Rey Arturo: La leyenda de Excalibur
Comparte con tus amigos










Enviar

Guy Ritchie nos trae su versión macarra de la leyenda del Rey Arturo en una película cargada con su habitual estilo y humor, planos imposibles y demás. Pero la cuestión es: ¿Habrá estado a la altura del mito? La respuesta, caballeros, está dentro de este texto. Conozcámosla en… ‘Rey Arturo: La leyenda de Excalibur’.

“No me interesa el poder, milord, sólo soy un simple guardia de burdel” (Arturo)

Crítica de Rey Arturo: La Leyenda de Excalibur

Hay que reconocer que Guy Ritchie es un realizador que es capaz de imprimirle su estilo y tono a cualquier obra que se precie. Lo hizo con Sherlock Holmes en sus dos entregas, y ahora el turno le ha tocado al relato de la leyenda del Rey Arturo. Eso sí, no estamos ante la mítica historia, sino ante una especie de «precuela». Una «precuela» que, aunque coge elementos de la leyenda, se podría decir que es más “original”.

El film de Ritchie, masacrado por la crítica americana y fracaso de taquilla, no es ni de lejos esa abominación o producto mediocre que se ha vendido en los foros y páginas de reviews especializadas. Además, viendo otros productos estrenados en las salas ese verano, “Rey Arturo” fue de los más entretenidos, que no perfecto ni tampoco de una calidad extraordinaria. Su entretenimiento se debe, sobre todo, gracias al ritmo narrativo perpetrado por Guy Ritchie. También ayuda su estilo de humor que impregnan el metraje de un aura de producto creado exclusivamente para su disfrute, si bien no exento de algunas pegas.

En el terreno interpretativo me tengo que deshacer en ciertos elogios hacia Charlie Hunnam, un actor cuanto menos “limitado”, pero con cierto potencial que parece que Guillermo del Toro fue incapaz de sacar en sus dos colaboraciones conjuntas. En esta cinta, Ritchie ha sabido explotar la faceta macarra del actor y presentar a un Arturo muy lejos de la imagen que, normalmente, se le suele dar al personaje.

El aire macarra de Arturo también se traslada a los futuros caballeros de “la mesa redonda”. Todos ellos alejados de la figura de caballero de leyenda… para ser convertidos en matones típicos del cine de Ritchie. Ahora bien, este cambio de tono, siendo sincero, funciona y dota al film de un cariz “diferente” a lo que suele ser este tipo de material. Tengamos en cuenta que la obra de Ritchie es bastante diferente al resto de películas basadas en el personaje. De esta forma, en “Rey Arturo” hay elementos tan bizarros que pueden chocar e incluso irritar al más detractor del cine del inglés. Elementos que van desde el origen de la mítica espada, pasando por personajes tipo hooligan y hasta el más legendario adversario Mordred… Todo rodeado de un estilo steampunk tan de Guy Ritchie.

Respecto a lo que concierne a los personajes, el guión crea ante todo un grupo de individuos muy “de la factoría Ritchie”: ladrones, corruptos, gamberros, asesinos,… Todos ellos muy metidos en sus roles y destacando de manera prominente un Jude Law en plan histriónico. Law parece habérselo pasado pipa trabajando en este film e interpretando a Vortigern.

Resaltar también a la barcelonesa Astrid Bergès-Frisbey en la piel de “La maga”. Hablamos de un misterioso personaje que podría haber tenido una mayor participación en las secuelas de este proyecto… si no hubiera sido un fracaso tan grande en la taquilla USA. Por otro lado, y además de Eric Bana (Uther) o Djimon Hounsou (Bedivere), como curiosidad también encontraremos el cameo de un mediático exfutbolista. El antaño pelotero aparece lleno de cicatrices y con la nariz rota como uno de los “Hierros Negros de Vortigern” que custodian Excalibur.

Evidentemente, Guy Ritchie no va convencer a sus detractores… puesto que el film contiene todo lo que el británico exhibe en su cine: hay un bizarrismo (cuando lo vean se quedarán atónitos) y una sensación videoclipera muy bruta que a más de uno no le gustará. Así pues, y tanto para lo bueno como para lo malo, estamos ante una propuesta puramente Ritchie. Naturalmente esto también concierne a ciertos problemas referentes a lo que es el libreto. El guión tiende mucho a dejar en el tintero ciertos aspectos de la película e incluso personajes. Este último es el caso de la Maggie de Annabelle Wallis, que queda enormemente en el tintero, o la exclusión (que en teoría, se iba a explicar en las siguientes entregas) del mago Merlin.

En conclusión.
Hora de finalizar esta crítica de Rey Arturo: La leyenda de Excalibur, una película cien por cien “made in Ritchie”. El inglés nos entrega su visión steampunk, macarra y gamberra de la mítica leyenda. Para ello ha contado con el compromiso de sus intérpretes en una propuesta que resulta endiablada y divertida.

Tráiler de Rey Arturo: La leyenda de Excalibur

Escucha nuestro podcast