El Gato con botas: El último deseo
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“El tono general de la película es alegre y divertido, pero para disfrutar de los buenos momentos antes hay que vivir los malos. De pronto, el Gato se atemoriza al pensar que ha dejado atrás sus mejores años… A primera vista, la trama trata de que el Gato tiene miedo de haber dejado atrás lo mejor, pero más allá de esto es una historia acerca de la vida, de las maravillosas experiencias que se nos permite tener y disfrutar”. Joel Crawford nos invita a reencontrarnos con ‘El Gato con botas: El último deseo’.

“Estrella brillante, estrella radiante que apareces ante mí fulgurante… un deseo tengo…” (Gato)

Crítica de El Gato con botas: El último deseo

En 2011, llegó a cines de todo el mundoEl Gato con botas’, un simpático spin-off del universo de Shrek protagonizado por Gato. La película funcionó bastante bien en taquilla haciéndose con un acumulado de 555 millones de $. Sin embargo, DreamWorks no aprovechó la oportunidad para seguir explorando y explotando en cines ese nuevo universo gatuno con aires de western y cuentos de hadas. No ha sido hasta ahora, 11 años después, que se han atrevido a lanzar su secuela. Hablamos de ‘El Gato con botas: El último deseo’.

Al frente de la dirección tenemos a Joel Crawford y Januel Mercado. Este último desempeñando labores de codirección. Ambos ya trabajaron juntos en ‘Los Croods: Una nueva era’ (2020) y aquí sustituyen a Chris Miller. Dato importante es que ‘El último deseo’ es la segunda película de Crawford y su segunda secuela de un exitoso film animado (contando con la citada película de la familia Crood). En cualquier caso, el cambio tras las cámaras apenas se nota porque la atmósfera del film sigue respirando a western y cuentos. De hecho, Crawford no duda en citar entre sus influencias a esa masterpiece que es ‘El bueno, el feo y el malo’ (Sergio Leone, 1966). Influencia que queda muy clara llegado el desenlace final.

Del equipo de guionistas del film precedente tan sólo repite Tom Wheeler, que esta vez viene acompañado por Tommy Swerdlow y Paul Fisher. No obstante, el cambio en este apartado tampoco se nota en absoluto. Comento esto porque el espíritu de la saga no sufre variación alguna. Esto quiere decir que nuevamente estamos ante una disfrutable aventura en forma de viaje. Esta vez, Gato y sus accidentales amigos deberán viajar en busca de la Estrella del deseo. Y este caminar les llevará a introducirse en el bosque lúgubre: un lugar plagado de trampas.

A nivel de guión, la principal novedad radica en mostrar el temor de Gato y en el potente mensaje del film. Del primer punto resulta muy curioso ver al valentón de Gato temblar de miedo y huir de la batalla al encontrarse con un rival al que no puede vencer… Y respecto a la enseñanza de la película es digna de aplaudir. Aquí vemos como nuestro amigo gatuno ha desperdiciado 8 de sus 9 vidas y ahora está ante una dramática situación. Una situación que vivimos todos los mortales día a día. Me refiero a aprender a saborear y aprovechar al máximo la única vida que tenemos. Bien es cierto que este no es un mensaje original… pero sí que en la película resulta muy potente y adecuado para todo tipo de espectador.

Por supuesto, el film también presenta buenos gags y, como en la anterior película, referencias a cuentos clásicos. Entre los gags me quedo con el que repasa las 8 muertes anteriores de Gato ¡Imposible que no te arranque al menos una risa! En relación a los cuentos clásicos y/o cuentos de hadas, tenemos la referencia a ‘Ricitos de Oro y los tres osos’ y ‘El pequeño Jack Horner’. Naturalmente, ambos adaptados a la mitología fílmica de ‘El Gato con botas’.

Respecto a la animación comentaré que se mantiene toda la buena calidad de la primera entrega. Además de esto, esta secuela ofrece una particularidad. Así pues, y buscando ofrecer una continuación que aporte algo más que una nueva aventura, la animación de ‘El último deseo’ combina las técnicas actuales con unos espectaculares dibujos animados. Estos dibujos transmiten la sensación de haber sido hechos a mano y en 2D. Y todo esto sin minimizar la enorme escala de animación de la película. El resultado es un efecto visual muy parecido al visto en ‘Los tipos malos’ (2022) y Spider-Man: Un nuevo universo (2018). Eso sí, este efecto sólo se usa en determinadas secuencias… normalmente en casi todas las de acción que quedan guapísimas. La primera vez que lo vemos es cuando Gato lucha contra el gigante despertado en pueblo Del Mar y la última en el duelo final.

Por descontado, la animación sigue brillando espectacularmente. No hay nada más que ver los efectos finales de la “Estrella del deseo” o el logradísimo diseño y acabado de todos los personajes protagonistas con mención especial para Lobo Gris y Ricitos de Oro y los 3 osos. Técnicamente estamos, sin duda, ante uno de los films animados del año. No es de extrañar para nada su nominación a los Globos de Oro como mejor cinta de animación.

Y antes de pasar con nuestros amigos animados destacar que la banda sonora también suena a buen nivel gracias a la batuta de Heitor Pereira. Además se incluyen temas de Karol G, Gaby Moreno y Dan Navarro, y el propio Antonio Banderas.

“Me llama el olor a miedo”. El retorno del Gato.

En el doblaje seguimos contando con Antonio Banderas prestando su voz a Gato, tanto en la versión original como en la española. Y esto es un aval de alta calidad. Nuestro compatriota encaja perfectamente su voz con Gato y tiene mucha parte de culpa de que el personaje funcione. En la versión en español también destaca el relevo de Salma Hayek por Verónica López Treviño. Y, siendo justos, decir que esta última mejora bastante el trabajo que Hayek nos dejó en la primera entrega doblando a Kitty “zarpas suaves”. Sobre la personalidad de Gato decir que no varía y sigue siendo un valiente e inconsciente… hasta que el miedo se termina apoderando de él. Por su parte, Kitty también repite su ladrona personalidad y, de una película otra, tiene una cuenta pendiente con Gato…

La famosa “por narices” que nos cuelan en esta continuación es Rosario Flores en un cameo extendido prestando su voz a Mamá Luna, una anciana loca por los gatos a los que da cobijo. Del resto del elenco da pena no haber podido disfrutar en mi visionado de las voces originales de diferentes actores. Intérpretes importantes del nivel de Florence Pugh (Ricitos de oro), Ray Winstone (Papá oso), Olivia Colman (Mamá osa), John Mulaney (Jack Horner) y Wagner Moura (Lobo gris). Atención a este último porque es un gran personaje mostrándose siniestro, invencible e implacable. No sólo es que sea capaz de atemorizar a Gato… sino que infunde un gran respeto en el espectador. Por su parte, Jack Horner es recreado como un orondo villano poseedor de poderosos objetos. Y Ricitos de oro queda como una peculiar cazarrecompensas junto a su osezna familia.

Un párrafo al margen creo que merece un nuevo personaje. Me refiero a “Perrito” con la voz de Harvey Guillén. Este chucho desarraigado y feo representa al típico compañero fiel, simpático y divertido que se une a Gato y Kitty en estas nuevas correrías. En un principio puede resultar cansino, pero su tremenda ingenuidad, solidaridad y su trasfondo familiar te termina por hacer que le cojas cariño.

“A lo mejor con una vida basta” (Perrito)

En conclusión.
Finalizo esta crítica de El Gato con botas: El último deseo, una nueva aventura de nuestro minino favorito que queda al mismo nivel que la película original. Incluso en algunos aspectos puede llegar a superarla. Si les gustó lo ofrecido en la primera entrega no se la pierdan. Además es de las pocas películas de animación de un estudio importante que podremos disfrutar esta próxima Navidad en compañía de nuestros “locos bajitos”.

AVISO: Hay una frase final después de todos los créditos.

Tráiler de El Gato con botas: El último deseo

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