La maldición de Bly Manor
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“Estamos viendo todas las historias de fantasmas de Henry James como el punto de partida de esta serie. Para sus fanáticos va a ser bastante salvaje y para las personas que no están familiarizadas con su trabajo será increíblemente aterrador”. Mike Flanagan nos invita a conocer otra mansión y otra maldición. Bienvenidos a… ‘La maldición de Bly Manor’.

“Eres tú. Soy yo. Somos nosotros” (Peter Quint)

Resumen.
A continuación, una breve descripción-sinopsis de los nueve capítulos que componen ‘La maldición de Bly Manor’. Esta serie fue vista en exclusiva a través de Netflix. Los resúmenes se presentan con sus títulos en español y sin importantes destripes.

Episodio 1: El mejor de los lugares.
Norte de California, 2007. Durante la jornada nocturna previa a una ilusionante boda, una mujer mayor cuenta a los prometidos y a varios invitados una larga historia de fantasmas. La historia remite al Londres de 1987 y a una “au pair” norteamericana llamada Dani contratada a tiempo completo en la rica finca de Bly Manor. Allí deberá hacerse cargo de Flora y Miles, los sobrinos pequeños del prestigioso abogado Henry Wingrave.

Episodio 2: El pupilo.
Se narran los sucesos que provocaron la expulsión de Miles del internado católico en el que estaba estudiando. De regreso a Bly Manor, Miles empezará a tener malos comportamientos con Dani.

Episodio 3: Las dos caras (I).
Retrocedemos un año para conocer a Peter Quint y Rebecca Jessel y la relación que ambos establecieron en Bly. De vuelta al presente, Dani y Miles identifican a Quint como la figura que, al parecer, ha estado vagando por la finca.

Episodio 4: Los amigos de los amigos.
Dani recuerda su triste y trágico pasado y la fantasmal presencia que la acompaña desde entonces. Por su parte, Owen recuerda por última vez a su madre recientemente fallecida.

Episodio 5: El altar de los muertos.
A través de los recuerdos de Hannah Grose vamos viendo sus relaciones con el resto de habitantes de Bly Manor y también presenciaremos trascendentales hechos pasados.

Episodio 6: El rincón feliz.
Dani y Jamie arreglan su situación amorosa y conoceremos el drama familiar de esta última. Por su parte, también descubriremos la cerrada personalidad de Henry Wingrave atormentado por su fantasma personal y sentimiento de culpa.

Episodio 7: Las dos caras (II).
Dani descubre a la fuerza los conceptos de “engullir” y “saltar de sueño en sueño”.

Episodio 8: La leyenda de ciertas ropas antiguas.
Retrocedemos en el tiempo hasta el siglo XVII para conocer toda la historia del origen de “la maldición de Bly Manor”.

Episodio 9: Las bestia en la jungla.
Dani se enfrenta a “la maldición de Bly Manor” y termina pagando un precio muy alto. Para soportar todo ese peso tan sólo contará con la ayuda y el amor incondicional de Jamie.

Crítica de La maldición de Bly Manor

En 2018 Mike Flanagan pegó el pelotazo escribiendo y dirigiendo para Netflix La maldición de Hill House’. Hablamos de una serie muy particular, misteriosa y terrorífica que los amantes más sibaritas del género encumbraron rápidamente. Tal fue su éxito de visionados y crítica que rápidamente Flanagan y Netflix se pusieron manos a la obra para traer una “continuación”. Ahora bien, los propios sucesos de la serie hacían esto imposible. ¿La solución? Crear una antología, es decir, shows unidos por un tipo de nexo común. En este caso serían las maldiciones, concretamente las casas malditas. Así surgió ‘La maldición de Bly Manor’.

Para desarrollar la serie se toma como base la famosa novela gótica de Henry James titulada en España como ‘Otra vuelta de tuerca’. Ahora bien, lo que hace Flanagan es coger sólo lo básico expandiendo los límites mucho más allá. Tan es así que en ‘Bly Manor’ hay multitud de referencias no sólo a otras obras de Henry James, sino también a muchos otros elementos. Elementos como pueden ser la propia ‘Hill House’ y películas más o menos actuales como ‘Ghost’ (Jerry Zucker, 1990), El sexto sentido (M. Night Shyamalan, 1999), ‘El espinazo del diablo’ (Guillermo del Toro, 2001) y muchas más… Inclusive, también tendremos referencias a leyendas que han perdurado durante siglos como ‘La dama del lago’. En fin, hablar de la multitud de fuentes de las que, de una u otra forma, bebe ‘Bly Manor’ daría para otro artículo. Un artículo muy extenso…

Dejando al margen fuentes, homenajes y demás… la temática de ‘Bly Manor’ se centra básicamente en los fantasmas y el amor. Ambos temas cierran incluso el capítulo final con un diálogo y referencia directa que no dejan lugar a la duda. Sobre los fantasmas decir que aquí nos acordaremos más de una vez de aquella mítica introducción de Federico Luppi en la ya citada ‘El espinazo del diablo’. Recuerden: “¿Qué es un fantasma? ¿Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez? ¿Un instante de dolor, quizá? ¿Algo muerto que parece por momentos vivo aun? ¿Un sentimiento suspendido en el tiempo… como una fotografía borrosa, como un insecto atrapado en ámbar?”

Las preguntas anteriores volverán inevitablemente a nuestras cabezas al finalizar la serie. Y volverán porque el fascinante y terrorífico universo de los fantasmas es abordado en ‘Bly Manor’ una y otra vez. Aquí seremos testigos de cómo los entes descarnados conviven con los vivos y cómo se plantean interrogantes y dudas sobre su propia “existencia” y lo que pueden o no hacer. También se introducirán conceptos nuevos como “el engullir” y “el saltar de sueño en sueño”. En este aspecto, bien puedo decir que el libreto es un nuevo estudio sobre los fantasmas y sus maldiciones. Naturalmente, y con una parte temática de este calibre, deberemos estar dispuestos a aceptar y/o pasar por alto más de una incoherencia. Esto último será parte del juego para disfrutar de la serie y no sentirnos timados. Aplicando un símil futbolero: “Lo que pasa en Bly Manor se queda en Bly Manor”.

Respecto al amor, y a lo largo de los 9 capítulos, contemplaremos hasta tres relaciones importantes: la de Peter y Jessel, la de Hannah y Owen, y la de Dani y Jamie. La primera representa una relación tóxica en la que dos personas ambiciosas intentan conseguir sus objetivos. Por otro lado, la segunda recoge el amor maduro, sincero y tímido entre dos personas adultas. Y, finalmente, la relación entre Dani y Jamie es una relación lésbica que termina por convertirse en el auténtico corazón del show. Para comprobar esto último basta con ver su tremendamente emotivo capítulo final. Al margen de estas tres relaciones, también habrá otras secundarias en las que no entraré para evitar spoilers. El problema de todos estos amores y desamores es que arrastran la serie peligrosamente hacia la telenovela de sobremesa.

Entrando ahora en lo que a mí me gusta definir como “elementos asustadores”, lo cierto es que hay muy pocos. Básicamente el miedo está provocado por el ambiente, ciertas apariciones macabras y los cliffhangers. La ambientación cuando más se dejará sentir es en las escenas nocturnas y exteriores de Bly. Las apariciones macabras se van dejando ver poco a poco y de manera intermitente hasta que explotan en los dos capítulos finales. Y, por último, comentar que casi cada episodio termina en un terrorífico cliffhanger que te deja con ganas de visionar de manera inmediata el siguiente capítulo.

Hablando de misterios… cada entrega irá dejando una serie de enigmas por resolver. Entre estos están, por ejemplo: el cambiante comportamiento de Flora y Miles, las pisadas de barro, las gafas rotas de Dani, por qué nunca come Hannah, las llamadas anónimas, la relación que tenían Peter y Jessel,… Todos estos misterios, y muchos más, se irán resolviendo a lo largo de la serie volviendo sobre ellos. Nada o casi nada quedará por descubrirse… incluyendo, por supuesto, la terrible maldición de Bly Manor.

Por otro lado, el aspecto más destacado del show es rizar el rizo con los flashbacks y flashforwards. En los primeros capítulos no habrá demasiados… pero llegados al capítulo ‘El altar de los muertos’ todo se disparatará. Hablamos de un episodio dedicado por entero a Hannah Grose que llegará a volver literalmente loco al espectador casual. Llegado ese punto muchos televidentes abandonarán la serie e incluso renegarán de ella. Los saltos temporales y repetición de diálogos y secuencias se tornarán casi insoportables. Tan es así que cada vez que Hannah abra una puerta de la mansión dará un salto temporal de manera literal. Hablamos de un episodio casi imposible de seguir pero que encierra bastantes claves relativas al personaje.

En los aspectos técnicos destaca el descomunal trabajo llevado a cabo en la edición de la serie. En el montaje todo está medido al milímetro y lo comprendes una vez vistos y revisionados todos los capítulos. Resulta impresionante, por ejemplo, el ya referido capítulo ‘El altar de los muertos’. Respecto al estilo de filmación se tiende a imitar los modos y maneras de Mike Flanagan que tan sólo dirige el primer capítulo. Además, destacan los muchos planos con perspectiva cónica para crear un efecto de profundidad en las escenas de la mansión de By.

La banda sonora de The Newton Brothers casi ni se siente en los primeros capítulos. Hablamos de unas composiciones muy sencillas con un gran predominio del piano. También se aprovechan algunos objetos del atrezo (una caja de música, una fiesta,…) para hacerla presente de manera natural. Por lo general es tan “minimalista” que algunas veces llegas a pensar que la serie no tiene música.

En cuanto al elenco decir que varios intérpretes de ‘Hill House’ regresan en ‘Bly Manor’ pero con papeles nuevos. El protagonismo más claro es para Victoria Pedretti como la niñera Dani Clayton alias Poppins. No obstante, al igual que sucedía en ‘Hill House’, hay momentos y episodios para el lucimiento del resto del plantel. Pedretti resalta en los instantes de tristeza y miedo. Y también en la energía que le pone a su personaje moviéndose rápidamente de un lado para otro y tratando de meter en cintura a Flora y, especialmente, a Miles. Por supuesto, no podemos olvidar su ternura para con la jardinera Jamie, interpretada por Amelia Eve. La performance de Amelia dota a Jamie de un carácter de chica que ha sobrevivido en la vida a base de golpes. De algún modo, si Dani es dulce, entonces, Jamie es dura.

Los niños, Flora y Miles, son interpretados por Amelie Bea Smith y Benjamin Evan Ainsworth. Ambos están muy notables. Por un lado, Amelie recrea a una niña mitad dulce y mitad repipi a la que le encanta el adjetivo “espléndido” y que queda muy bien delante de la cámara. Por otro lado, Benjamin presenta dos caras desconcertantes: una tímida y tierna, y otra violenta, arisca y hasta chulesca. Sin duda, los cambios de humor de Flora y Miles son otro punto destacado en la performance de ambos infantes.

De otra banda tenemos otras dos parejas. En primer lugar la formada por Oliver Jackson-Cohen (Peter Quint, el secretario para todo de Henry) y Tahirah Sharif (Señorita Jessel, la anterior institutriz). Ambos protagonizan una relación tóxica que terminará de forma dramática afectando también a Flora y Miles. Los capítulos ‘Las dos caras: Parte 1 y 2’ son dedicados a reflejar cómo conectaron y su relación en Bly. Y en segundo lugar están T’Nia Miller (Hannah Grose) y Rahul Kohli (Owen). La primera interpreta al ama de llaves y el segundo al cocinero. Ambos mantienen una relación de amistad y respeto que irá a más. Especialmente importante es el papel de T’Nia Miller mostrando una profunda fe, calma y una gran autoridad para hacer frente a Peter Quint. Resaltar que su personaje protagonizará el capítulo más “rocambolesco” de todos: ‘El altar de los muertos’.

Por último tenemos a Henry Thomas como Henry Wingrave, el tío de Flora y Miles que es un rico abogado comercial y consejero real. Henry permanece totalmente al margen de lo que ocurre en la mansión. Los motivos de esto los descubriremos en ‘El rincón feliz’, un capítulo dedicado por entero a su relación familiar. Finalmente hay que hablar obligatoriamente de las apariciones especiales de las actrices fetiche de Mike Flanagan. Me refiero a Alex Essoe, Carla Gugino y Kate Siegel. Al respecto de sus papeles en este show no conviene decir absolutamente nada… so pena de grandes spoilers.

“Morir no significa irse” (Flora)

En conclusión.
Concluyo esta crítica de La maldición de Bly Manor, una serie que implica verla un mínimo de dos veces para sacarle todo el jugo que lleva dentro. Sólo de esta forma te darás cuenta del enorme trabajo desplegado por todo el equipo, tanto artístico como técnico. En definitiva, una nueva y destacada “maldición” planificada al milímetro. En ese sentido es de 10.

Imágenes: Netflix.

Tráiler de La maldición de Bly Manor

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