El extraño
Julia y Francis forman un joven matrimonio que decide mudarse a Bucarest para que Francis pueda ascender en el estudio de Arquitectura para el que trabaja. Al poco de instalarse en su apartamento, Julia empieza a sentirse observada desde las sombras por un vecino del bloque de enfrente. Paralelamente, la policía anda tras la pista de un asesino en serie de mujeres apodado como “La Araña”. (Cineycine).
“Al hacer este film quería capturar una especie de temor constante e incómodo que acompaña a muchas mujeres a lo largo de sus vidas. Las mujeres experimentamos el mundo de una manera diferente a los hombres. Por ello, cuando tratamos de expresar esa experiencia, a menudo, dudan de nosotras…. lo que, a su vez, puede hacernos comenzar a dudar de nosotras mismas”. Chloe Okuno nos presenta a Maika Monroe siendo observada y acosada por ‘El extraño’ (o eso dice ella).
“Hay un tipo en el edificio de enfrente que siempre mira hacia aquí” (Julia)
Crítica de El extraño
Esta película supone el debut en la gran pantalla, y en solitario, de Chloe Alexandra Okuno. Hablamos de una directora y guionista norteamericana que antes de este film había trabajado en varios cortometrajes, siendo uno de los más reconocidos su corto ‘Slut’, realizado en 2014. Para esta ópera prima que supone ‘El extraño’ opta por el thriller de acoso y vouyerismo salpicado con claros toques y/o aportes de terror humano. Todo esto aderezado con un par de referencias cinéfilas bien tiradas tanto de manera directa como indirecta. Entre las primeras podemos destacar el homenaje a ‘Charada’ (Stanley Donen, 1963) y la referencia a ‘El padrino’ (Francis Ford Coppola, 1972). Y entre las segundas comentar que es imposible no ver ‘El extraño’ y no acordarse de la mítica ‘La ventana indiscreta’ (Alfred Hitchcock, 1954).
Dejando guiños bien implementados al margen, lo cierto es que Chloe Okuno realiza un buen trabajo de dirección. La realizadora reconoce su inspiración en maestros como Fincher o Polanski. Lo que más destaca es cómo consigue mucho con muy poco. Me explico: en pantalla pasamos gran parte del tiempo en el abierto apartamento de Julia y Francis. Es en ese edificio dónde tendrán lugar los sucesos más importantes e impactantes del film. En este aspecto, Okuno consigue muy buenos planos con el gran ventanal del apartamento y la cortina que lo cubre. También todo lo que tiene que ver con los golpes en puertas y paredes terminan provocándonos la misma inquietud que a la protagonista. Por su puesto, lo más desasosegante es la contemplación del húmedo y triste edificio de enfrente con la siniestra y oscura figura que cada noche observa a Julia desde su ventana.
Respecto a los exteriores decir que estos se limitan a paseos y seguimientos por las calles de Bucarest. Aquí pasaremos desde ambientes de clase alta hasta visitas a tugurios de mala muerte. Personalmente me quedo con tres secuencias notablemente filmadas. La primera es la discusión de Julia y Francis en unas escaleras de un lujoso edificio. La segunda tiene que ver con una desasosegadora conversación, mano a mano, en un vagón de metro prácticamente vacío. Decir que esta escena genera gran inquietud es quedarse muy corto… Y, por último, el final tiene imágenes bastante impactantes y, hasta cierto punto, alguna realmente bella dentro de lo macabro. Sin embargo todo se echa a perder al apostar por lo fácil. Por consiguiente, estamos ante un claro ejemplo de un final que resta puntos al global.
Otro aspecto que me gustaría destacar de la película es su grabación en inglés y rumano. Esto lo veo muy importante porque contribuye muchísimo a generar todavía más una sensación de agobio y aislamiento para Julia. Imaginad a una joven aspirante a actriz norteamericana que, de la noche a la mañana, se ve viviendo en un país totalmente diferente al suyo y con un idioma que no conoce. Si a eso encima se le suma su creciente obsesión de estar siendo vigilada y perseguida, entonces, el miedo y la perturbación se amplifican…
Lo más flojo de la propuesta es su guión. El libreto es obra de la propia Okuno apoyada en un primer borrador de Zack Ford, en su primer script que terminó en la conocida como “Lista negra” del año 2016. Y el guión es lo peor porque es totalmente esclavo de la época en la que vivimos. Una época que muestra al hombre como un enemigo terrorífico a la par que convierte a la mujer en una víctima propiciatoria. Además se recogen frases y actitudes totalmente clichés de estos tiempos. Me refiero a no creer a la mujer por el hecho de serla y a tomarla por paranoica. Por si fuera poco, Julia también realiza alguna que otra acción absurda y, para rematar, se nos dan pistas demasiado obvias con respecto a la utilidad de según qué objetos en el futuro del film.
La protagonista principal es Maika Monroe como Julia. La joven actriz se carga ella sola toda la película a sus espaldas en el aspecto interpretativo y sale muy bien librada. En todo momento logra que conectemos con su situación de aislamiento y miedo. Además sobresale en los momentos más angustiosos y dramáticos. Es una pena que Maika no esté tan valorada como merece a nivel de grandes producciones… El principal apoyo de Julia es su marido Francis interpretado por Karl Glusman. Su principal aporte es entrar y salir de casa para ir al estudio de Arquitectura. También intenta dar confianza a su esposa, pero a la vez empieza a sospechar que quizás esté algo paranoica.
Por otro lado, quién sí que está totalmente del lado de Julia es Madalina Anea como Irina, la vecina de al lado que es una chica de vida alegre. Lo cierto es que tanto Maika como Madalina conectan muy bien en sus escenas conjuntas. Y en este corto elenco de secundarios queda detenerse finalmente un poco en Burn Gorman encarnando a un vecino sospechoso. Lejos del caricaturesco rol que desempeñó en ‘Pacific Rim’ (Guillemo del Toro, 2013), aquí nos regala una muy destacada performance encarnando a un tipo muy misterioso. Un individuo que pareciera sacado de un film de Hitchcock. Su interpretación es tan inquietantemente minimalista que llega incluso a poner nervioso al propio espectador.
“Un hombre nos observa desde que llegamos” (Julia)
En conclusión.
Termino esta crítica de El extraño, una película bastante bien filmada que logra capturar una tensa atmósfera de vigilancia y acoso. En esto último también influye mucho la interpretación de Maika Monroe que logra transmitir plenamente al público su miedo y angustia. Globalmente me esperaba algo peor y el resultado final sólo puedo tildarlo de positivo.
Tráiler de El extraño
Escucha nuestro podcast