El hombre invisible
Comparte con tus amigos










Enviar

“Empecé a decir que la película debería ser desde el punto de vista de la víctima. Por ejemplo: una mujer que escapa de un compañero posesivo y agresivo en plena noche”. Leigh Whannell nos presenta su versión y su visión de ‘El hombre invisible’.

“Quizás descubrió una forma de volverse invisible” (Cecilia Kass)

Crítica de El hombre invisible

Leigh Whannell dirige y escribe esta nueva versión de ‘El hombre invisible’, una “criatura” que siempre va a despertar nuestra curiosidad porque, más que menos, todos hemos fantaseado alguna vez con hacernos invisibles. Son varias las películas y novelas basadas, directa o indirectamente, en la obra original de H.G. Wells. Algunas que me vienen ahora a la memoria son el clásico ‘El hombre invisible’ (James Whale, 1933), ‘Memorias de un hombre invisible’ (John Carpenter, 1992) o ‘El hombre sin sombra’ (Paul Verhoeven, 2000). La primera de estas tres es una adaptación directa de la novela de Wells y las otras dos están claramente inspiradas en la misma. Ahora veamos qué es lo que ha hecho Leigh Whannell con su película.

Y lo que Whannell ha hecho con la obra de H.G. Wells, y con nuestra idea clásica del personaje, es “destruirla” por completo. Todo el fantástico legado de Wells queda reducido a cenizas. En su lugar se nos entrega un film con todos los clichés ideológicos de ciertos movimientos actuales. Así pues, el libreto escrito por Whannell es absolutamente básico y marcado. Tan es así que me atrevo a decir, y advertir, que esto no es un film del hombre invisible. Esto es otra cosa. Aquí estamos ante una película que es una total descripción del acoso, los malos tratos y sus efectos. Esa es la orientación que el director y guionista le ha dado a esta nueva versión. El clásico “científico loco” queda ahora convertido en un vulgar y ruin acosador.

Expuesto el planteamiento anterior cabe preguntarnos si como película de acoso cumple. En este aspecto la respuesta es que “sí”. En pantalla no veremos nunca la relación tóxica porque el film se inicia con la escapada de Cecilia. Ahora bien, lo que sí que veremos son los efectos del abuso en ella: el miedo a salir de casa y a emprender una nueva vida, el hecho de esconderse o el retorno de los fantasmas del pasado.

Películas y TV Movies sobre las temáticas comentadas ya hay muchas, por ejemplo: ‘Durmiendo con su enemigo’ (Joseph Ruben, 1991), cinta de la que se toma algún que otro elemento. Así pues, surge la pregunta de si era necesario hacer esto con este gran personaje. Supongo que la respuesta la dará la taquilla. En cualquier caso, la trama presenta importantes giros y un tramo final que la eleva y la hace bastante atractiva. Precisamente se vuelve atractiva cuanto más se acerca a lo que debería haber sido y no a lo que realmente ha sido…

También es importante destacar que esta película iba a haber formado parte del universo conectado y conocido como “Dark Universe”. El protagonista principal iba a ser Johnny Depp en el papel del científico. Sin embargo, el no-éxito deLa momia (Alex Kurtzman, 2017) dio al traste con todos estos planes. De ahora en adelante los nuevos films de los monstruos clásicos serán independientes unos de otros, al menos eso dicen.

Sobre los efectos especiales decir que ciertos ataques nos remitirán a películas comoEl ente (Sidney J. Furie, 1982), pero centrándose totalmente en la violencia y dejando los aspectos sexuales al margen… al menos visualmente. En este sentido, destaca la brutalidad de algunas escenas con golpes tremebundos, sangre y algún que otro degollamiento totalmente explícito. También es digno de resaltar, para bien y para mal, el tratamiento que se hace en esta película de la “invisibilidad”. Para bien porque presenta una cierta innovación quizás no esperada. Para mal no diré nada puesto que podría caer en spoilers innecesarios.

Por otro lado, y para los amantes de los sustos y/o sobresaltos, decirles que esta no es su película. En todo el metraje apenas hay tres o cuatro. Eso sí, muy bien trabajados. Aquí la atmósfera de terror se genera con las muy diferentes ambientaciones y con toques muy sutiles: el vaho de una respiración, una puerta que se abre, un fuego que se enciende,… Por descontado que la banda sonora de Benjamin Wallfisch funciona estupendamente en este aspecto. El compositor nos entrega unas composiciones que sugieren la presencia en el ambiente de una amenaza tremebunda ayudado de toques electrónicos. Atención a las partituras iniciales.

La principal y gran protagonista es Elisabeth Moss como Cecilia Kass, una mujer sometida a la tiranía de Adrian Griffin, un genio de la óptica. Elisabeth está presente en la práctica totalidad de planos del film haciéndolo suyo por completo. La capacidad de la actriz para generar sufrimiento y terror ante la nada queda muy patente. Especialmente quiero remarcar lo ya comentado por mi compañero J. Glez en el artículo relativo a su primera película: “destaca la habilidad de Elisabeth para aguantar primerísimos primeros planos y expresar con su rostro todo lo que su personaje requiere”. Eso sucede aquí y para muestra la Cecilia Kass que empieza la película y la que la termina.

El resto del elenco lo cierto es que importa más bien poco. No obstante, hay que llamar la atención del interés de Aldis Hodge por hacerse ver y valer para futuros proyectos con más minutos. En la película encarna a James, un policía mazas que recogerá en su casa a Cecilia. En esa misma casa también vive Sydney, la hija adolescente de James interpretada por Storm Reid que no tiene mucho con lo que poder lucirse. Por otro lado, hay que resaltar a la actriz Harriet Dyer aportando personalidad a su breve rol de Alice, la hermana de Cecilia (atención al gran parecido entre Harriet y Elisabeth). Tanto James como Sydney y Alice son meros personajes de apoyo.

Finalmente, Oliver Jackson-Cohen es el hombre invisible y nunca mejor dicho. Su personaje físico de Adrian Griffin apenas sale en unas pocas escenas. Tan es así que su hermano, y albacea testamentario, Tom Griffin (interpretado por Michael Dorman), llega a salir en más secuencias. Atención a la frase con la que intenta ayudar a Cecilia: “No lo dejes vencer volviéndolo a la vida”.

“Él dijo que jamás podría abandonarlo” (Cecilia Kass)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de El hombre invisible, una película con un gran personaje clásico que, para bien y para mal, termina siendo demasiado esclava de nuestros tiempos actuales. Técnica, visual e interpretativamente hablando el film es irreprochable y destacado. Tema distinto es ver en lo que ha derivado, argumentalmente hablando, el mítico científico creado por H.G. Wells allá por finales del siglo XIX.

Tráiler de El hombre invisible

Escucha nuestro podcast