El maestro del agua
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Hoy os cuento la historia de un hombre que no se rindió. Un hombre al que su inquebrantable fe en sus posibilidades, su tesón y amor hacia sus hijos le hizo emprender un viaje que para cualquiera de nosotros sería imposible. Ese hombre es… ‘El maestro del agua’.

“El Príncipe cerró los ojos y dijo: ¡Tangú!” (La mil y una noches”)

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Crítica de El maestro del agua

Tras ver esta película me ha quedado bastante claro que Russell Crowe no se dedicó simplemente a actuar (mucho y bien) en las cinco películas (creo que han sido cinco) en las que estuvo a las órdenes de Ridley Scott. Parece bastante claro que Crowe también aprendió el arte de dirigir bien de un gran cineasta como es Ridley Scott (con sus virtudes y defectos pero un gran cineasta de nuestro tiempo). Y todo aquello que Crowe aprendió trabajando y observando a Scott (y a otros directores) lo aplica de manera destacada en esta su ópera prima: ‘El maestro del agua’.

‘El maestro del agua’ es un film en el que Russell Crowe vuelca en su dirección todo el cuidado, cariño y sensibilidad de alguien que sabe que está rodando su primera película y quiere hacerlo bien. El resultado de su trabajo es una buena película en la que el actor (y ahora también director) demuestra que, cuando decida dejar de actuar, tiene futuro (y bueno) como cineasta. Ejemplos de esto son: el gran trabajo en la filmación de las escenas de guerra (pocas pero muy bien rodadas, con especial incidencia en las sangrientas y terribles escaramuzas en las trincheras), los flashbacks al pasado de los personajes hábilmente insertados a lo largo de la trama, o la conseguida ambientación natural de los diferentes escenarios. Amén de lograr una notabilísima dirección de actores logrando que todos empaticen con el espectador.

Destaca también la banda sonora obra David Hirschfelder. El músico dota al film de unas partituras muy apropiadas según los diferentes tonos que va adquiriendo la película. Aquí tendremos épica, tristeza, amor, guerra,… La música se siente naturalmente integrada en el todo y funciona calando en el público.

“Pronto, Dios te dará la espalda” (Cura)

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El guión obra de Andrew Knight y Andrew Anastasios también alcanza el notable. Tenemos una historia plagada de grandes frases para el recuerdo (como las que reproduzco en esta reseña) y que cala desde el primer minuto. El punto de partida es la historia del granjero Joshua Connor. Un hombre que, apoyado en su amor hacia sus hijos y en su inquebrantable fe, los buscará en “territorio fantasma”. Esto le llevará a descubrir la humanidad y amistad tras la guerra.

Nuevamente estamos ante una película que nos deja una visión desmitificadora de la guerra y de los combatientes de un lado y otro (en este caso, australianos y turcos). De esta forma, vemos a los militares como lo que en definitiva son: hombres con pasado empujados a combatir para defender a su país, o por la creencia en unos ideales. En este sentido, me gustó especialmente el tratamiento ofrecido hacia los militares y autoridades turcas. Militares y autoridades presentados con frecuencia en el cine como tipos despreciables (recuerden, por ejemplo, ‘El expreso de medianoche’). En esta cinta esto no sucede. Aquí los vemos como hombres de honor que tienen que soportar la humillación de ver a su país repartido y dividido después del conflicto. Es muy de agradecer esta visión. Personalmente ya me era cansino ver “siempre la misma cara áspera de la moneda”.

Quizás lo que pueda desentonar del libreto es el durísimo retrato ofrecido de los soldados griegos (prácticamente demonios humanos) y la leve crítica que se hace al machismo de la sociedad islamista a través del acercamiento a la figura de Ayshe (Olga Kurylenko). Desentona no por su carga crítica, sino porque me parece que distrae de la narración y/o historia principal. Una historia que, como ya expuse, es una búsqueda familiar.

“Hay cosas que jamás deben olvidarse” (Hasan)

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“Para mí este lugar es una gran tumba”… Buscando en el Pino Solitario.

Uno de los grandes triunfos de ‘El maestro del agua’ son sus actores. El peso principal (como no podía ser de otra forma) recae en el propio Russell Crowe. El actor neozelandés da vida al granjero y zahorí Joshua Connor. Un hombre abocado a la tristeza que vive con una esposa mentalmente ida desde que sus tres hijos desaparecieron en la batalla de Galípoli (“Los encontraré y te los traeré a casa”). Decir que la actuación de Crowe es destacadísima no es decir nada nuevo. Este gran intérprete dota de enorme credibilidad a todos sus trabajos y este no es una excepción. Un coloso de la interpretación, sin lugar a dudas.

Al lado de Crowe lucen y destacan también muchísimo los intérpretes turcos Yilmaz Erdogan y Cem Yilmaz metidos completamente en sus roles. Yilmaz Erdogan da vida a Hasan “el asesino”, un jefe militar turco que dirigió a sus tropas en la batalla de Galípoli y que demostrará que las malas leyendas muchas veces las fabrican los vencedores. Por su parte, Cem Yilmaz es el sargento Cemal, el principal guardaespaldas y amigo de Hasan al que guarda fidelidad absoluta.

“La máxima pena para un hombre es sobrevivir a sus hijos” (Hasan)

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Papeles secundarios, con mayor o menor importancia, son los que tienen Olga Kurylenko y Jai Courtney. Olga es una actriz de presencia destacada en pantalla. Una artista que suele rendir bastante bien en las películas en las que la tengo vista. En esta cinta interpreta a Ayshe, una temperamental mujer turca que sueña con convertirse en europea y escapar así de las costumbres machistas. Ayshe se ocupa de la pensión en la que se hospedará Joshua Connor. Por su parte, Jai Courtney tiene un papel más breve pero muy brillante. En pantalla se mete en la piel del Teniente Hughes, el encargado de tratar con Hasan la búsqueda e identificación de los cadáveres de ambos bandos fallecidos en “la zona fantasma” conocida como “El pino solitario”.

Finalmente, menciones para el pequeño Dylan Georgiades que transmitirá algún momento de humor y ternura al film, y para los intérpretes australianos Ryan Corr, James Fraser y Ben O’Toole. Este trío son los desaparecidos hijos de Joshua Connor. Tres jóvenes soldados que combatieron en Galípoli en defensa de sus ideales y a los que conoceremos a través de breves flashbacks.

“La esperanza es una necesidad en mi país” (Joshua Connor)

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En conclusión.
Concluyo esta crítica de El maestro del agua, ya poco me queda por comentar acerca de esta ópera prima de Russell Crowe. Entre manos tenemos un destacado film que huye de las espectacularidades y efectos especiales con que nos saturan en los últimos tiempos los blockbusters más rutilantes. Una cinta que nos relata con gran tino la incasable búsqueda de un hombre que se negó a detenerse ante la poderosa burocracia militar y los obstáculos que se le presentaron en el camino. En definitiva, ‘El maestro del agua’ es cine, es buen cine.

Tráiler de El maestro del agua

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