The Fighter
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Mark Wahlberg llevaba tiempo tras el papel de Micky Ward, el protagonista de ‘The Fighter’. Hablamos de un boxeador que, con humildad y nobleza, consiguió lo que jamás hubiera pensado. A su lado, Christian Bale en uno de sus mejores papeles. Tras las cámaras David O. Russell. ¡Segundos fuera!

«¿Qué pasa con mi hermano? Me enseñó todo lo que sé. No puedo lograrlo sin él» (Micky Ward)

Crítica de The Fighter

El boxeo en el cine tiene algunas películas que lo representan de una manera verdaderamente destacable. Me refiero a films como Rocky (John G. Avildsen, 1976) o Toro salvaje (Martin Scorsese, 1980). Películas como esas elevan el listón enormemente, además de hacer que comparemos cada nuevo film sobre el boxeo con ellas.

Así pues, rodar una nueva cinta de este noble deporte es bastante difícil, puesto que ya se ha contado prácticamente de todo. En consecuencia, cualquier situación puede parecer una copia de otros films, o tener la sensación de haberla visto ya. ‘The Fighter’ basa su premisa en la historia real de un boxeador que salió de los barrios obreros de Lowell (Massachussetts) para abrazar el éxito. Hablamos de Micky Ward, un subestimado boxeador. Micky fue apodado “El trueno irlandés” por sus repentinas explosiones de energía que le hicieron ganar una sorprendente cadena de peleas en los momentos finales.

En la dirección encontramos a David O. Russell. El neoyorkino nos trae una película con un gran montaje y un ritmo que no decae en ningún momento. Además, conjuga mucho humor con momentos más serios de una manera bastante notable. Personalmente, puede que esta sea su mejor película o por ahí andará. El rodaje tuvo lugar en los mismos barrios obreros de Lowell, Massachusetts, donde todo transcurrió hace ya tres décadas. Eric Johnson, uno de los guionistas, nos recuerda la época: «Después del cierre de las fábricas, la tasa de desempleo era muy alta. El boxeo se convirtió en una especie de oportunidad».

La filmación de los combates no decepciona, pero les falta algo. Es decir, al verlos se apreciarán como si estuvieras viéndolos por la tele, usado cámaras diferentes para ellos. Es el mismo efecto que se vio, por ejemplo, en Rocky Balboa (Sylvester Stallone, 2006). Parecen bastante creíbles (salvo algún golpe que otro, como en toda cinta de boxeo) pero no acaban de gustarme del todo.

Lo que sí que no me satisfizo nada fue la presencia de la repelente familia. No hay escena en que la que la madre (Melissa Leo que ganó el Oscar a «Mejor actriz de reparto») y hermanas de Micky no vengan tras él dando por saco un rato, estropeando tomas y buenos momentos. De esta forma, parecía que estábamos viendo un film totalmente opuesto a lo que debería ser. Entiendo que si nos muestran la vida del protagonista se deba mostrarse esta faceta de la misma, pero sencillamente no me gustó. Alejada de la familia, pero en conexión con Micky, es obligado destacar aquí a Amy Adams como Charlenne. Ojo a su advertencia: «¿De verdad crees que tú familia está mirando por ti?».

En la película veremos lo descrito anteriormente. Micky aguanta y aguanta para al final poder sacar energía de vete a saber donde y noquear al rival. Aunque pueda sonar a cuento (a mi me lo sonó y, por ello, me puse a investigar el asunto) realmente fue así. No tenéis más que iros a YouTube y buscar peleas suyas. Veréis cómo recibe y recibe y apenas golpea… hasta que al final del combate, con su rival exhausto, Micky engancha una serie de golpes que lo envían a la lona. Realmente curioso.

Micky era un luchador con mucho aguante y con una combinación para golpear que iba de cabeza a cuerpo, cabeza, cuerpo. Él golpeaba la cabeza y, cuando el rival subía las manos para protegerla, daba en el cuerpo (iba al hígado) que estaba desprotegido. Cuando el rival protegía el cuerpo volvía a dejar descubierta la cabeza, y allí volvían a lloverle golpes. Pese a que consiguió el título mundial, era una persona muy humilde y muy noble. Nunca olvidó sus inicios y tenía que trabajar porque del boxeo no vivía.

Las fuerzas para todo esto las sacaba de su familia, en especial de su hermanastro, Dicky Eklund. Dicky es el otro gran protagonista, un personaje con múltiples niveles. Como luchador fue conocido por su tenacidad de hierro, su estrategia y su impresionante velocidad. Entre sus amigos era reconocido por su carisma, sentido de la amistad y del humor. En las calles se había visto atrapado en una violenta vida de adicción. Una vida que, finalmente, lo condujo a una pena de cárcel de 15 años llevándolo a la ruina. Ahora busca entrenar a su hermano y hacerle conseguir lo que él nunca consiguió. El problema viene cuando tiene más intención que otra cosa, ya que siempre llega horas tarde a entrenar y distrayéndose. Para colmo, es un yonki de primera… con lo que la mitad de las veces va que parece flotar.

En las interpretaciones Mark Wahlberg es Micky Ward y Christian Bale es Dicky Eklund. Ellos son los pilares bajo los cuales ‘The Fighter’ funciona. Wahlberg afirma ser fan de Micky Ward de siempre y se preparó a conciencia para interpretarlo. Wahlberg se levantaba a las 4 de la mañana para ir dos horas al gimnasio a entrenar pesas y boxeo. A continuación iba a la ducha y a rodar la película que estuviera filmando en ese momento. Tres años sacrificándose mientras rodaba otros films para estar lo más creíble posible como Micky Ward. El resultado es un Wahlberg totalmente musculado, con nociones de boxeo y un fondo muy avanzados. Todo ratificado por el propio Micky Ward, que colaboró en lo que pudo en esta película.

El trabajo de Wahlberg hace que su actuación se base más en el físico y en los combates. La interpretación es muy correcta pero realmente no da para más, ya que su papel es el de eterna promesa. Un chico muy humilde y que no busca problemas. Así las cosas, el protagonismo lo gana Christian Bale en el papel de Dicky Eklund. Dicky es, como he mencionado, el hermanastro mayor de Micky. Lo quiere mucho, lo protege y le enseña todo lo que él sabe del mundo del boxeo. Antaño fue una promesa al noquear a Sugar Ray Leonard (el mismo Sugar Ray Leonard se interpreta a sí mismo). El problema es su adicción a fumar crack que hacen de él un yonki acabado. Además, por culpa de sus malos hábitos se meterá constantemente en problemas.

Christian Bale, como actor camaleónico que es, se convirtió en Dicky Eklund de pies a cabeza. Perdió 15 kilos para tener el físico escuchimizado de Micky, con unas pintas de yonki tremendas y quedó irreconocible. Aprendió durante meses a boxear para así estar más conectado con su papel y sentirse realmente un ex boxeador. Bale está soberbio y por este papel ganó su primer Oscar como «Actor de reparto».

Conclusiones.
Finalizo esta crítica de The Fighter, un efectivo y afectivo film sobre la historia de Micky Ward, sobre cómo ascendió de la nada, y las andanzas de su hermano y familia (en plan clan total). Tira mucho del humor, del drama y de situaciones graciosas, quizás más de lo que esperaba encontrar en un principio. La cinta tiene momentos realmente memorables y unas actuaciones muy buenas que nos mantienen pendientes. No creáis que vais a ver una película de combates pura y dura, los combates vienen de regalo. En definitiva, si te gusta el boxeo, Wahlberg o Bale, encontrarás aquí una sorpresa que vale la pena.

Tráiler de The Fighter

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