‘The Expendables’ es sinónimo de hombres duros, de personajes que sangran y hacen sangrar. Y también de escenas de acción rodadas con agresividad y de actores reales que usan su verdadero físico para efectuar sus propias proezas. Ellos son ‘Los Mercenarios’.

“Somos las sombras y el humo en tus ojos. Somos los espíritus que se esconden en la noche” (Barney Ross)

Crítica de Los Mercenarios

Un buen homenaje al cine de acción de los 80/90. Así de fácil y breve puede definir lo que nos ofrece Sylvester Stallone en ‘Los Mercenarios’. Es cierto que vi la película con cierto resquemor a encontrarme con algo totalmente diferente a lo que se esperaba. Y es que las elevadas expectativas en ocasiones juegan malas pasadas. Pero también he de afirmar que ese resquemor desapareció tras los primeros quince minutos gracias a la brutal y divertida secuencia de presentación. En ese instante comprendí que Stallone nunca engaña a nadie, y que su nueva producción iba a ser una de las cintas más honestas y leales de toda su filmografía.

Efectivamente, Stallone quería homenajear al cine de acción de los años 80 y lo ha logrado con nota. Y lo ha conseguido ofreciéndonos una buena y muy entretenida película de acción, a pesar de sus defectos… que los tiene. En cualquier caso, resulta complicado no dejarse entusiasmar por una cinta que nos entrega un repertorio plagado de secuencias espectaculares, de caras conocidas (y añoradas) y de sangre a raudales. Aquí tenemos escenas de combate y destrucción llenas de dureza filmadas con gran sentido del ritmo. Peleas cuerpo a cuerpo directas y contundentes, bien coreografiadas (algunas no tan bien filmadas) y asentadas sobre las bases propias de las artes marciales convencionales y las más actuales MMA. Cuellos destrozados, estrangulamientos, manos amputadas y un sin fin de escenas propias de una verdadera misión suicida es lo que nos espera en pantalla.

Debo recalcar que, ante todo, estamos ante un film 100% de acción. Por lo tanto, nadie debe esperar interpretaciones de relumbrón. Tampoco un gran guión. Y ni mucho menos unos personajes complejos y profundos con los que poder reflexionar… ‘Los Mercenarios’ es un producto de evasión que, como tal, funciona perfectamente. Además, puede presumir de contener algunos momentos ciertamente épicos e inusitados en una propuesta de estas características. Me refiero, por ejemplo, a la impagable reunión entre Stallone, Willis y Schwarzenegger. Todo un orgasmo visual, aunque de pocos segundos.

Por supuesto, el film también adolece de algunas deficiencias que le hacen perder enteros. Una de ellas es presenciar ciertos combates cuerpo a cuerpo con un plano de visión demasiado cercano. Esto es algo que termina siendo un lastre aún mayor debido a un montaje incomprensiblemente acelerado que no deja ver con plena claridad lo que sucede. El ejemplo principal lo tenemos en el combate entre Dolph Lundgren y Jet Li. Por otra parte, y respecto al guión, Stallone duda sobre el carácter que desea implantar a la película. De ahí que estemos ante un planteamiento un tanto dubitativo que baila entre la acción, el humor y el drama. Siendo este último el factor más tóxico al recurrir a lo forzado, a lo tópico, e incluso a lo irracional (el absurdo dilema del personaje de Jet Li o la innecesaria subtrama romántica del personaje de Statham).

Por otra parte, es de alabar que Stallone haya sido capaz de lograr que el film no se convierta en una simple pasarela de músculos. Algo que muchos nos temíamos. Es bien sabido que la saturación de personajes en una película es poco aconsejable, puesto que se corre el riesgo de desequilibrar el relato. Y esto no sucede en ‘Los Mercenarios’. Todos, absolutamente todos, los actores disfrutan de su momento de gloria y lucimiento personal (aunque alguno merecía más, como en el caso de Daniels). Y esto es algo que pudo hacer cambiar de opinión al gran número de actores que rechazaron participar en esta epopeya de explosiones y mamporros. Actores, muchos de ellos imprescindibles que, quizás, rechazaron por temor a quedar relegados a un segundo plano en la historia. Me refiero a gente como Van Damme, Kurt Russell, Steven Seagal o Scott Adkins.

Hablando del casting, nuestros protagonistas parecen unos auténticos mercenarios en toda regla. Tipos pasándoselo en grande ya sea en plena guerra, o practicando la puntería con sus cuchillos sobre una peculiar diana. Festividad, camaradería, violencia, acción y muchas, muchas agallas. En consecuencia, todos los actores se encuentran muy cómodos en sus respectivos papeles y es el reparto el principal punto fuerte de esta producción.

Aunque hay que matizar que se difundió cierta publicidad un tanto exagerada por parte de la distribuidora. Me refiero al slogan: «Las más grandes leyendas del cine de acción juntas por primera y única vez«. Hablo, obviamente, de la breve presencia de Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger. Ambos se limitan a aparecer en calidad de cameo. Sin duda alguna se trata de jugosas participaciones que ponen el vello de punta, pero realmente son simples cameos. También es cierto que las auténticas leyendas ochenteras que aparecen de un modo intenso son solo dos: Sylvester Stallone y Dolph Lundgren, mientras que el resto pertenecen a generaciones posteriores. Aunque también debemos hacer mención a otros actores de los 80 como el siempre relegado Eric Roberts, el todo terreno Mickey Rourke y el actor de artes marciales de serie B Gary Daniels. Este último bastante desaprovechado, por cierto.

En cuanto a Jason Statham, se ha ganado mi admiración como miembro del actioner, pese a mis reticencias iniciales con este duro británico. En ‘Los Mercenarios’ me ha demostrado su gran potencial y carisma como héroe de acción. Y lo ha hecho tras una serie de productos repetitivos, sin alma ni tampoco demasiada coherencia. Respecto a su amigo Jet Li me habría gustado que tuviera más protagonismo. Aunque es cierto que para tratarse de un film coral, y protagonizado principalmente por Stallone, la asignación de minutos por actor es apropiada y suficiente como para que todos puedan lucirse. Por cierto, volviendo con Sly, es de resaltar que llevó a cabo un severo entrenamiento para ofrecernos su mejor versión física en años. Otros mercenarios importantes son interpretados por Terry Crews (Cesar) y el luchador Randy Couture (Toll).

El villano de la función va para David Zayas que se mete en la piel de Garza, un general reconvertido a dictador que tiene a su pueblo aplastado y odia a los norteamericanos. Y ya para terminar, comentar que también está a bordo Steve Austin. El veterano y carismático luchador de la WWE interpreta a Paine, el poderoso guardaespaldas del personaje de Eric Roberts. Atención a su mano a mano con Stallone que le valió al veterano actor una importante lesión en el cuello…

En resumidas cuentas.
Resumiendo esta crítica de Los Mercenarios, una espectacular cinta rodada por un Stallone en su segunda época de fama. Película dirigida principalmente a los amantes del género que no busquen ningún tipo de complejidad argumental ni mayores pretensiones que las de pasar un buen rato con algunos de los mejores actores de acción de todos los tiempos. Algo de humor, acción, sangre, golpes, explosiones y disparos de principio a fin. Todo embutido en un argumento simple, quizás lastrado por algún altibajo argumental y un halo dramático que sobra a todas luces, pero lo suficientemente correcto como para lograr que todo este grupo de glorias del cine de acción encajen a la perfección en la trama.

Tráiler de Los Mercenarios

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