Tiro mortal (2008)
Comparte con tus amigos










Enviar

La desaparición forzada del sello Miramax hizo que una buena serie de films quedaran en el limbo y tuvieran que emprender un largo camino al olvido en una buena cantidad de países, uno de ellos fue España. Y uno de esos films era una ansiada producción que, durante años, estuvo relacionada con estrellas de Hollywood. Tras más de un lustro guardada en un cajón, ‘Tiro mortal’ (2008) vio la luz en nuestro país en un canal público (TVE). Y lo hizo sin apenas levantar gran expectación. Hoy analizaremos si esta película merecía correr la funesta suerte a la que fue condenada en el directo a TV.

“Presenciaron un ajuste de cuentas, se convirtieron en testigos protegidos y ahora estaban condenados a recibir un tiro mortal”

tiro-mortal-blackbird

Crítica de Tiro mortal (2008)

Como toda gran novela del siempre excelente Elmore Leonard, este film presenta una larga introducción plagada de una amalgama de personajes que pasan por ser, sobre todo en el papel, lo mejor de su escritura. Me refiero a perdedores, buscavidas, defraudados, fraudulentos,… Cuesta creer que un proyecto que, a finales de los 90, estuvo a punto de tener cierta importancia, acabara pasando un inmerecido calvario como el que sufrió ‘Tiro mortal’ (Killshot).

Lo anterior lo comento no sólo por cómo se estrenó en nuestro país, sino por los problemas de producción por culpa del nefasto Harvey Weinstein. Esto hizo que el mismísimo Quentin Tarantino terminara desistiendo del proyecto. Por su parte, John Madden (a quien le quitaron la cinta de las manos una vez finalizado el rodaje) y Mickey Rourke renegaron públicamente del largometraje que los Weinstein habían modificado a su antojo. Un montaje que distaba enormemente de lo que era la cinta en sus raíces. Por si fuera poco, algunos actores fueron borrados de la edición final, entre ellos Johnny Knoxville, quien tenía un destacado papel como agente del FBI. Cuando Knoxville fue borrado es cuando Tarantino se hartó y borró toda implicación con el proyecto en el que figuraba como productor ejecutivo.

Problemas al margen, y valorando el montaje que pude ver en su día, puedo decir que los rafagazos de gran film de cine negro, y del estilo seco y deprimente de Leonard, están en pantalla. Sin embargo, también están unos más que evidentes tijeretazos de montaje. Estos se sufren, especialmente, en la parte final. En la misma todo se reduce al enfrentamiento entre Blackbird y el matrimonio en crisis unido a la fuerza. Y además todo acaba terminando de la forma más previsible posible. Se despoja así de la tensión y el crescendo que debía tener dicha confrontación… Por ello, no queda otra que mirar más a las interpretaciones que al ritmo, o al género en el que debe ser enclavado el film. Un film que los productores convirtieron en una rutinaria cinta de pareja perseguida… cuando la novela y la visión de Madden iban mucho más allá.

tiro-mortal-delincuentes

El protagonista de la función es el personaje al que da vida Mickey Rourke, una especie de indio en territorio enemigo. Un tipo que sólo quiere paz… pero al que las manchas de sangre de sus manos condenan a una vida de violencia. Tras su publicitado “comeback” en El luchador (Darren Aronofsky, 2008), Rourke recobró fuerzas y ganas por la interpretación. Un caramelo como el de este personaje era un reto que se ajustaba a la perfección a las costuras de su rostro y a sus amaneramientos. Sobra decir que, por las características de su papel, este era un rol que debía de interpretar Danny Trejo. De ahí la transformación y las vestimentas de Rourke/Blackbird. Personalmente, veo muy complicado que Trejo superara el trabajo actoral de Rourke. Salvo en Heat(Michael Mann, 1995), Trejo se ha limitado a vivir del registro de mexicano cabreado que le dio fama…

Diane Lane sería la “segunda al mando”. Ya desde los 80, Lane se codeaba con lo máximo del star system. Además vivió un repunte de popularidad gracias a ‘Infiel’ (Adrian Lyne, 2002) y ‘Bajo el sol de la Toscana’ (Audrey Wells, 2003). Antes de eso, debía conformarse con pequeños roles en cintas de la familia Coppola como ‘Jack’ (Francis Ford Coppola, 1996), tras unos años de bajón que coincidieron con su divorcio de Christopher Lambert. En ‘Tiro mortal’ destaca su muy esforzada labor cargando con un personaje forzado a rebelarse contra las innumerables piedras que van apareciéndole en su camino.

tiro-mortal-matrimonio

Menos minutos de pantalla tiene Thomas Jane, maldito desde que El Castigador (Jonathan Hensleigh, 2004) y ‘Dream Catcher: Cazador de sueños’ (Lawrence Kasdan, 2003) no funcionaran en taquilla como se esperaba. Desde entonces lo condenaron a ir bajando más y más el listón de los films en los que participaba. Incluso fue ninguneado por los productores de Una bala en la cabeza (Walter Hill, 2012), quienes lo sustituyeron por Sung Kang. Jane cumple, y poco más, en un papel que no termina de estar todo lo trabajado que debiera. Y esto, en parte, a causa de los ya mencionados cortes en el montaje. Finalmente se queda en un arquetipo del que poco jugo se puede sacar.

Lo mismo que sucede con Thomas Jane pasa con Rosario Dawson, claramente de pasada en esta cinta como novia del ambicioso Richie Nix. A este último lo interpreta un destacable Joseph Gordon-Levitt en plan macarra de barrio total. Finalmente, mención especial para el cameo del veteranísimo Hal Hoolbrook (mítico e inolvidable como el Teniente Briggs en ‘Harry, el fuerte’). Hoolbrookl tiene a su cargo una sola escena, pero le basta y le sobra para sobresalir.

En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de Tiro mortal, un film que se granjeó una fama de maldito y maltratado, sobre todo gracias a la actitud de Harvey Weinstein, más propia de un cacique de una época ya muerta. Cuesta creer que, desde este film, gente como John Madden o Thomas Jane no levanten cabeza… La película queda especialmente recomendada para todos aquellos fans de Elmore Leonard, seguidores de Mickey Rourke y rastreadores licenciados en cintas difíciles de encontrar con más historia detrás del telón que delante de la cámara.

Escucha nuestro podcast