Dos tontos muy tontos
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Los hermanos Farrelly han nacido para hacer cine, más concretamente comedia. Y con ‘Dos tontos muy tontos’ nos demostraron hasta qué punto un hombre puede ser estúpido. Jim Carrey y Jeff Daniels protagonizaron la película más recordada de, posiblemente, la filmografía entera de los dos actores. Algo debe tener para ello ¿no? Sube que nos vamos a partir de risa…

Dos tontos muy tontos

Crítica de Dos tontos muy tontos

Tendría yo quince o dieciséis años cuando vi por primera vez ‘Dos tontos muy tontos’. Recuerdo verla en cine, recuerdo verla con colegas de mi edad y algunos tres o cuatro años más grandes. Recuerdo risas como nunca. Era una película épica dentro del panorama del humor. Sus directores, los hermanos Farrelly, no eran conocidos por aquel entonces. Pero eso no impidió que nos regalaran como ópera prima una divertidísima película. Una cinta con un humor tan absurdo y, en ocasiones tan cínico, que al instante se convirtieron en los directores estrella para muchos.

Las posteriores obras de los Farrelly demostrarían que ésta no había sido una película fruto de la suerte del novato o de la causalidad. Los Farrelly tienen talento para narrar historias estúpidas y situaciones únicas. El resto de su filmografía cómica da fe de ello, encumbrándolos a lo más alto de la cima de directores con capacidad para rodar humor. Algo muchas veces intentado por muchos y pocas veces conseguido con éxito.

Pero antes de llegar a todo esto, ‘Dos tontos muy tontos’ fue el pistoletazo de salida. Posiblemente su película más recordada y, según a quién le preguntes, su mejor film. Y gran parte de culpa recayó en los protagonistas. Por muy buena dirección que haya detrás, si los protagonistas no saben transmitir al público lo que deben interpretar, entonces, todo se va al garete.

En primer lugar tenemos a Jim Carrey, que venía de romper moldes en cuanto a la temática con ‘La Máscara’ (Chuck Russell, 1994). Carrey fue encumbrado por una legión de fans a lo más alto con el film de los Farrelly. Se lo merecía. Clava su papel de tonto de remate como nadie habría podido hacerlo mejor. Nos demostró que ese era el camino que mejor sabía recorrer, y el que a nosotros nos gustaba. La comedia ha sido el único registro, con alguna que otra excepción, en el que Jim se ha movido. Y sus fans se lo agradecemos. Ahí están películas como ‘Ace Ventura’ (Tom Shadyac, 1994), ‘Un loco a domicilio’ (Ben Stiller, 1996), ‘Mentiroso compulsivo’ (Tom Shadyac, 1997) o ‘Yo, yo mismo e Irene’ (Bobby y Peter Farrelly, 2000) y  muchas más.

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Su compañero de fatigas fue Jeff Daniels, en otro magnífico registro de cómo ser tonto y no morir en el intento. Está claro que el tonto principal, el que más pegada tuvo y el que más caló fue el de Lloyd Christmas (Jim Carrey), pero Jeff Daniels sabe estar a la altura de su compañero y no desentona nada ante la perfección “tontil” de Carrey. Jeff interpretó a su socio de fatigas, Harry Dunne. La carrera interpretativa de Jeff Daniels no acabaría siendo tan marcada por la comedia como la de su compañero. Daniels ha participado en films no sólo centrados en las risas ajenas, sino que el drama y, a veces, lo policíaco han sido parte de su registro.

Actualmente ambos intérpretes están algo olvidados, quizás no encajando en lo que saben hacer y lo que pide el público actual. Los gustos del público ha cambiado demasiado. Antes los films que dominaban el cotarro eran más enfocados a la acción, la aventura y la comedia. Había varios actores preferidos por el público dentro de cada género, y Carrey se encontraba dentro de los que triunfaban en la comedia. A día de hoy, el género superhéroico es el más demandado. Y luego vendrían remakes y nuevas adaptaciones de películas o libros. Pero la comedia, sin lugar a dudas, ya no ocupa un lugar tan privilegiado en las salas.

Dos tontos muy tontos

Teniendo en cuenta lo anterior, debemos ponernos en situación de la época en la que se estrenó este film. Y analizándolo en frío me da la sensación que su humor estuvo un poco adelantado a su tiempo. Demasiado negro en ocasiones y con chistes que no todos sabían pillarle la gracia. Años después la gente ya estaba más acostumbrado al estilo de los Farrelly, pero en su génesis no todos pillaron su humor. Los que lo hicimos, menudas risas nos dimos con ‘Dos tontos muy tontos’. Yo creo que es una de las películas que más veces he visto. Tiene frases memorables y escenas inolvidables. La inocencia de los protagonistas hace que las carcajadas sean constantes porque esa inocencia es comparable sólo a su estupidez y, a ratos, a su mala suerte.

Muchos años después se realizaron varios intentos de rodar una segunda parte. Incluso surgiría una precuela que contaba cuando los dos tontos se conocieron que fue protagonizada por otros actores. La acogida por parte del público fue bastante tibia, pese a no estar excesivamente mal. En 2014, por fin, llegaría su secuela oficial, Dos tontos todavía más tontos’, reuniendo de nuevo a todo el equipo original.

Dos tontos muy tontos

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Dos tontos muy tontos. Esta es una película que a cualquier cinéfilo que le guste la comedia seguro que te la menciona. Es tremendamente conocida y es un estandarte dentro del género. El inicio del humor actual y el líder a batir dentro de su categoría. La obra magna de sus directores. Una película tan tonta y absurda que nos alegró la infancia a muchos calando en nuestros corazoncitos. Si todavía no la has visto, te animo a que lo hagas, quizás me lo agradezcas algún día…

Tráiler de Dos tontos muy tontos

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