Déjà vu
543 personas mueren en un tremebundo y desolador atentado a bordo de un ferry en las aguas de Nueva Orleans. El agente de la ATF Doug Carlin es el encargado del caso. Muy pronto Carlin empieza a relacionar el atentado con un cuerpo sin vida hallado minutos antes del siniestro en el río, ¿la víctima? Claire Kuchever. Mientras Doug intenta dar con la verdad, es instado a formar parte de un programa experimental del gobierno. Un programa que es capaz de recrear por imágenes térmicas lo ocurrido días antes de la atroz masacre. Sí piensas que lo has visto todo, es mejor que mires otra vez… (Cineycine).
Llegas a un lugar en el que nunca has estado y te resulta familiar. Miras a una desconocida a la cara y es como si la conocieras de toda la vida. Muchos creen que es un truco de la mente. Pero la verdad es mucho más sobrecogedora. La verdad es un ‘Déjà vu’.
“¿Puedo saber qué coño es esto? No es un sistema de vigilancia, aquí no hay ninguna imagen térmica. Tenéis una manera de observar el pasado ¿sí o no?” (Doug)
Crítica de Déjà vu
Después del éxito incontestable de sus colaboraciones previas, Tony Scott (director) y Denzel Washington (protagonista) volvieron a colaborar por antepenúltima vez en la cinta que hoy nos ocupa. ‘Déjà vu’ es la única película que hicieron juntos y que se puede catalogar dentro del género de la ciencia-ficción. Recordemos que, para nuestra irreparable tristeza cinematográfica, Tony Scott rodó su último film en 2010 bajo el título de ‘Imparable’. Posteriormente se retiró del cine sin previo aviso hasta su trágica muerte, catalogada como suicidio, en 2012.
‘Déjà vu’ fue un guión vendido por la descomunal cifra de más de 4 millones de $ a Paramount. Jerry Bruckheimer fue el “hacedor” que se hizo cargo de la producción. Casi inmediatamente reclutó a Tony Scott, uno de sus grandes aliados en el pasado, y a uno de sus guionistas de cabecera, Terry Rossio. Este último tenía que pulir el libreto original firmado por Bill Marsilii, a quien le debieron cundir mucho los millones cobrados… puesto que, desde entonces, nunca más ha redactado nada nuevo para cines.
La banda sonora fue a parar a un asiduo de Bruckheimer/Scott como Harry Gregson-Williams. El compositor nos entrega una fanfarria “blockbustera” de cajón. Por su parte, Paul Cameron tiene la fotografía a su cargo llevando a cabo un tremendo trabajo. Tengamos en cuenta que la cinta presenta lugares en varios momentos pasados/presentes y posibles futuros. Además debe hacer creíble la inserción de paradojas temporales. Amén de diferentes pistas que nos hacen pensar en sí realmente lo que vemos ya ha pasado una o más veces.
La historia del film tenía a Nueva York como lugar de los acontecimientos. Sin embargo, y tras el Huracán Katrina, tanto Tony Scott como Denzel Washington creyeron que ambientarla en Nueva Orleans sería un paso correcto. Ambos querían ayudar a los trabajadores locales de la industria y volver a promocionar el estado como localización de grandes producciones de Hollywood. También conviene apuntar que la ciudad se mostró muy abierta a dar importantes beneficios fiscales al cine para recuperarse del desastre natural del Katrina. Estas ventajas económicas llevaron a muchas producciones a desembarcar allí.
‘Déjà vu’ se estrenó en cines USA un 22 de noviembre de 2006. En su paso por cines logró un acumulado mundial de 180 millones de $ para una inversión cifrada en 75. Nunca fue nº1 en su paso por salas norteamericanas, logrando el tercer puesto como mejor lugar del box office. Además quedó notablemente lejos de ‘Plan oculto’ (Spike Lee, 2006), un thriller de robos y conspiraciones por el que Denzel cobró menos de la mitad del cheque de ‘Déjà vu’ y que se rebeló sorpresivamente como un éxito de taquilla.
Recuerdo perfectamente lo que me gustó este film cuando lo vi por primera vez gracias a un alquiler en DVD. A lo largo de los años, y en siguientes visionados, ha seguido funcionado como un reloj en todos los géneros que toca. Aquí lo que prima es la empatización de la que Scott rápidamente nos quiere hacer partícipes con la impresionante secuencia del atentado del ferry. Ahí nos muestra a todos los indefensos que van a perecer, incluidas familias enteras de ciudadanos de a pie…
Al mismo tiempo, Scott nos hace partícipe del ansia de venganza y búsqueda del culpable en la figura del padre de Claire, quien entrega una foto de su hija a Doug para que no se olvide y se implique de lleno en el caso. Ese momento es como si Scott nos diera la foto a nosotros diciéndonos que debemos hacer justicia. Es muy interesante cómo el personaje de Doug se convierte en “nosotros” y a través suyo vamos entrando más y más en el caso.
A pesar de que el propio Scott, en su día, declararía no haber quedado contento del todo con el resultado final, estamos ante una cinta que cumple como vehículo de acción, thriller criminal de héroe vs villano y muestra de ciencia ficción. Todo ello abrazando de lleno el cine más palomitero y comercial. Pedirle más a una película como esta, sería un grave error.
Sobre el casting estamos, principalmente, ante un duelo de intelectos. Un enfrentamiento entre un maniaco (Carroll Oerstadt) que cree que lo tiene todo bajo control y un policía (Doug Carlin) imparable. Del primero se encarga de forma escalofriante Jim Caviezel, mientras que del segundo se ocupa Denzel Washington tratando de pararle los pies. Ambos no se verán las caras más que dos veces a lo largo del film. Y ambos se ganan cada dólar pagado con sus interpretaciones.
Entre los secundarios Val Kilmer encara un papel de estar sentado o aparecer en plano en estático para poner a Doug en su programa porque él no sabe dónde mirar. Paula Patton interpreta el sentido rol de la joven Claire rebelándose como la mejor pista para atrapar al villano. Matt Craven da vida a Minuti, el compañero de Doug, desaparecido sin decir adiós antes del atentado. Adam Goldberg y Elden Henson son dos mentes pensantes encargadas del programa de “imagen térmica”. Casi como cameos quedan la presencia de Bruce Greenwood como un reticente jefe del FBI, el y sentimental rol de Enrique Castillo como el padre de Claire y, finalmente, Elle Fanning como una niña que va a bordo del ferry con una chaqueta azul y una muñeca en la mano.
“¿Cree que sabe lo que va a pasar? Usted no tiene ni idea. Satán razona como un hombre, pero Dios piensa en la eternidad. Yo estoy aquí para ganar” (Carroll Oerstadt)
En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Déjà vu, una notable montaña rusa a cargo del siempre añorado Tony Scott. Este film se queda tan sólo un peldaño por debajo de la tremebunda ‘El fuego de la venganza’. Sin duda es un divertimento de ciencia-ficción y acción que funciona como un reloj.
Tráiler de Déjà Vu
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