Hellbound: Hellraiser II
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Los Cenobitas regresan para arrancar el alma de tu cuerpo en ‘Hellbound: Hellraiser II’, una buena y tétrica secuela plagada de efectos especiales y grandes dosis de sangre. Una segunda parte que nos narra cómo Kirsty viaja al inframundo en busca de su padre. Aunque lo que encontrará allí será algo muy distinto…

Han vuelto para arrancar el alma de tu cuerpo

Crítica de Hellbound: Hellraiser II

Tras el éxito de crítica y público deHellraiser: Los que traen el infierno(Clive Barker, 1987), la continuación era más que obvia, sobre todo teniendo en cuenta el abierto desenlace de la película original. Sin embargo, Clive Barker declinó encargarse de la dirección. Aunque sí ejerció labores de productor. En esta ocasión fue Tony Randel el que se puso detrás las cámaras. Eso sí, siguiendo las precisas pautas que Barker le iba marcando durante el rodaje. De ahí que esta segunda entrega aún conserve la esencia y el sello de Barker, a pesar del cambio de director.

Repasando la trayectoria profesional de Randel, comprobaremos que su filmografía se basa prácticamente en películas directas a DVD, series de televisión o telefilms intrascendentes. Lo más destacable de su trabajo fue la floja ‘Amityville 1992’. Y a pesar de su irregular y/o mala carrera, ‘Hellbound: Hellraiser II’ se trata de una buena secuela. Es cierto que no llega a la altura de la original, pero sí que consigue mantener la crudeza, estética y ambientación sublime que hizo de ‘Hellraiser’ un clásico de culto. Así pues, es más que probable que el éxito de esta secuela se debiera, en gran medida, a la constante presencia de Barker en la producción. Aquí debió ocurrir algo así como lo sucedido en ‘Poltergeist (Fenómenos extraños)’, dirigida por Tobe Hopper aunque la película es 100% Spielberiana.

En cualquier caso, es de justicia reconocer que ‘Hellbound’ ya pierde parte de “la magia” que atesoró su antecesora. El efecto sorpresa prácticamente desaparece. Por si fuera poco, el espectador más avispado puede llegar a intuir instintivamente lo que se va a encontrar. Este es el tremendo hándicap de la gran mayoría de segundas partes de clásicos de culto, salvo contadas excepciones.

No obstante, y quizás para suplir este pequeño inconveniente, Randel y Barker se lanzaron definitivamente a la piscina. Para ello concibieron un film mucho más violento, crudo y sangriento que lo que fue la primera entrega. En ‘Hellbound’ se muestran ya con todo el descaro posible innumerables (y literales) cambios de piel humana, numerosas escenas grotescas, incontables litros de sangre y nuevos ambientes no vistos anteriormente. Randel debió pensar: “si esto funcionó a las mil maravillas en la primera entrega, y a falta de una idea realmente innovadora a la hora de desarrollar la secuela, acentuemos todo aquello que le gustó al público en el primer ‘Hellraiser”. Y así fue, lo cual a un servidor le parece fenomenal, dicho sea de paso.

De todos modos, y a pesar de esta falta de efecto sorpresa u originalidad, Hellbound’ está arropada por un buen guión que enlaza directamente con los hechos acontecidos en el relato anterior. No obstante, se repiten bastantes elementos ya explorados en ‘Hellraiser’. Por ejemplo, si entonces Frank utilizaba a Julia para que ésta le reportara cuerpos humanos, en esta ocasión es Julia la que manipula al doctor Channard para el mismo cometido. Además, mantienen también una relación sentimental prácticamente idéntica a la relatada en la película predecesora.

No obstante lo anterior, se nos muestran algunos ambientes desconocidos y se ofrecen bastantes ideas interesantes. Especialmente destacadas son las que indagan en los orígenes de Pinhead. Esto es algo que se echaba de menos en la primera entrega y que dota a esta secuela de un cierto carácter propio, siempre dentro de su ya rutinario desarrollo. La siguiente continuación sería el inicio de la decadencia absoluta de la franquicia. Y es una porque podría haber dado más, mucho más de sí. En cualquier caso, siempre nos quedarán estas dos joyitas que ningún aficionado al cine de género debería perderse.

En resumidas cuentas.
Finalizo esta crítica de Hellbound: Hellraiser II, si bien se puede afirmar que acarrea en sus espaldas el impacto y originalidad que supuso ‘Hellraiser’, también debemos reconocer que esta primera secuela es capaz de sostenerse por sí misma. Esto es posible gracias a un tremendo cocktail que nos ofrece violencia explícita, brutalidad, nuevos personajes y situaciones siempre filmadas con tino y buen pulso. Sin duda, esta es la mejor secuela de una saga interminable…

Tráiler de Hellbound: Hellraiser II

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