Hostel
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“Establecimiento de hostelería de categoría inferior al hotel que ofrece alojamiento y servicio de comedor”. Ha llegado la hora de poner rumbo a Bratislava para disfrutar pasando unos días de relajamiento en el ‘Hostel’ de Eli Roth celebrando su 15º aniversario.

“Me dieron mucho dinero por ti y eso te convierte en mi puta” (Natalya)

Crítica de Hostel

Después de darse a conocer en 2002 con el estreno de ‘Cabin Fever’, Eli Roth regresó con todo en ‘Hostel’. Esta película fue estrenada en cines USA el 6 de enero de 2006 y logró cosechar casi 50 millones sólo en territorio yanqui. Para esta ocasión, Roth contó con la ayuda de su colega Quentin Tarantino, que le echó un cable en la promoción y producción del film. Tarantino estaba (y está) en su época de esplendor y cualquier film que llevara su nombre movía a la gente al cine. Roth agradeció su ayuda colando una imagen de Pulp Fiction (1994) en una de las teles del albergue eslovaco.

‘Hostel’ es un film que, visto hoy en día, sería “inestrenable” en salas comerciales y convencionales. Seguramente quedaría relegado a los circuitos de los festivales de horror. Roth explota lo que son todas sus trademarks, a saber: desnudos sin pudor, violencia, sangre y gore a niveles bastante explícitos. Todas estas características que, actualmente, provocan un frontal rechazo en ciertos sectores ideológicos y en la ya denominada, muy acertadamente, “generación de cristal”. Sin embargo, los de mi época estamos hechos de otra pasta mucho más dura y, sobre todo, sabemos distinguir la ficción de la realidad sin necesidad de que nos avisen.

Del libreto se ocupó el propio Eli Roth dividiendo la trama claramente en dos partes. En la primera vemos al trío protagonista recorriendo las discotecas europeas en busca de drogas y, especialmente, sexo fácil. Estos minutos son aprovechados para colar un festival de tetas y culos como gran deleite para los protagonistas. Por otro lado, la segunda parte da comienzo cuando, tras llegar a Eslovaquia, desaparece uno de los amigos. Este tramo, sobre todo los 30 minutos finales, resalta por ser una inenarrable sucesión de imágenes malsanas. En pantalla veremos: sangre, matarifes, sádicos, descuartizamientos, ojos colgando,… en fin, un horror indescriptible y un auténtico infierno para los mochileros americanos. Sobra decir que si el espectador es sensible lo mejor que puede hacer es apartarse de esta película.

Dejando al margen las orgías y torturas, la idea que recoge el libreto es bastante realista y perturbadora. El director y guionista hace hincapié en la existencia de una élite de gente adinerada. Millonarios que pagan altas sumas de dinero a una siniestra organización para satisfacer sus más bajos instintos torturando, matando, violando,… a los pobres incautos que son capturados mediante atractivos cebos. Más que menos hablamos de situaciones que, desgraciadamente, se dan en la realidad. Y esto es, sin duda alguna, el gran horror que realmente expone la cinta. Tampoco es que se descubra la pólvora… pero lo que sí que hace el cineasta nacido en Boston es llevar “la caza” a otro nivel. Estas mismas ideas volverían a ser repescadas con mayor incidencia por el propio Eli Roth en ‘Hostel 2’ (2007). Eso sí, cambiando al trio de protagonistas masculinos por un grupo de chicas.

Otro aspecto del film que llama poderosamente la atención es el negativo retrato que se hace de Eslovaquia, especialmente de las afueras de Bratislava. En la película vemos sitios arruinados, niños maleantes y pobres, lugareños feísimos, policías corruptos y una sensación de atraso, malestar y derrota que empujan al espectador a no viajar nunca jamás a ese país. Por descontado, la palma se la lleva la denominada “Galería de arte”, una macabra fábrica abandonada, destartalada y derruida. Sus oscuros sótanos son retratados de manera magnífica por Roth con suciedad, oxidación, humedad, oscuridad,… un auténtico pozo negro de maldad, roña y perturbación donde la caída sería el menor de tus problemas.

En la labor de ambientación, efectos y maquillaje destaca el trabajo de Greg Nicotero, un auténtico especialista que aquí nos regala abundante casquería. Por otro lado, en la música contamos con Nathan Barr. El compositor neoyorquino entrega unas composiciones siniestras cuando los colegas llegan a Bratislava que ya nos ponen en guardia de lo que va a suceder. Además, en el tramo final sus notas se vuelven muy nerviosas con el destino de los protagonistas en juego. Buen trabajo el suyo, sin duda. Como curiosidad destacar que Barr repetiría labor en ‘Hostel 2’ y enLa caza (Craig Zobel), cinta estrenada en 2020 y de temática parecida a los films de Roth: élites cazando desgraciados.

“Turismo de mochila”. La matanza de Eslovaquia.

En el reparto destacan los tres protagonistas principales: dos universitarios americanos y un turista finlandés. Cada uno de estos tres amigos tiene una personalidad marcada y diferente. Jay Hernandez en su rol de Paxton es el más carismático del trío y el que más protagonismo tiene. Tan es así que el film le sirvió de auténtica lanzadera. Atención a su auténtico descenso al infierno y a su descarga de adrenalina en un retrete. Por su parte, Derek Richardson da vida a Josh, el más contenido y, por así decirlo, sensible. Finalmente tenemos a Eythor Gudjonsson como Oli, un finlandés ya con una cierta edad pero que resulta un auténtico salido e inmaduro. Como digo, este trío se complementa bastante bien por sus personalidades tan dispares con comportamientos y reacciones diferentes.

Por su parte, las checoslovacas Barbara Nedeljakova y Jana Kaderabkova encarnan a Natalya y Svetlana, dos atractivos cebos que usarán todos sus encantos y desnudez para “volver locos” a los amigos y que estos bajen la guardia. La otra chica del reparto que conviene destacar es Jennifer Lim como Kana, una joven e inocente japonesa hospedada en el albergue que trabará amistad con Paxton, Josh y Oli. Presten también atención a Jan Vlasák como un hombre de negocios alemán al que le gusta comer con las manos para “establecer conexión con el cocinero”. Y, finalmente, atención al cameo advertencia de Takashi Miike: “Ten cuidado, podrías gastar todo tu dinero ahí dentro”. De resto todo son gorilas descomunales, perturbados, depravados y demás gente enloquecida y malsana.

“Hay que respetar las costumbres” (Paxton)

En conclusión.
Termino esta crítica de Hostel, una de las grandes precursoras de la etiqueta de “torture porn” en el cine comercial. Además, probablemente sea la mejor película de la filmografía de Eli Roth como director. Finalmente no duden en sospechar si algún extraño les habla de un lugar de fantasía situado a las afueras de Bratislava…

Tráiler de Hostel

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