Frío como el acero
John Huff es un policía duro donde los haya que está cumpliendo tres semanas de suspensión por insubordinación. Tras frustrar un atraco a un supermercado, donde se encontraba haciendo su compra diaria, consigue la atención del FBI que le propone un trato: infiltrarse en una banda de moteros que tienen como objetivo matar al fiscal del distrito. (Cineycine).
¡Duro, muy duro,… el más duro! Brian Bosworth, su inimitable peinado y su pose de buscador de problemas licenciado presentan su candidatura al top ten de policías más chulos que un ocho. ¿Pasará la prueba de fuego o se quedará en un proyecto? Toca descubrirlo en ‘Frío como el acero’.
“Imagínate el futuro… porque no lo vas a ver” (Stone)
Crítica de Frío como el acero
En 1991, el antiguo jugador de la NFL, Brian Bosworth protagonizó ‘Frío como el acero’ (Stone Cold). Hablamos de una de las grandes odas al cine de acción más macarra de la década. En este film Bosworth es un poli de Alabama que, mientras está cumpliendo una suspensión de tres semanas por insubordinación, recibe una propuesta del FBI. El objetivo es que se infiltre en una banda de moteros que acaban de cruzar la línea. Esa banda está capitaneada por Chains (Lance Henriksen) y Ice (William Fortsythe).
El director Craig R. Baxley ya había avisado anteriormente de su particular visión del cine de acción. En su filmografía presentaba cintas clásicas de la serie B como ‘Acción Jackson’ (1988) o ‘Dark Angel’ (1990). Para este nuevo film buscaba confirmar lo mostrado en aquellas elevándolo a su máxima potencia. Ahora bien, la cinta, en primera instancia, iba a ser menos excesiva y más rutinaria. Esta era la visión del primer director, Bruce Malmuth, que chocaba con las intenciones de Bosworth, la estrella de la función. Así las cosas, lo rodado antes de que Baxley llegara al set, sustituyendo a Malmuth, iba sobre un policía en busca de venganza contra unos moteros por el asesinato de su mujer y de su hija. Todo eso quedó desechado y se optó por una idea mucho más básica y exagerada.
Al parecer, el despido de Malmuth llevó consigo el desentendimiento de Michael Douglas en sus labores de producción. Douglas traspasó sus poderes por completo a Yorem Ben Ami, quien también fue el gran hacedor de ‘Doble impacto’ (Sheldon Lettich, 1990), la popular película protagonizada por partida doble por Jean-Claude Van Damme.
‘Frío como el acero’ tuvo un presupuesto estimado entre 15 y 17 millones de dólares y una recaudación en cines de USA de sólo 9 millones. En 1996, por lo menos para España, se estrenó una secuela bastarda dirigida por Kurt Wimmer: ‘Frío como el acero: Buscando venganza’. En realidad era un telefilm que nada tenía que ver con el original. Eso sí, Bosworth era el protagonista y la historia podía colar como continuación (con ciertas licencias en el doblaje al castellano).
Por otro lado, en 1992 se estrenaría un film con cierto parecido protagonizado por Charlie Sheen: ‘Recuerdos que matan’ (Larry Ferguson). Este film venía co-protagonizado por Michael Madsen y Linda Fiorentino. Ahora bien, también es de justicia admitir que ‘Frío como el acero’ vendría a ser una repetición del esquema narrativo de ‘Cobra, el brazo fuerte de la Ley’ (George Pan Cosmatos, 1986). No obstante, en lugar de que el protagonista huya de los malos, para proteger a su testigo, va hacia ellos de forma kamikaze. Su comienzo con asalto a un supermercado 24 horas ya presenta claramente sus intenciones.
Este film supone una de las grandes macarradas de los años 90. Una película que uno tiene que ver sin tomársela en serio y disfrutar de las flipaciones que inundan el metraje. Un metraje con momentos de enaltecimiento de la hombría realmente míticos y muertes totalmente brutales con barra libre de dinamita. Craig R. Baxley, como buen coordinador de stunts, se concentra más en ir hilvanando lo mejor que se le da: escenas de peleas, ambientes de bar y muertes explosivas sin contemplaciones. De esta forma, su interés por la historia es simple y se queda, como debe ser en estos films, al servicio de la acción.
En realidad ‘Frío como el acero’ es un duelo de machos entre Bosworth, Henriksen y Fortsythe. Los tres actores dan el pego como tipos duros y se lo pasan en grande. Aunque siempre da la sensación de que más los dos últimos que un Brian Bosworth demasiado serio y con un peinado inenarrable. Ojo a su notable, y convenientemente explotado, parecido con Bam-Bam (el de hijo de “Los Picapiedra”). Bosworth aguanta con prácticamente la misma expresión todo el metraje. Y lo hace ya tenga una mujer desnuda en la cama, o acabe de zurrarse a muerte con un gigante. Sin duda, sus mejores minutos llegan en el asalto en plan Man Vs Army. En esas secuencias, totalmente ensangrentado, se dedica a repartir plomo sin prácticamente decir nada.
Por su parte, Lance Henriksen demuestra nuevamente que en estos papeles se engrandecía. Su caricatura de líder de banda que se cree directamente un Mesías sentenciador es apoteósica. Sus one-liners son de lo mejor del film. Atención a cuando se disfraza de sacerdote porque ya es, simple y llanamente, el over the top. Otro que siempre lo bordaba cuando hacía de sádico sin más era William Fortsythe. Sus cara a cara continuos con el personaje de Bosworth son oro puro. Destacar también el pequeño aporte de Paulo Tocha en el rol de un boliviano que se las tendrá tiesas con Stone, al que en un momento dado le suelta: “Lo que se va, siempre vuelve”.
“Dios perdona, la hermandad no” (Chains)
En resumidas cuentas.
Termino ya esta crítica de Frío como el acero, un monumento a la vertiente más macarra del cine de acción de los 90. La película gana, sobre todo, por lo desatado de sus dos villanos: Henriksen y Fortsythe. Por su parte, Bosworth capitanea el asunto con una chulería que le valdría para unos fugaces años de fama.
Tráiler de Frío como el acero
Escucha nuestro podcast