Forajidos de leyenda
Después de la guerra civil americana un grupo de antiguos soldados confederados liderados por Jesse James se dedica al asalto de bancos, trenes y diligencias. Sus fechorías llegan a tal punto que "La Compañía del Ferrocaril" encarga a la "Agencia de Detectives Pinkerton" la eliminación de Jesse James y su grupo de hombres.
Un año antes de firmar una de sus cintas de referencia, ‘La Presa’ (también conocida como ‘La Compañía Bravo’), y el mismo año que vio la luz ‘The Warriors: Los Amos de la Noche’, Walter Hill, juntó en pantalla a nada más y nada menos que cuatro generaciones de diferentes familias de actores de Hollywood: los Keach, Carradine, Quaid y Guest. Y los juntó para llevar a la pantalla las andanzas de Jesse James y su banda, “Los James-Youngers”. Eran los años 80s, aquellos que empezaban a marcar la decadencia del western como género predilecto de las grandes audiencias. Pero en el Lejano Oeste seguían siendo tiempos de: ‘Forajidos de Leyenda’.
Valoración. Argumento de ‘Forajidos de leyenda’ (hermanos de sangre & fuego):
En Missouri, después de la guerra civil, un grupo de antiguos soldados que lucharon a favor de la Confederación se ha convertido en una banda de ladrones de bancos, diligencias y trenes. Por sus fechorías han logrado una celebridad inaudíta.
El líder de todos ellos es nada más y nada menos que Jesse James (James Keach), y su mano derecha es su propio hermano, Frank (Stacy Keach). El resto de la banda la forman de un lado “los Youngers” con el duro Cole, el afable Jim y el hermano pequeño Bob (por el mismo orden David, Keith y Robert Carradine), y por último tenemos a “los Miller” con el gatillo fácil Ed (Dennis Quaid) & el filósofo Clell (Randy Quaid).
Hartos de los robos sufridos y las graves pérdidas económicas, la Compañía del Ferrocarril contrata a la Agencia de Detectives Pinkerton para que de caza a los malhechores, los Pinkerton comienzan a asediar a la Banda con métodos cada vez más brutales, y será la muerte del hermano pequeño de solo quince años de los James a manos de los Pinkerton, la que abra definitivamente la veda de violencia.
Pero la cuadrilla de forajidos está en clara inferioridad contra los jueces de la ley, y optan por desperdigarse durante un tiempo cada uno por cinco estados, hasta que las penurias económicas y su temerario modo de vida les hace volver a las andadas, momento que los Pinkerton estaban esperando agazapados y muy dispuestos.
Ellos cabalgan juntos.
Bajo una idea escrita por los propios protagonistas del film, James y Stacy Keach, y un guión finalmente pulido por Bill Bryden & Steven Philip Smith, Walter Hill firmó a principios de los años 80s su particular acercamiento a uno de los grandes mitos del Oeste Americano, el de Jesse James y su Banda: Los James-Youngers.
Una leyenda, la de Jesse James, que a pesar de estar ambientada en el Salvaje Oeste tiene un claro aroma a drama shakespeariano, condenada desde el principio (por el mal vivir de sus protagonistas) a acabar en tragedia, y como todo el mundo sabe, por el título del western protagonizado por Brad Pitt y dirigido por Andrew Dominik… con la muerte de su líder a manos de un cobarde personaje secundario.
En este personal acercamiento desde la óptica de Hill, encontramos un templado western texano con muchos menos momentos de violencia, y tiroteos, de los que el firmante de ‘Wild Bill’ nos tiene acostumbrados, apostando por mostrar del mismo modo la vida de los personajes cuando estaban metidos en faena, y también cuando llevaban aquella llamada “vida familiar”, que sólo era una fachada puesto que lo realmente anhelaban ellos era robar y ser forajidos de primera categoría.
Walter Hill se toma su tiempo marcando un devenir pausado, presentando a todos los personajes con especial énfasis en Jesse James, y en los dos personajes interpretados por los actores más conocidos por aquellos tiempos, los hermanos Carradine, de un lado David Carradine (‘McQuade: Lobo Solitario’, ‘Kill Bill’), y su excelente retrato del duro pistolero Cole Younger, un solitario, pendenciero y eterno perdedor de póker, que solo quiere a las mujeres como trofeos, por mucho que algunos de sus actos puedan parecer lo contrario (como cuando acude a la Taberna donde trabaja Elle, para luchar a cuchillo con el nuevo marido de esta, un indio mestizo al que da vida James Remar y finalmente largarse vencedor de la confrontación, pero ignorando a la mujer por la que se ha jugado la vida). Y por el otro Keith Carradine (‘Los Duelistas’, ‘Cowboys & Aliens’) que sabe dotar muy bien al personaje de Jim Younger de una afabilidad y educación inusitada en un contrabandista.
El resto de interpretes cumple con su labor sin más, aunque es de resaltar el escaso protagonismo de quien hoy día será con más seguridad el actor más conocido de todos los que pueblan el elenco: Dennis Quaid, aquí jovencísimo y semi-debutante, además de lucir un poco agraciado bigote. Quaid que empuña su arma una sola vez, para luego ser expulsado de la banda por saltarse una de las normas básicas de la cuadrilla: la de no herir a civiles o inocentes y robarle la novia a Jim Younger.
El que si tiene un papel más extenso es Randy Quaid (‘El expreso de Medianoche’, ‘Hard Rain’) que clava su personaje de simpático bobalicón, y que se apunta a su cuenta los escasos momentos de humor de la cinta, un personaje muy asiduo en la filmografía de este actor de 1,96 de altura.
El buen hacer de los Carradine o los Quaid, choca de lleno con la apenada interpretación de un hierático James Keach (‘El Filo de la Navaja’, ‘En La Cuerda Floja’), como el supuestamente carismático Jesse James. Un personaje que en el clímax final de la cinta acaba siendo condenado por sus actos, y es que en los últimos minutos de metraje queda retratado como un egoísta y hasta cobarde pistolero, que vivía más de las rentas de su fama que de otra cosa. Atención a la mejor secuencia del film, la cual relato en los apartados finales de esta reseña destacándola como el momento culminante del film, y que viene precedida de unos planos realmente logrados por parte de Walter Hill, filmando el bosque por donde huyen los personajes como un tenebroso pasadizo al infierno… Dichos instantes, unidos a su desfase final, con una serie de tiroteos de marcada crudeza son lo mejor de este largometraje, inusitadamente despasionado por parte de un amante del western tan reconocido como es Walter Hill.
Y es que estamos ante una película que acaba siendo lastrada por la falta de empaque en el conjunto de sus imágenes, y que solo destaca por secuencias o escenas concretas que sí llevan el sello del cine de su director, está claro que la cinta mantiene su estilo, y por ende contiene trazas muy visibles del cine de Hill, pero al final acaba pareciendo lo que se le intuye en primera instancia; un encargo para juntar a una serie de actores más o menos conocidos en torno a una leyenda popular de la historia americana.
Destacar como siempre el apartado musical a cargo del maestro Ry Cooder que se marca una siempre magistral partitura de canciones.
En resumidas cuentas:
Huele a encargo, o por lo menos a proyecto impersonal que le diera vía libre a rodar films que realmente anhelaba su director, como son, no por casualidad las ya citadas ‘Warriors’ y ‘La Presa’, dos largometrajes que sin lugar a dudas y por méritos propios se elevan a lo más alto de la baraja que forman la filmografía de Hill.
Aún así, ‘Forajidos de Leyenda’ contiene breves ráfagas del estilo de Hill como son los tiroteos mostrados en toda su crudeza, la clásica e inevitable pelea de bar y unos cuantos y durísimos diálogos. Pero no es suficiente para salvar un film que se ve lastrado por varios factores: un actor protagonista mal elegido, un guión demasiado endeble y una historia monótona.
Al final aprueba porque Hill siempre ha sido un director curtido en las historias del Oeste, y maneja los resortes del género con la suficiente habilidad como para que el largometraje acabe logrando un aprobado raspado.
El plano: Aquel que junta a un paseante junto a las vías del ferrocarril viendo como Frank James y el comisario de la Pinkerton se alejan en tren con un ataúd junto a ellos en el vagón.
El momento: Aquella en la que Jesse James revela su verdadera cara, dejando abandonados a su suerte y gravemente heridos a la mitad de su banda, concretamente a la de los Youngers tras la refriega en el poblado de los suecos. Atención a la actuación de David Carradine y Stacy Keach.
La secuencia: Junto a la ya citada, y descomunal refriega en Arizona. La notablemente bien llevada lucha a cuchillo entre Cole Younger y el Mestizo.
El dato: 10 Millones de presupuesto para una recaudación en USA de 15.795.189 $. Llegando como máximo al puesto número 8 del Box Office.
La nominación: En el Festival de Cannes de 1980, fue nominada en la categoría de mejor película.
Frases y diálogos memorables:
–Que diez mil diablos me lleven al infierno (Josh Arthur).
–¿Has estado enamorado? (Frank James)
–Oh Dios mío. Si. Y fue terrible. Un suplicio. Realmente horrible. Solo tuve problemas. Me volvía loco… (Clell).
–¿Tan malo era? (Frank)
–Si. Ella era maravillosa (Clell).
–Era mi primo, el jamás cabalgo con nosotros, tenía 18 años. Y ahora tengo que devolvérselo muerto a su familia (Jim Younger).
–¡Has infringido la ley! (Hombre de Pinkerton).
–Nuestro hermano solo tenía 15 años, podéis pensar en ello mientras os dirigís al infierno! (Jesse James).
Escucha nuestro podcast