Muerte en el Nilo (2022)
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Lo que parecía una perfecta luna de miel en el tranquilo río Nilo (Egipto) se convierte en un misterioso asesinato. Y para resolver este complejo caso tenemos a Hércules Poirot. El reputado detective belga intentará desenmascarar al culpable en esta adaptación de la obra de Agatha Christie por parte de Kenneth Branagh. Ya mismo nos subimos al Karnak para ver como las aguas se tiñen de sangre en ‘Muerte en el Nilo’.

-“¿Me está acusando?” (Marie)
-“Acusa a todo el mundo de asesinato” (Bouc)
-“Es un problema, es cierto” (Poirot)

Crítica de Muerte en el Nilo (2022)

El éxito de la nueva adaptación de Asesinato en el Orient Express (2017), hizo que su director y protagonista principal, Kenneth Branagh, volviera a repetir funciones en una secuela. Eso sí, hubo que esperar a que Branagh acabara tres películas previamente acordadas. Me refiero a ‘El último acto’ (2017), ‘Artemis Fowl’ (2020) y ‘Belfast’ (2021). Pero mientras hacia las citadas películas, se produjeron dos importantes incidencias. En primer lugar llegó la pandemia del Covid-19, que paralizó y retrasó muchos estrenos. Y, en segundo lugar, la Fox fue adquirida por Disney. La compañía del ratón llevó a plantearse que ‘Muerte en el Nilo’ (2022) fuera directa a Disney Plus. Lógicamente, Branagh se opuso y la cinta terminó saliendo a cines.

La nueva 20th Century Studios fue la encargada de llevarla a las grandes salas con el paraguas de Disney. Pero, pese a los esfuerzos de Branagh, el film terminó siendo un fiasco en taquilla (costó 90 millones y tan sólo recaudó 130 a nivel internacional). Esta vez la crítica no fue tan benevolente como con ‘Asesinato…’. El film también se vio lastrado por la polémica desatada en torno a uno de sus protagonistas principales: Armie Hammer. En cualquier caso, y con este precedente, es probable pensar que la siguiente entrega, ‘Misterio en Venecia’ (2023), sea la última de la franquicia liderada por Kenneth Branagh dirigiendo y encarnando al mítico Hércules Poirot.

‘Muerte en el Nilo’ es un film muy clásico del estilo “Whodunit?”. El film mantiene el tono de su anterior entrega y su sabor a cine vintage de la vieja escuela. Aunque, claramente, es una propuesta más amarga e incluso diría que también más oscura y “teatral”. Estamos, nuevamente, ante una de las novelas de Agatha Christie en la que abundan los cadáveres. Recordemos que esta obra ya fue llevada con gran éxito a la gran pantalla en 1978. En aquella ocasión, John Guillermin era el director y Peter Ustinov desempeñaba el rol de Hércules Poirot. En cualquier caso, esta nueva versión es una propuesta de más que probada solvencia. Y lo es gracias al trabajo de Kenneth Branagh delante y detrás de las cámaras.

El río Nilo y Egipto componen un espléndido y exótico escenario frente a las montañas nevadas por las que se movía el Orient Express. Branagh goza enormemente con esta escenografía destacando su composición en cuanto a planificación de cámara. Y esto a pesar de los elementos digitales que rodean al film. Su labor se ve ayudada por el diseño de producción, destacando el lujoso barco que lleva a los personajes a lo largo del río. También destaca la fotografía de su habitual colaborador Haris Zambarloukos y la banda sonora de Patrick Doyle. Me gustaría detenerme en su música porque se destapa de forma más compleja y rica que en la anterior película. Su score no solo evoca el majestuoso ambiente de Egipto, sino también la parte más trágica. Por su parte, Branagh emplea la música de Doyle dentro de la película como una simbiosis perfecta.

A nivel argumental, el film, como su antecesor, se toma su tiempo para desarrollar a los personajes y la trama. Si la vez pasada el tema principal era la justicia supuestamente merecida… aquí es ver cómo el amor puede llevar a cometer atrocidades. En este punto es donde entra el guión de Michael Green. Un libreto que además indaga en la figura de Poirot en los momentos finales de la 1ª Guerra Mundial. Ahí seremos testigos del origen de su famoso bigote en una espectacular secuencia que homenajea a ‘Senderos de gloria’ (Stanley Kubrick, 1957). Por su parte, y volviendo con Branagh, decir que, por encima de todo, hace prevalecer a sus actores y capacidades. Por consiguiente, el pilar principal del film son sus personajes. Los mismos son expuestos como si de un teatro se tratara con largas secuencias de diálogo e investigación desarrollando la tragedia.

Como digo, estamos ante un planteamiento clásico en una era donde prima lo digital. Y he aquí uno de los problemas de la cinta. Me refiero a que también en ‘Muerte en el Nilo’ hay elementos digitales. Y esto último es uno de los aspectos que más nos pueden distraer. Comento esto porque algunas de sus secuencias se nota que están grabadas en un estudio. En este sentido, queda claro que Branagh no es un realizador muy sutil en cuanto a efectos visuales se refiere. Esto es algo de lo que ya quedó constancia, para mal, en ‘Artemis Fowl’ (2020). Y en ‘Muerte en el Nilo, aun cantando menos, todavía se le nota.

En cuanto al reparto, tenemos al propio Kenneth Branagh volviendo a encarnar con su habitual porte al infalible Hércules Poirot. Atención a su perfecto acento francés en la versión original. En cuanto al largo elenco sorprende la elección de Russell Brand como el doctor Windlesham. Estamos ante un personaje alejado de los histrionismos y excentricidades del actor inglés. Por supuesto, hay que mencionar a Gal Gadot como Linet Ridgeway, la novia recién casada. Aunque es cierto que Gadot es muy limitada, no se le puede negar la naturalidad y sensualidad requeridos por su personaje. También está Emma Mackey como Jacqueline de Bellefort. En aquel entonces, aun no era tan reconocida como lo es hoy.

Y no nos podemos olvidar de otras actrices importantes como Sophie Okonedo, Letitia Wright y Rose Leslie. Como tampoco de veteranas del nivel de Anette Benning, Dawn Frech y Jennifer Saunders. Todas ellas en una participación de aire clásico dentro de la cinta y evocadoras del ámbito teatral procedente de Branagh. Por último, recordar la polémica con la participación de Armie Hammer, al que incluso llegaron a tapar en algún póster por el contenido de ciertos mails suyos… Dejado eso al margen, el actor hace un más que loable trabajo como Simon Doyle.

En conclusión.
Termino esta crítica de Muerte en el Nilo (2022), una propuesta expresamente pensada para los que les gusta el thriller más clásico de la “Old School”. Resulta más amarga y teatral que ‘Orient Express’ y cuenta con una estructura clásica reforzada por su final. Desde luego, estamos ante una nueva adaptación que merece la pena verse.

Tráiler de Muerte en el Nilo (2022)

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