El ciempiés humano 3
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Se suele decir que: “No hay dos sin tres”. Y, fiel al dicho, Tom Six regresó con una tercera parte de su Human Centipede. Y lo hizo después de haber conseguido triunfar y escandalizar, a partes iguales, con los dos films precedentes. Llegó el momento de superar todos los límites en ‘El ciempiés humano 3’.

“¡Te dije que esas películas eran una puta mierda!” (Billy Boss)

Crítica de El ciempiés humano 3

Después del éxito y resonancia internacional que Tom Six consiguió gracias a El ciempiés humano (2009) y El ciempiés humano 2 (2011), pensó que una tercera entrega sería una gran idea. Y, nuevamente, lo principal sería llevar el “ciempiés” a una nueva e insuperable dimensión. Recordemos que la primera “criatura” contaba con 3 miembros humanos en su “formación”, la segunda se fue ya a las 12 piezas… y para esta tercera parte nos vamos a las cerca de 500. ¡Nada es imposible en este universo de bizarro y extremo metacine creado por el director y guionista holandés! Pero, lejos del gran espectáculo de enfermedad, horror y escatología que vimos anteriormente, en ‘El ciempiés humano 3’ reina la vagancia y la comedia grotesca. Ambas características no llevan a lado alguno, tampoco ofrecen ninguna novedad y lo peor es que terminan por aburrir. Sin duda, esto último lo más criticable.

Tal y como acabo de afirmar, en la dirección se aprecia claramente una gran ociosidad. No hay más que ver cómo Tom Six repite una y otra vez el mismo plano del patio de la penitenciaria y las escenas en la torreta de vigilancia. Por si fuera poco, la exhibición del tan cacareado e interminable ciempiés queda básicamente en nada. De hecho, no pasa de ser la imagen del póster, es decir, los fans no van a ver mucho más que esa imagen… pero en la pantalla de la televisión. Lo único rescatable sería la cruel filmación de algunas torturas, la más o menos lograda ambientación carcelaria y el aspecto de “film americano” de la producción gracias, en parte, a la repetición en la fotografía de David Meadows.

En el guión, el propio Six vuelve a repetir la fórmula de metacine ya empleada en la segunda película. Pero esta vez no la enfoca hacia el terror enfermizo, sino hacia la comedia autoparódica y grotesca. Y el resultado es una chapuza en toda regla. El propio Six se da el gustazo de salir en pantalla para dar consejos sobre el ciempiés carcelario. Además no creo que haya una sola línea de diálogo en la que no estén insertados varios insultos, palabras malsonantes y/o de pésimo gusto. Digamos que uno puede soportar cierto nivel de lenguaje basura y demás… pero que esto sea una constante a lo largo de todo el metraje acaba por hacerse insoportable. De esta manera, palabras como violación, follar, joder, cabrón, mierda, castración y muchísimas más (y mucho peores) sonarán como en un aberrante concierto sin final.

Respecto a la casquería, gore, sangre, escatología y demás parafernalia sádica… decir que la trilogía alcanzó su cenit en la segunda entrega. Esta tercera parte recupera el color, pero su nivel de atrocidad queda por debajo de lo visto anteriormente. Aquí asistiremos a alguna que otra tortura, alguna castración y salpicones de sangre provocados por los disparos de Boss. Pero, vista la inhumana segunda cinta, ya nada nos puede sorprender. De hecho, bien podemos considerar a ‘El ciempiés humano 3’ un film “descafeinado” en estos aspectos. Tan es así que la propia unión y exhibición de los reclusos (como ya expuse antes) queda prácticamente en nada. Y esto último, sin duda, llevará a la decepción a los más acérrimos seguidores del bizarrismo de esta enfermiza franquicia.

El casting rescata a los dos villanos de las dos primeras películas, aunque en papeles diferentes. En primer lugar tenemos a Dieter Laser encarnando a Billy Boss, el alcaide de la penitenciaria George H.W. Bush. En esta ocasión, la suya es una performance absolutamente insoportable y más allá de la sobreactuación. Laser se pasa toda la película gritando, súpernervioso y lanzando insultos. Tal y como me comentó un amigo: “Parece que le fuera a dar un infarto en cualquier momento”. Respecto a su personaje, decir que odia a todos los reclusos y estos, a su vez, le odian a él. Además está obsesionado con castrarlos a todos y no para de beneficiarse a su secretaria, a la que apoda despectivamente “tetitas”.

En segundo lugar está Laurence R. Harvey como Dwight, el contable de la prisión. Harvey tampoco iguala su descomunal actuación de la segunda entrega, pero hace una buena labor y cambio de registro como un hombrecillo obsesionado con el díptico de ‘The Human Centipede’. El trío de funcionarios carcelarios lo completa Bree Olson como Daisy alias “tetitas”. Su función es enseñar cacho y satisfacer las ansías sexuales de Billy Boss, mientras el pobre Dwight la ama en secreto. El resto son todo cameos y/o apariciones de más o menos minutos de gente como Eric Roberts (gobernador Hughes) o el mismísimo Tom Six interpretándose así mismo. Por último, y entre la población reclusa, podemos identificar al gigante Tom Lister Jr., al siempre tatuado Robert LaSardo, a Clayton Rohner (doctor Jones), Jay Tavare e incluso un brevísimo cameo de Akihiro Kitamura.

“Tenemos que hacer un ciempiés humano con todos nuestros presos” (Dwight)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de El ciempiés humano 3, una tercera parte que se despacha rápido. Estamos ante una película que queda muy pero que muy por debajo de las cintas precedentes. Toda saga tiene un número determinado de films que no debería superar. Y, en el caso del ciempiés, queda demostrado que este cierre ha sobrepasado con creces ese número. Es una pena que una serie tan enfermiza y brutal como esta haya terminado convertida en una auténtica gansada difícilmente soportable…

Tráiler de El ciempiés humano 3

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