El guerrero nº 13
Ahmed Ibn Fahdlan es un reconocida poeta de Bagdad que cae en desgracia a los ojos del Califa. En consecuencia es enviado como embajador a las tierras salvajes de los bárbaros. Allí un oráculo hará que termine enrolado junto a doce vikingos reclamados para enfrentarse a un oscuro mal. (Cineycine).
Ya han pasado más de 20 años de la unión de dos referentes del cine de los años 90. Me refiero al director John McTiernan y al novelista Michael Crichton. Parecía que la producción sería un completo éxito, pero los resultados no fueron del gusto de los productores ni del propio Crichton. Aún así, en pantalla tenemos una película bastante disfrutable que nos cuenta la historia de ‘El guerrero nº 13’.
“El guerrero número 13 eres tú” (Melchisidek)
Crítica de El guerrero nº 13
La década de los 90 fueron los años de máximo esplendor tanto para John McTiernan como para Michael Crichton. Las películas dirigidas por el primero se convertían en auténticos éxitos, y las novelas y guiones del segundo eran muy reclamados. En ‘El guerrero nº 13’ ambos unieron fuerzas. McTiernan se ocupó de la dirección y Crichton prestó su novela, ‘Los devoradores de cadáveres’, al guión adaptado por Warren Lewis y William Wisher. Además, el propio novelista dirigió algunos reshoots posteriores de la cinta por su, al parecer, descontento con el resultado final. Un resultado que, a nivel argumental, dejaba algunos aspectos de la obra en el aire.
A pesar de los cambios, y de otras incidencias, ‘El guerrero nº13’ es un disfrutable film de aventuras. La historia nos viene a presentar un grupo de hombres enfrentados a un terrible y oscuro mal. En este sentido, los ecos a cintas como ‘Grupo salvaje’ (Sam Peckinpah, 1969) o ‘Depredador’ (John McTiernan, 1987) son más que evidentes. De esta última incluso podemos ver un claro guiño cuando el grupo vikingo encuentra en una cabaña a un pobre desgraciado colgado boca abajo con las tripas esparcidas por el suelo… Por otro lado, el libreto lógicamente está plagado de referencias más o menos acertadas a la cultura vikinga.
La cinta destaca mucho a nivel de producción. Estamos ante un film rodado en escenarios naturales de la Columbia Británica (Canadá) donde todo sabe a verdad. En pantalla veremos los drakkars vikingos, sus enterramientos, sus poblados y alguna referencia a sus mitos y dioses. Todo ello salpicado de una violencia que actualmente es casi imposible de encontrar en un film comercial. Aquí veremos cabezas cortadas, amputaciones varias, sangre y toda una inhumana cueva repleta de huesos humanos. En este aspecto, el único reproche que se le puede hacer a la cinta es su oscuridad en determinadas escenas: una de las batallas y, precisamente, las escenas desarrolladas en la citada cueva.
La violencia me lleva a hablar de los enemigos a los que deben hacer frente los vikingos: los llamados Wendols. Aquí lo mejor es la manera en la que se nos van presentando poco a poco, y entre la bruma y “dragones de fuego”. La intención es que el espectador sienta, al igual que los protagonistas, que se trata de un enemigo inhumano e incluso espectral. Un enemigo que despelleja a los vivos (como el Predator) y que se come a los muertos. Posteriormente, y según avanza el metraje, ya se va revelando su verdadera identidad.
Cambiando de tercio, atención a la banda sonora del maestro Jerry Goldsmith, que tuvo que trabajar sobre unas partituras previas de Graeme Revell. El trabajo de Goldsmith es sensacional con composiciones de todo tipo: aventureras, siniestras, épicas,… Estamos ante una de esas BSO que se adecuan perfectamente a la historia mostrada y que elevan considerablemente el global y calidad del conjunto.
“Me equivoqué. Estos no son hombres”. Los 13 magníficos.
En el elenco el nombre de Antonio Banderas es el que adorna en grande el póster. En el film interpreta a un personaje histórico: Ibn Fadlan, un cronista y viajero árabe del siglo X. Banderas lo recrea como un noble inteligente y capaz de adecuarse a las circunstancias y compañeros. Un hombre valiente que irá descubriendo que también lleva un guerrero en su interior. En el principio de la película tiene a su lado a su amigo Melchisidek que le sirve de traductor. Melchisidek es interpretado por el mítico Omar Sharif, pero poco o nada se puede decir de su labor ya que no estará en pantalla ni diez minutos.
La compañía de vikingos está formado por fornidos y gigantescos actores. Entre ellos sobresale la figura del checoslovaco Vladimir Kulich encarnando a Buliwyf, el jefe de la partida. Lo cierto es que su físico y presencia le hacen destacar robando mucha de la importancia al propio Banderas. Tan es así que Kulich es quien lleva a cabo las acciones más destacadas de todos los combates. Otro que también llama la atención es Herger interpretado por el noruego Dennis Storhøi. Aquí tenemos al vikingo de trato afable que se convierte en el mejor amigo de Fadlan, al que llama cariñosamente: “pequeño hermano”. Otros miembros del grupo son interpretados por Tony Curran y Clive Russell.
Del resto del casting muy poco que comentar, ya que la importancia es para Banderas y los vikingos. No obstante, citar a Diane Venora como la reina del poblado al que el grupo acude a auxiliar. El viejo rey es interpretado por el sueco Sven Wollter que poco más hace que estar sentado. Finalmente, la también sueca Maria Bonnevie da vida a Olga, una chica del poblado que se siente atraída hacia Fadlan y que cura sus heridas.
“Moriremos aquí” (Buliwyf)
En conclusión.
Finalizo esta crítica de El guerrero nº 13, un film que si te gustan las aventuras épicas y oscuras no puedes dejar pasar. Es cierto que, vistos los antecedentes y personal involucrado, se podía haber esperado más. También es cierto que la película da la sensación de que habría sido mejor con un mayor metraje. Ahora bien, todo eso son meras especulaciones y al final lo que nos queda es un film directo, entretenido y muy por encima de la media de muchos productos actuales anunciados a bombo y platillo.
Tráiler de El guerrero nº 13
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