Hellraiser: Los que traen el infierno
Comparte con tus amigos










Enviar

Esta mítica película de horror supuso el debut en la dirección del escritor británico Clive Barker. Gracias a ella logró convertir en auténticas criaturas de culto a los cenobitas. Hablamos de un grupo de siniestros demonios con tendencias sadomasoquistas que procedían del mismísimo infierno. Estos seres demoníacos provocaron un auténtico pavor cuando se asomaron por la gran pantalla en el ya lejano 1987 en… ‘Hellraiser: Los que traen el infierno’.

“Somos exploradores de las regiones del más allá de los sentidos. Ángeles para unos… Demonios para otros…” (Pinhead)

Crítica de Hellraiser: Los que traen el infierno

El origen de esta consagrada película hay que buscarlo en el año 1985. Por aquel entonces se acababa de estrenar en Londres el film ‘Underworld’, una cinta de corte fantástico dirigida por el director de origen ruso George Pavlou. Dos amigos que habían ido a ver la proyección con especial ilusión salieron del cine bastante insatisfechos con el resultado. Especialmente uno de ellos, el novelista británico Cliver Barker, quién además había escrito el guión de la misma. “Tan sólo he sido capaz de reconocer dos líneas de diálogo. Me parece que la única forma de hacer las cosas bien es haciéndolas tú mismo”, le dijo Barker a su compañero, el actor de teatro Doug Bradley.

Un año después, y tras volver a sufrir la misma experiencia con ‘Rawhead Rex’, otra película de Pavlou también basada en otra de las novelas de terror de Barker (‘Rex, el hombre lobo’), el famoso novelista británico decidió encargarse personalmente de todas y cada una de las nuevas adaptaciones al cine de sus cuentos de terror. Barker ya gozaba de un enorme prestigio literario, así que encontrar financiación para su primera producción cinematográfica le resultó más fácil de lo esperado. Aunque, por otra parte, era arriesgado levantar un proyecto como el que tenía entre manos. Me refiero a ‘Hellraiser: Los que traen el infierno’.

Barker se basó esta vez en su novela titulada ‘The Hellbound Heart’ aka ‘Sadomasochist from Beyond the Graven’ (‘Sadomasoquistas de más allá de la tumba’). Para llevarla al cine el título definitivo sería ‘Hellraiser’ (‘Alzador de Infiernos’). El guionista, y esta vez también director, consiguió levantar la propuesta gracias al concurso de la modesta productora inglesa Film Future. Por supuesto, también contó con el apoyo de la distribuidora norteamericana New World Pictures. Esta última fue la que aportó más dinero cuando sus ejecutivos accedieron a ver algunas escenas filmadas dando el visto bueno a las mismas. Y así comenzó el mito…

Cuando uno es sólo un niño siempre tiende a magnificar e incluso a sobrevalorar aquellas películas de terror que ve a escondidas… Estas películas nos venían a nuestra mente todas las noches al acostarnos y nos provocaban pavor al recordar, bajo las sábanas, las crudas secuencias que se nos grabaron en la retina en aquel momento. Pero, con el paso de los años y nuestra madurez, seguramente hemos ido midiendo muchas de aquellas deliciosas cintas con otro rasero. Hemos aprendido a juzgarlas de un modo más serio y objetivo. Y, obviamente, tras un nuevo visionado años después, comprendemos que no eran para tanto ni son ya capaces de provocarnos las sensaciones que nos hacían sentir cuando teníamos tan sólo 10 años.

Expuesto lo anterior, también hay que resaltar que algunas otras de aquellas películas que nos marcaron de pequeños siguen siendo verdaderas obras de terror. Películas que nos inquietan ahora tanto o más que antaño. Y también películas que no por el paso del tiempo van a dejar de impactarnos e incluso invadirnos de angustia. Precisamente una de esas películas es ‘Hellraiser: Los que traen el infierno’. Independientemente de su fidelidad con respecto a la novela original, como ejercicio cinematográfico de horror funciona a la perfección desde el minuto 1 al 94.

Una de las claves de su éxito es su ambientación sórdida, infernal y malsana. El horror planea durante toda la trama, especialmente durante las escenas en las que aparecen los cenobitas y Frank. Este último el monstruoso ser que coprotagoniza la cinta y cuya primera aparición resulta sencillamente pavorosa y apoteósica. Aquí no cabe ni un ápice de humor negro, sarcasmos o ironía. En ‘Hellraiser’ todo es horror. El film destaca visualmente por su crudeza y los tremendos efectos especiales y maquillaje. El mismísimo infierno es lo que invade la pantalla en casi cada instante de proyección. No hay lugar y ni un mínimo guiño de complicidad humorística con el espectador. Esto último es algo que sí sucede en multitud de films de género actuales que no se toman en serio a sí mismos… quizás por su incapacidad de provocar lo que sí transmitió Barker con esta película.

Teniendo en cuenta lo comentado anteriormente, hablar de ‘Hellraiser’ es hablar de una tremebunda y dura visión de ‘La nueva carne’ (con ecos de la obra de Cronenberg o Lovecraft) entremezclada con sangrientos elementos sadomasoquistas proporcionados por Pinhead y sus excéntricos secuaces. Me refiero a los cenobitas: humanos asesinados a manos de otros cenobitas y que, en su regreso del inframundo, conservan los rasgos y el aspecto con el que murieron. Y siempre haciendo gala de una indumentaria plagada de objetos punzantes que atraviesan la carne, piercings, garfios y ropas de cuero. Sin duda, estamos ante toda una tétrica fábula del dolor y del placer.

‘Hellraiser’ es, ante todo, sufrimiento. Sufrimiento al que son sometidos los pobres protagonistas de la película a manos de unos demonios que prometen placer ilimitado pero que, inevitablemente, lo llevan a cabo a través de la sangre, la destrucción y la amputación de cuerpos. Hablar de ‘Hellraiser’ es hablar de una película ya mítica. Un film que se sostiene sobre un guión sencillo, pero bien elaborado y coherente. Un libreto plagado de sorpresas, sustos y tensión. Y todas sus páginas salvajemente condimentadas con brutales dosis gore. Precisamente, el gore impacta visualmente como pocas veces se ha logrado en un film de terror… Todo esto combinado con una estética y elegancia sublimes. Por no hablar de unos efectos especiales y decorados que dejan a la altura del betún a los Fx empleados actualmente.

Pasando al reparto decir que se compuso por actores prácticamente desconocidos para el gran público. Ashley Laurence es la gran protagonista interpretando a Kirsty Cotton, la muchacha que deberá de enfrentarse a todos los demonios: humanos y cenobitas. Sin duda, el más conocido del elenco fue Andrew Robinson como Larry Cotton, el padre de Kirsty. Por su parte, la actriz británica Clare Higgins encarnó a Julia, la esposa de Larry y madrastra de Kirsty. Y, por último, el también inglés Sean Chapman se convirtió en Frank, el hermano de Larry y amante de Julia y un auténtico monstruo por dentro y por fuera… Aunque las joyas de la corona del reparto son los cenobitas. Sin lugar a dudas, estamos ante los personajes más originales del fantástico de los 80 junto a Freddy Krueger.

Los cenobitas se definen como: “Ángeles para unos, demonios para otros”. Hablamos de unas criaturas que viven para proporcionar placer a través del dolor. El actor y amigo íntimo de Barker, Doug Bradley, fue el elegido para meterse en la piel (y en los clavos) de Pinhead, el sacerdote líder de los cenobitas. Y, precisamente, fue Bradley el que más triunfó con este papel gracias al maquillaje de Bob Keen. El maquillador necesitaba de 6 horas diarias para tener preparado al actor para pisar el set de rodaje. El resto de sacerdotes estaban formados por Nick Vince como ‘Castañeante’, Simon Bambord como ‘Bola de manteca’ y Grace Kirby como la Cenobita femenina apodada como ‘Garganta profunda’. Todos ellos fueron también diseñados por Keen después de largas conversaciones sobre su fisonomía con el propio Clive Barker.

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Hellraiser: Los que traen el infierno, un terrorífico clásico que se resume en pocas palabras como un perturbador relato plagado de horror, sangre y muerte. Una indiscutible obra maestra del cine de terror que, aún en nuestros días, sigue produciendo escalofríos. Y todo gracias a una ambientación digna de la peor de nuestras pesadillas, una sucesión de escenas no aptas para todos los públicos y una historia original que se encuentra arropada por unos impactantes efectos especiales. En definitiva, una pieza imprescindible del cine de género muy difícil de superar.

Tráiler de Hellraiser: Los que traen el infierno

Escucha nuestro podcast