La casa de los 1000 cadáveres
30 de Octubre de 1.977. En una vieja y mugrienta gasolinera irán a parar cuatro jóvenes para repostar e informarse sobre la zona. La gasolinera está dirigida por el Capitán Spaulding, un tipo disfrazado de payaso que no solo sirve gasolina y pollo frito (¡!) sino que tiene su propio museo de los horrores en la gasolinera. Y por si te quedas con ganas de más, siempre puedes subir a su atracción del terror en la que se te mostrarán réplicas de los grandes asesinos de época del condado. Pero todo esto era una mera excusa para encubrir los asesinatos más macabros que se han llevado a cabo por parte de una familia. Si te capturan, reza por estar muerto.
Valoración:
Ópera prima de Rob Zombie, con la cual consiguió ganarse una legión de adeptos sedientos de ver sus nuevas bizarradas. La casa de los 1000 cadáveres basa todo su potencial en enseñarnos lo ya visto pero desde el toque personal del señor Zombie. La película es una bizarrada de serie B pero no por ello es mala o prescindible. Es decir, de mala y tópica que es, es encumbrada como una cinta admirada y “grande”. Ha conseguido adeptos por doquier. Su originalidad mezclada con los claros homenajes a films como La Matanza de Texas por mencionar alguna, unidos a sus raíces hacen de ella una película francamente interesante.
Su director ha dotado a la cinta de extravagantes toques personales que no gustarán a todo el mundo. Por poneros un ejemplo, une fragmentos cortos de grabaciones caseras con una cámara doméstica con la película o un constante movimiento sin saber realmente qué es lo que aparece en la pantalla durante los créditos iniciales y alguna secuencia hacen que el producto final sea un tanto irregular, o al menos bastante poco comercial y no muy atractivo. Pero ahí es donde reside la magia del director, en hacer lo que le da la gana y que guste pese a lo sucio y desagradable del asunto. Y es que La casa de los 1000 cadáveres es un film polvoriento, oscuro y muy desagradable. Usa el gore como arma principal pero desde luego este no viene solo sino que de la mano trae a su amigo el sarcasmo y el más puro humor negro dando como resultado algo realmente surrealista a la vez que no dudas de lo que ves. Efectos contradictorios que consigue el colega Zombie (vaya con el nombre artístico que se puso).
Como he comentado, rinde un claor homenaje a films de los 70 de temática sangrienta y no lo hace queriendo imitarlos sino que los encumbra en lo más alto reconociendo que bebe de ellos y que son una clara inspiración. No voy a revelar nada pero decenas de detalles, nombres, escenas y guiños os serán más que familiares y una sonrisa de oreja a oreja aparecerá en vuestro semblante en más de una ocasión.
Si bien la esencia de la película es su trasfondo violento y sangriento, lo cierto es que nada sería de ello si los actores cayeran en saco roto. En pocas palabras: los actores se salen. Y no estoy hablando de las cuatro inocentes víctimas sino de la familia que habita en la casa. Personajes como el Captain Spaulding, Baby, el abuelo, la madre u Otis tienen tanto que contar que podrían aparecer en una serie independiente para cada personaje. Son carismáticos y están demasiado enfermos mentalmente como para no quedarse uno helado imaginándose en la piel de la pobre víctima.
Como curiosidad mencionar que Baby está interpretada por Sheri Moon Zombie, mujer del director y que ha aparecido en todas las películas que su marido ha rodado.
La música está compuesta en su mayor parte por el propio Rob Zombie (músico que tuvo su grupo propio, White Zombies) y pese a que no me gusta lo más mínimo, tiene su punto y pega bastante bien con la casquería que se avecina, una especie de «adelanto a lo que nos espera».
Conclusiones:
La casa de los 1000 cadáveres es una película muy especial. No gustará a todo el mundo, ni siquiera a una gran parte de fanáticos del gore. Y es que Rob Zombie es muy particular y filma lo que quiere como quiere. Eso ha hecho que sus películas «se revaloricen» con el tiempo siendo esta y su atronadora secuela (Los Renegados del Diablo) unos clásicos del terror mejor valorados por el público a día de hoy que cuando se estrenaron. Eso se debe en gran parte a que la gente conoce a Rob Zombie y su particular manera de dirigir y aparte de no coger por sorpresa a nadie lo que antes no gustaba empieza a ser cool y a gustar a grandes masas. Prueba de ello es que le dieron el remake (y secuela) de Halloween al sr. Zombie, siendo un film con su sello particular aunque algo más comercial.
Si tienes pensado ver La casa de los 1000 cadáveres ten en cuenta que puedes salir decepcionado si esperas lo que no es. Eso si, si la sabes comprender, quizás llegues a disfrutarla.
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