Spider-Man: No Way Home
Peter Parker se encuentra entre la espada y la pared tras desvelar Misterio su identidad. Esto provoca que todo se ponga patas arriba y que Peter termine pidiendo ayuda a Stephen Strange para que todo el mundo se olvide de qué él es Spider-Man. Sin embargo, el hechizo de Strange no sale como se esperaba y termina abriendo el multiverso. A través del portal se cuelan unos nada amistosos visitantes que, para colmo, conocen la identidad de Spider-Man. (Cineycine).
Peter Parker tiene problemas: Misterio ha revelado su identidad y el mundo está en su contra. Para colmo, todo su futuro está en entredicho. Ahora sólo puede ayudarle el Doctor Strange, pero muchas veces el remedio es peor que la enfermedad. ¿Podrá Peter Parker detener a un grupo de villanos dispuestos a arrasar con todo? Estáis a punto de presenciar la que podría ser la batalla más dura y emocional de nuestro amigo y vecino en ‘Spider-Man: No Way Home’.
“El problema eres tú, viviendo dos vidas” (Doctor Strange)
Crítica de Spider-Man: No Way Home
Antes de comenzar decir que no soy fan absoluto de las dos películas que ha protagonizado Tom Holland sobre nuestro querido trepamuros. Lo que en principio parecía un acierto introduciendo al arácnido en el universo Marvel… terminó convertido en un error. Y digo esto porque en la operación capitaneada por Kevin Feige no solo desaparecieron las características más clásicas del personaje y su universo, sino que terminaron por darle un tono juvenil rozando el infantilismo más pobre en gran cantidad de momentos. Por si esto fuera poco, prácticamente todo lo que tenía que ver con los villanos de Spidey (uno de los aspectos más potentes del personaje) terminaba convertido en una “herencia” de Iron-Man. En este sentido, recordemos que todos ellos nacían de su odio hacia Tony Stark mientras se aprovechaban de su tecnología. Independientemente de esto quedó la gran labor actoral de Michael Keaton y Jake Gyllenhaal.
Cuando se anunció ‘Spider-Man: No Way Home’ sentí un atisbo de esperanza. De entrada, su trío de villanos principales están sacados de las anteriores películas del arácnido antes de que el MCU metiera sus “tentáculos”. Además, parecía que la película iba a ser radicalmente distinta a ‘Homecoming’ (2017) y ‘Lejos de casa’ (2019). Al final es justo reconocer que ‘No Way Home’ es la mejor de las tres entregas dirigidas por Jon Watts. Algo que tampoco era nada difícil, todo sea dicho. En esta tercera parte Watts nos entrega una mezcolanza de “sentimientos”, aciertos y errores… tal y como vamos a ver en las siguientes líneas.
Por un lado, Watts sigue cometiendo parte de los mismos errores anteriores. En ‘No Way Home’ sigue habiendo un humor demasiado infantil para el personaje. Esto provoca que ciertos comportamientos, y conceptos, no casen con el tono serio que el realizador intenta imponer más avanzado el metraje. Incluso algún suceso trascendente termina por no aportar casi nada al público al no haber sido trabajado correctamente antes… Ahora bien, y por otro lado, Watts trata de enmendar muchos de los defectos previos. En consecuencia, por primera vez tenemos unos villanos que nacen de su odio hacia Spider-Man y no hacia Iron Man. De esta forma se intenta recrear la correcta mitología de Spidey. Y esto era algo que muchos demandábamos desde la primera película. Esto es, sin duda, el mayor acierto de ‘No Way Home’.
Igualmente se aprecia el esfuerzo de Jon Watts en darle a esta tercera entrega un empaque más cercano al universo del cómic. Aunque en esto último se nota una sensación de “apuramiento” que deja la impresión de que Kevin Feige y compañía no han tenido el mismo interés que anteriormente. Al final este acercamiento a un tono más serio termina sabiendo a poco. Especialmente si tenemos en cuenta los tonos dados a otras producciones recientes del MCU como ‘Eternals’ (Chloé Zhao, 2021). Spider-Man era más que merecedor de algo parecido. Así las cosas, Sam Raimi y Marc Webb, independientemente de sus “carencias”, supieron tratar a Spidey mucho mejor que Jon Watts y Kevin Feige.
El apartado técnico, como suele pasar en estas películas, es totalmente loable. Aquí sí que destaca la enorme fidelidad hacia el material preexistente. Los tentáculos de Dock Ock, los poderes de Electro o el Duende Verde con su aerodeslizador resultan tremendamente efectivos y espectaculares. Además de las habilidades arácnidas del propio Spider-Man. Y esto último a pesar, de nuevo, de la retahíla de trajes que se sacan de la chistera. En la banda sonora sobresale Michael Giacchino. Su labor anterior en la saga no pasaba de ser meramente servicial. Sin embargo, aquí se supera. El compositor entrega una score mucho más memorable y emocional que las anteriores. Su música dota de la emoción y épica necesarias a esta nueva propuesta.
En el reparto destaca la vuelta de Willem Dafoe, Alfred Molina y Jamie Foxx recuperando sus disfraces del Duende Verde, Doctor Octopus y Electro, respectivamente. Ellos son quienes terminan por darle al film un cierto grado de dignidad. Sus interpretaciones son magníficas. Dafoe sigue siendo igual de terrorífico o incluso más… y Molina parece haber salido directamente de la segunda película de Sam Raimi. Naturalmente, y con estos personajes a bordo, hay un gran sentimiento de nostalgia e incluso de respeto hacia aquellas películas. Por supuesto, la cantidad de easter-eggs y referencias a las cinco películas anteriores es brutal.
En cuanto a Tom Holland creo que está mejor que en sus anteriores entregas en las que ya era de lo más destacado. Ahora tiene varios momentos de seriedad y/o dramáticos que se demandaba desde un principio, siendo también parte del mejor acierto de toda esta nueva aventura. Por desgracia, Zendaya y Jacob Batalon siguen con el mismo aire infantil de las dos cintas anteriores. Ni mejor ni peor. Por otro lado seguimos teniendo la escasa relevancia de Marisa Tomei como la tía May. Además su no-romance con Jon Favreou tampoco queda para el recuerdo.
En el resto del casting, y sin spoilear importantes intervenciones, nos queda la aparición expendable de J.K Simmons como J.J Jameson. Su entrada en la película no va más allá del homenaje al personaje que le encumbró en los films de Raimi. Finalmente, Benedict Cumberbatch, por increíble que parezca, parece estar en otro film. Su perfomance como Stephen Strange ya no es tan memorable como las otras que ha tenido en el MCU.
En conclusión.
Termino esta crítica de Spider-Man: No Way Home, una nueva entrega que, a pesar de sus varias deficiencias, termina siendo de largo la mejor de la trilogía protagonizada por Tom Holland. A esto contribuye su factor nostálgico y un mejor tratamiento del personaje que en su trayectoria anterior dentro del MCU.
AVISO: Hay dos escenas post-créditos. Una a la mitad y otra al final.
Tráiler de Spider-Man: No Way Home
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La mejor película de Spiderman del MCU con diferencia.
Me dejó impresionado, sobre todo, el momento más emotivo ya que realmente impacta y está genialmente recreado.
Lo otro que da gusto es ver el regreso de los villanos del héroe…y otras cosas.
Ahora bien, darle al Spiderman de Tom Holland los villanos de otras versiones y en particular el Duende Verde no es justo ni mucho menos ganado. En todo caso, debieron haber usado a el Buitre.