La dama y el vagabundo (2019)
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¡Que no pare la fábrica de remakes de los Clásicos Disney! Así sean meritorios porque entonces la animación tradicional era la única forma de contar esa particular historia y/o porque se les pueden incorporar elementos nuevos. En esta ocasión, la diferencia radica en que esta nueva versión de ‘La dama y el vagabundo’ (2019) es exclusiva de Disney +.

Crítica de La dama y el vagabundo (2019)

Con cada compañía de entretenimiento lanzando su propio contenido de subscripción digital depende de cada una ofrecer algo atrayente. Resulta importante tener un gran catálogo de películas y/o series puesto que vivimos en un mundo cuyo público quiere ver cosas nuevas y casi siempre una vez. Así las cosas, Disney optó por hacer del nuevo “remake” deLa dama y el vagabundo (1955) una película exclusiva de Disney + en lugar de estrenarla en cines. Y, honestamente, fue la decisión correcta.

Si hablo bien del Clásico, en su respectiva reseña, lo hago por sus puntos fuertes como film animado. Sin embargo, no es de mis favoritos ni tampoco ofrece un contenido que creo merezca la pena llevarse a la pantalla grande en la actualidad. Hablamos de un producto muy de su época. De hecho, se trata de una historia muy simple y cuyo principal “AS” es que todo se desarrolla bajo el punto de vista de los perros. ¿Qué optó Disney por hacer con este “remake”? Básicamente nada nuevo. Estamos ante otro live-action muy parecido a El rey león (Jon Favreau´, 2019).

De entrada, ‘La dama y el vagabundo’ (2019) no se trata de animación por ordenador como tal. Los perros son reales aunque les ponen voz actores humanos. En el caso de Reina la dobla Tessa Thompson y a Golfo le pone voz Justin Theroux. La animación otorgada a los canes por ordenador es la de conseguir hacerlos “hablar”. Eso sí, optaron por realizarlo de la forma más simple para hacerlos realistas.

Por otro lado, los humanos tienen mayor protagonismo cuando antes apenas se mostraban. Dados los tiempos actuales, la pareja ya no puede ser blanca como lo eran en el clásico. En esta nueva adaptación Jaime «Querido» (Thomas Mann) es blanco, Linda (Kiersey Clemons) es negra y la tía Sarah (Yvette Nicole Brown) también es negra. Además se ha optado por cambiar “La Canción del Gato Siamés/Siamese Cat Song” y la raza de estos. Otro gran cambio de este remake es que Jock, el terrier escocés, ahora es una perra (Jackie con la voz de Ashley Jensen) a la que le gusta que su dueña artista la pinte. ¡Ése es el nivel de creatividad! Todo lo demás igual. A continuación ahondo un poco más en estas “novedades”.

Como expuse anteriormente, el gran punto fuerte del clásico era la excepcional labor de los animadores. No sólo en la naturalidad de cómo los perros se movían y actuaban, sino que por ser dibujos se tomaron la libertad de otorgarles expresiones humanizadas para conectar con el espectador. Esto se pierde totalmente en esta nueva versión. Por su parte, el hecho de dedicarle más tiempo a los humanos no es excesivo pero sí se nota. Y, de nuevo, la dirección y “gracia” del clásico era enfocarlo todo desde la perspectiva y apreciación de los perros.

Por su parte, la pareja interracial no es que esté mal. Sencillamente es un cambio totalmente innecesario y que no es más que un reflejo de los tiempos actuales de diversidad por diversidad. No aporta nada. Por no mencionar que ambas películas se basan en la historia de una revista de 1945 y, desde luego, de esa época son los dos films. En este sentido, tomen este dato importante: en Estados Unidos los matrimonios interraciales se hicieron legales en 1967…

“La Canción del Gato Siamés” siempre ha sido un punto de crítica negativa puesto que muchos consideran que se trataba de una burla a la cultura china. Así las cosas, Disney ha optado por cambiar la raza de los gatos. Además, tampoco tendría sentido con la canción nueva que en inglés lleva el título de “What a Shame!” (¡Qué Vergüenza!). Por supuesto el nombre de los gatos también se cambia. Si antes se llamaban Si y Am, ahora se llaman Devon (Nate Wonder) y Rex (Roman GianArthur). Finalmente, el cambio de macho a hembra de Jock a Jackie resulta tan innecesario como ridículo. ¿Qué se gana con eso?

Finalmente, el film original tenía una duración de 76 minutos mientras que esta nueva versión dura 104 minutos. Así pues, se han añadido cosas pero se hace de manera insustancial o extendiendo escenas. Por parte de los actores, tanto los humanos como los de doblaje, se limitan a cumplir y punto. Tampoco es que pudieran hacer gran cosa con el material. Si tengo que decir algo realmente positivo sería que estamos ante una película con animales como protagonistas que recuerda a las que se hacían en tiempos pasados.

Conclusión.
Termino esta crítica de La dama y el vagabundo (2019), francamente no recomendaría esta nueva versión. Todo se resume en casi un calco del Clásico por tirar de hacer versiones realistas perdiéndose la espectacular animación tradicional. Amén de que los pocos cambios/novedades resultan irrelevantes e innecesarios.

Tráiler de La dama y el vagabundo (2019)

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