La serpiente y el arco iris
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«En las leyendas vudús, la Serpiente es un símbolo de la tierra. El Arco Iris es un símbolo del cielo. Y entre ambos, todas las criaturas deben vivir y morir. Pero el hombre, por tener alma, puede quedar atrapado en un lugar terrible donde la muerte es sólo el principio…». Wes Craven presenta… ‘La serpiente y el arco iris’.

“En Haití hay secretos que ni siquiera nos decimos a nosotros mismos” (Lucien)

Crítica de La serpiente y el arco iris

En 1988, Wes Craven dirigió esta interesante película basada en las experiencias en Haití del antropólogo y etnobiólogo canadiense Wade Davis. Experiencias que plasmó en su libro ‘El enigma zombi’. En esta obra ahondó en el misterioso y espinoso tema de los zombis haitianos y en el llamado «polvo zombi». En palabras de uno de nuestros autores más reconocidos y prestigiosos, Javier Sierra: “Wade Davis había encontrado la respuesta que buscaba. Pero a la vez se ganó fuertes críticas. Algunos lo acusaron de crédulo y criticaron duramente que ayudase a profanar la tumba de una niña para sus propósitos. Eso, por no hablar de lo difícil que es controlar las dosis del veneno del pez globo para no causar la muerte”.

En el libreto de la película, los guionistas, Adam Rodman y Richard Maxwell, exponen de un modo lo más realista posible el mito o realidad del llamado “polvo zombi”. Todo a través de su búsqueda en Haití por parte del protagonista Alan (Bill Pullman). Incluso se dedican unos minutos de la cinta para detallar las sustancias que, supuestamente, integran esta fórmula. Esto tiene lugar cuando Louis Mozart (Brent Jennings) ayuda a Alan en la preparación de la mítica fórmula en un cementerio local.

Nuevamente vuelvo a citar a Javier Sierra al respecto de la fórmula. En sus palabras: “Una cuidada mezcla de plantas como el áloe o el cedro, con huesos humanos, cerillas machacadas, azufre en polvo y un veneno de pez considerado una de las substancias naturales más tóxicas entre todas las conocidas: la tetrodotoxina”. Aplicado el «veneno», el sujeto queda aparentemente muerto por la brutal bajada del ritmo cardiorrespiratorio. En consecuencia, es enterrado vivo. Después es desenterrado ya convertido en un auténtico zombi privado de voluntad. Un esclavo sin conciencia.

Pero además de la búsqueda de la fórmula maldita, en este film también juegan un papel muy importante otros factores. Elementos como el chamanismo. En este sentido, la experiencia inicial de Alan, encontrando su tótem protector en la figura del jaguar, será fundamental. Y también destaca el continuo debate que se plantea sobre la existencia o no del alma… clave para entender al cien por cien el supuesto efecto de la mezcla. Como digo, estamos ante un film más interesante que terrorífico.

No obstante, y como no podía ser de otra forma, ‘La serpiente y el arco iris’ también tiene sus buenos momentos de horror. Aquí presenciaremos escenas de pesadilla verdaderamente impactantes. Escenas oníricas que parecen existir sólo en la mente de Alan… pero cuya realidad puede llegar a terminar con él. Tal es el poder de los bokor (brujos del vudú haitiano) representados por la figura de Peytraud (Zakes Mokae). Atención, sobre todo, a la parte final del film plagado de aterradoras secuencias.

En lo que respecta al reparto, todos los intérpretes brillan a gran altura. Al frente tenemos a un Bill Pullman absolutamente metido en su papel de Alan. Pullman destaca, especialmente, en la parte final del metraje… Ahora bien, hay un personaje que se sitúa por encima del resto y que, gracias a él, la película funciona estupendamente. Me refiero al malvado bokor Peytraud, interpretado muy brillantemente por Zakes Mokae, un actor que en pocas películas tuvo la suerte de tener un papel tan destacado y agradecido como este. También destaca Paul Winfield en su papel de Lucien, un sacerdote contrario a Peytraud. Winfield se caracterizaba por dotar de gran personalidad y carisma a todos sus personajes. Este sacerdote no fue una excepción. Así pues, buena parte del éxito del film, a nivel de casting, la tuvieron estos dos grandes actores. Desgraciadamente, ya no están entre nosotros…

“Recuerde que, pase lo que pase, la muerte no es el final” (Lucien)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de La serpiente y el arco iris, un film más interesante que fantástico y/o terrorífico. Una película con más de 30 años a sus espaldas. Wes Craven trató de acercar al gran público de un modo bastante realista algo tan enigmático y terrorífico como el fenómeno de los “zombis haitianos”. Hoy en día ya no se hacen films como este. Si les interesa el tema de los supuestos «zombis reales» no dejen de verlo.

El “polvo zombi”.
El investigador Manuel Carballal, en ‘La Rosa de los Vientos’ emitida en Onda Cero en la madrugada del domingo 07 al lunes 08 de noviembre de 2010, habló del llamado “polvo zombi”. Manuel declaró: “Hay muchísimos casos bastante documentados de la zombificación en Haití. La zombificación muy probablemente se debe a una droga: al polvo zombi. En realidad es una composición química con más de 100 elementos distintos pero basados en la tetrodotoxina, una sustancia que sale del pez globo. Es una auténtica obra de arquitectura química como se prepara por los bokor-brujos del vudú haitiano. Es un veneno muy rápido. Un anestésico que hace descender el ritmo cardiorrespiratorio. Los familiares creen que esa persona ha muerto y lo entierran vivo».

Tráiler de La serpiente y el arco iris

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