Batman Forever
Gotham está siendo atacada por una nueva mente criminal conocida como "Dos Caras", quien antaño fue el fiscal del distrito. Ahora, al otro lado de la ley, se encuentra fuera de control y su único objetivo es acabar con Batman. Paralelamente a todo eso, un trabajador de las empresas empezará a ser “caldo de cultivo” para un nuevo villano con ansias por acabar con Bruce Wayne, al que conoceremos como "Enigma". (Cineycine).
Con un cambio de director (y por consiguiente de todo lo establecido por Tim Burton) la tercera parte de Batman llegaba con muchas luces, mucho colorido y mucha expectativa. Un nuevo Batman, una nueva Gotham y un nuevo compañero dispuesto a apoyar al murciélago en su lucha contra el crimen y unos nuevos villanos. Visto así parece que iba a ser algo apoteósico. Y dese luego que lo fue, pero no como esperábamos.
Crítica de Batman Forever.
Es en esta película donde empezó el hundimiento de Batman y de todo lo que le rodea, un descenso que acabaría ya de rematarlo en la siguiente parte: ‘Batman & Robin‘. Parece ser que a los directivos de la Warner la anterior entrega, ‘Batman vuelve‘, les pareció demasiado oscura y siniestra, en consecuencia decidieron darle un giro radical a la franquicia. El cambio que lo determinaría todo tuvo lugar en la silla de dirección: Tim Burton se quedaba fuera como director (seguiría como productor en esta entrega) y entraba, para revolucionarlo todo, Joel Schumacher.
Tim Burton nos dejó alucinados cuando, al tomar las riendas de las dos primeras partes, creó una Gotha City oscura, tenebrosa, gótica como pocas. Era una versión de Batman que nunca habíamos visto y consiguió crear la, hasta entonces, mejor película de superhérores, y a día de hoy una de las mejores. Para ello necesitaba mostrarnos a Batman, a Gotham, a los enemigos del murciélago tan oscuros como eran realmente en los cómics y alejarse de la (casi) paródica serie de finales de los 60 que tantos buenos recuerdos nos trae pero que realmente no era el Batman que se esperaba, y mucho menos en los años 90.
Ahí entra en escena Joel Schumacher, dispuesto a convertir la excelente (hasta entonces) saga Batman en el ridículo más espantoso en años y en el hazme reír de toda la industria. Querían algo más alegre y con eso nos obsequió el nuevo y flamante director. Adiós a Gotham como la conocíamos, con sus callejones oscuros y lúgubres en los cuales nunca nadie podía estar seguro. Adiós a esos carismáticos personajes, adiós a las historias con un mínimo de coherencia y sentido común. Hola a la locura y al inicio del declive total de la franquicia Batman.
Los cambios son evidentes nada más empezar la película: no existe Gotham City, al menos tal y como la conocíamos. Todo el buen hacer de Burton creando una ciudad con vida propia tan siniestra como el universo Batman merece, se vio lastrado con una nueva Gotham que para nada concuerda con el personaje. Luces de neón por doquier, más iluminación que un campo de fútbol y… ¡lo peor de todo! unos personajes penosos. Los atracadores de guante blanco han sido substituidos por unos malotes que habitan en las calles que parecen sacados de un desfile de drag queens con sus plataformas y todo. Pese a que los escenarios deberían ser mejores (por eso de ser una película más reciente que sus predecesoras) resulta que están peor diseñados y son menos creíbles. Los enemigos de Batman en esta entrega son dos: Dos Caras y Enigma (por eso de que Schumacher no podía ser menos que Burton) y ninguno de los dos será recordado como un buen villano. Al contrario, en esta locura titulada ‘Batman Forever’ algo que diera la talla desentonaría tanto que no podía ser posible.
Tommy Lee Jones como Dos Caras es simplemente aberrante. No se si será el peor papel de su carrera pero desde luego que hizo méritos. Dos Caras más que ser un personaje a temer, se convirtió en un payaso de feria sobreactuado y tan chillón que prefiero no recordar. Y luego tenemos a Jim Carrey como Edwar Nygma, alias Enigma. Carrey es un actor que siempre ha tenido enfocada su carrera hacia la comedia más chistosa y venía de protagonizar películas como ‘Ace Ventura: Detective de mascotas’, ‘La Máscara’ o ‘Dos tontos muy tontos‘, con lo que, sencillamente, poco podía pintar en un film de superhéroes, a no ser que quisieran que siguiera con su repertorio habitual. Y en efecto, Enigma pasa de ser un enemigo listo, peligroso y temido (según vimos en los cómics) a ser el personaje más penoso, vergonzoso y digno de olvidar de la película. ¡Ojo! no me desagrada en absoluto Jim Carrey, al contrario, en “su” temática me encanta y no me pierdo sus películas, pero es que en una saga como esta realmente no pintaba nada en absoluto. Imaginaros lo serio que puede ser todo cuando empezamos a verle hacer sus característicos bailes, sus poses magistrales o sus caretos inimitables por cualquier otro mortal. No digamos ya nada del traje que gasta al final de la película…
Y los personajes que actuaron al lado del bien tampoco quedaron exentos de castigo. Tenemos al personaje femenino habitual en cada entrega que en esta ocasión es la experta en criminología Chase Meridian, interpretada por Nicole Kidman. Si, sabéis lo que voy a decir pero es que es así: «imposible destacar o hacer un buen papel en un producto como Batman Forever», un film en donde cada situación y cada plano es digno de olvidar, y Kidman no puede ser un caso aparte. Interpreta a un personaje tan vacío, bobo y repelente que al final uno acaba confundido con sus tejemanejes, sin saber si es demasiado tonta o demasiado lista. Mira que me suelen gustar las interpretaciones de Kidman, pues mejor olvidarse de esta.
Luego tenemos la interpretación de Michael Keaton como Batman… espera, ¿he dicho Michael Keaton? Pues no está, como todo lo positivo de las anteriores entregas. Keaton le puso un par de narices y dijo que si no la dirigía Tim Burton, que no contaran con él. Y eso hicieron. Ahora el que va Gotham arriba y Gotham abajo dentro del traje no es otro que Val Kilmer. Kilmer como actor en según qué películas me parece bastante apañado (y aun podía haber dado mucho más de sí) pero verlo como Bruce Wayne, tras tener en mente a Keaton, pues no acaba de cuajar del todo el asunto. Siendo sincero, pues sí, no lo hace mal y es de los que menos desentonan. ¡Podía haber sido peor el asunto si Warner hubiera perdido aun más la cabeza y hubieran cogido a George Clooney como Bruce Wayne!
Llegados a este punto y habiendo leído lo anterior, pensar un momento en cómo se podría estropear aun más la película. ¿Tenéis ya la respuesta? ¡Esa es! Sólo nos faltaba a un personaje mal llevado, convirtiéndolo en innecesario en toda su totalidad, de ahí el rechazo general hacia Robin. Y es que Dick Grayson era un crío cuando perdió a sus padres, que los asesinaron en el circo en plena actuación, y no un chaval de 25 años con pendiente en plan “soy nuevo en este mundillo pero ya peleo como Batman que lleva toda su vida”. Vamos, que pierde a sus padres pero al día siguiente está dando vueltas con el Batmovil intentando ligar. Este personaje es tema muy delicado y si no se es capaz de llevar realmente bien, mejor dejarlo estar. Chris O’Donnell es quien lo interpretó de una manera que no llegó a gustar entre el público: con pendiente, aires de chulería absoluta y una sensación de haberse equivocado de película tremenda.
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