La Bella y la Bestia (2014)
Un rico comerciante pierde toda su fortuna con el naufragio de sus navíos y se ve obligado a abandonar la ciudad con destino al campo en compañía de sus tres hijos y de sus tres hijas. Al regresar a casa después de una de sus visitas a la ciudad se pierde en una tormenta y llega hasta un castillo en apariencia abandonado. De allí toma grandes tesoros y… una rosa para su hija más preciosa: Bella. Sin embargo, antes de abandonar la finca, es atacado por una Bestia enojada por la pérdida de la rosa. Ahora, para conservar su vida y la de sus hijos, no tendrá más remedio que entregarle a la Bestia su bien más preciado, su hermosa hija Bella. (Cineycine).
Ha llegado el momento de dejar que Christophe Gans nos vuelva a contar, con su siempre cuidado estilo visual, una historia inmortal e imperecedera. La historia de Léa Seydoux y Vincent Cassel, o mejor dicho, la historia de Bella y Bestia. Yo, como improvisado bardo, os la ofrezco en esta crítica de La Bella y la Bestia (2014).
“Recuerda: una vida por una rosa” (Bestia)
Crítica de La Bella y la Bestia (2014)
La historia de ‘La bella y la bestia’ no es nada nueva. Hablamos de un relato que ha sido objeto de muchas películas, tanto de imagen real (entre ellas la versión de 1946 de Jean Cocteau en la que se «apoya» este nuevo film) como animadas (la más famosa y respetada de todas es la versión de Walt Disney del año 1991). Su historia ha pasado también al teatro e incluso ha sido objeto de varias series de televisión (recuerdo la serie de 1987 protagonizada por Linda Hamilton y Ron Perlman). Con todo esto quiero decir que, en materia de argumento y guión, esta nueva versión de Christophe Gans poco o nada nos va a sorprender.
Llegado este punto es obligatorio recordar que el cuento inmortal de ‘La Bella y la Bestia’ fue escrito por Madame de Villeneuve y publicado de forma anónima en 1740 bajo el título de ‘La Jeune Américaine et les contes marins’. En 1757 apareció una versión abreviada para niños que fue empleada en primer lugar por Jean Cocteau y, posteriormente, por Walt Disney para sus célebres adaptaciones.
Principalmente, mi interés al ver este nuevo film se centraba precisamente en el propio Christophe Gans. Aquí tenemos un director que frecuenta otro tipo de films más oscuros, pero siempre de gran cuidado en lo visual. Algunos ejemplos serían ‘Silent Hill’ (2006) o ‘El pacto de los lobos’ (2001). También me llamaba la atención la presencia en la parte de efectos visuales de Patrick Tatopoulos, un artista francés que ha ido mejorando muchísimo con los años. Su nombre, actualmente, ya es sinónimo de calidad.
Precisamente es en la parte técnica dónde este film destaca mucho. En pantalla tenemos una auténtica delicatessen visual. El film sobresale por sus escenarios, su perfecta elección de colores y vestuarios, y por sus efectos visuales. En estos aspectos esta producción es una maravilla. Y de entre ellos cabe destacar: la hermosa floresta del castillo de Bestia que parece sacada de los jardines más hermosos que pudimos ver en el videojuego ‘Prince of Persia: El alma del guerrero’, el imponente traje de Bestia, o los hermosos vestidos de llamativos y preciosos colores blancos, rojos, verdes y azules con sus respectivas joyas que luce Léa Seydoux. Vestidos todos ellos obra de Pierre-Yves Gayraud. Y, ¡claro está! los efectos visuales también brillan con una Bestia muy conseguida que viene acompañada de otras criaturas que también lucen bien. En estos aspectos, la película cumplió todas mis expectativas e incluso las superó.
Acabo de citar el vestuario confeccionado por Pierre-Yves Gayraud, pues bien, decir que el famoso modisto reunió cerca de 100 páginas de referencias. En las mismas tenía los vestidos clasificados por colores y con estilos característicos del “Primer Imperio francés” y del “Renacimiento”. También empleó como inspiración el arte del origami japonés para determinados vestidos. Otro detalle importantes es que el traje principal del Príncipe estaba basado en los trajes de los míticos Samuráis.
El principal problema de esta cinta viene no ya sólo porque el argumento nos sea de sobra conocido, sino también porque, a pesar de la hermosura del guión en según qué frases, en lo que a mí respecta le faltó dar mayor énfasis a la relación entre Bella y Bestia. Faltó un mayor grado de empatización entre sus personajes. Por decirlo de manera más clara: no me acabó de convencer el enamoramiento de Bella hacia Bestia. La relación de amor entre ellos no la vi a la altura de la calidad visual del film. En este sentido se produce también un contraste entre la relación de amor de Bestia con su anterior pareja. Una relación que nos es contada a modo de flashbacks que tiene Bella en sus ensoñaciones.
Antes de pasar con los actores es obligado hacer también una referencia a la banda sonora compuesta por Pierre Adenot. Las partituras del compositor francés destacan y se encuentran al mismo nivel de calidad de las hermosas y cuidadas imágenes del film. Se incluye aquí la participación de Yoann Fréget, destacando su single «Sauras-tu m’aimer?».
“¿Tienes que robar lo más grande que tengo?”… Bella y Bestia son.
En el reparto principal de la película nos encontramos con: Léa Seydoux (la joven estrella francesa del momento) como Bella, y el ya “veterano” Vincent Cassel que se hace con el papel de Bestia. Tanto Seydoux como Cassel fueron, en todo momento, la primera y única opción contemplada para dar vida a la pareja protagonista. En papeles “menores” tenemos a Eduardo Noriega y Myriam Charleins.
Al respecto de Léa Seydoux cabe decir que luce hermosísima. El suyo es un rol que Christophe Gans le puso como anillo al dedo para exhibir por todo lo alto su belleza. Al margen de esto, Léa entrega una Bella temperamental, valiente y capaz de poner firme a la propia Bestia plantándole cara con tres o cuatro frases bien dichas. Tan es así que recuerdo que la propia Bestia la llega a tachar de “insolente”. Esta Bella no se atemoriza ante su situación ni ante el aspecto leonino de Bestia. Quizás sea este carácter poco dulce de Bella el que me llevó a no ver completo su enamoramiento hacia Bestia. A lo mejor me esperaba una Bella más dulce. Puede ser…
Por su parte, a Vincent Cassel ya lo conocemos de sobra como un actor con gran presencia en pantalla. En esta película hace un buen doble trabajo como Bestia y como Príncipe. Un adinerado y poderoso Príncipe obsesionado por cazar un animal “prohibido”, y felizmente enamorado de su princesa a la que da vida la también hermosa Yvonne Catterfeld. La interpretación de Cassel se grabó en dos tandas. En el plató llevaba el traje de Bestia y una máscara de hockey en la cabeza compartiendo el escenario con Léa Seydoux. Un mes después se trasladó a Montreal para grabar las escenas de captura de movimiento facial. Tuvo que repetir la actuación, pero sin moverse y delante de varias cámaras. Esa actuación se aplicó, posteriormente, a la máscara diseñada por Patrick Tatopoulos y construida por Steve Wang. De esta forma, Vincent no tuvo que soportar interminables horas de maquillaje.
Finalmente, menciones para nuestro compatriota Eduardo Noriega y para Myriam Charleins. Ambos hacen de pareja malvada desempeñando bastante bien su labor. Incidir especialmente en Noriega porque hace caer rematadamente mal a su personaje en los minutos que tiene en pantalla (más al final del film que al principio).
“Más que nada en el mundo”
En conclusión.
Para pasar un entretenido y mágico rato con ‘La bella y la bestia’ de Christophe Gans lo mejor es dejarse atrapar por la fantasía y belleza de sus imágenes. Disfrutar con ellas como lo haríamos contemplando un hermoso cuadro. Fantasía, belleza y magia visual. Básicamente esto es lo que nos ofrece este film.
Tráiler de La bella y la bestia (2014)
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