Anaconda
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Casi todo el mundo pone a parir a esta película. Sin embargo, yo lo paso en grande cada vez que la veo. Ya no sólo es el hecho de que me encanten las películas con “animal salvaje que se come a la gente”, sino que encima este film ofrece una buena y disfrutable aventura tras la caza de una de las mayores serpientes del mundo. Me refiero a la ‘Anaconda’.

“Las anacondas son perfectas máquinas de matar… Se lanzan, se abrazan a ti, te rodean con más fuerza que tu amante. Tienes el privilegio de oír como se rompen tus huesos mientras la enorme presión causa la explosión de las venas” (Paul Serone)

Crítica de Anaconda

Los años 90 fueron la mejor década en Hollywood para Luis Llosa. Hablamos de un director peruano y familiar del famoso escritor Mario Vargas Llosa. Pues bien, durante la década de los 90, Luis se trabajó una filmografía ciertamente interesante. En la misma destacaron títulos como En el corazón de la jungla (1993), El especialista (1994) y la película que hoy nos ocupa: ‘Anaconda’ (1997). De hecho, esta última fue, hasta el momento, su “adiós” a Hollywood en cuanto a largometrajes se refiere.

‘Anaconda’ nos propone una aventura en toda regla. Una aventura selvática recorriendo el infinito Amazonas en busca de una de las serpientes más peligrosas, poderosas y largas del mundo: la que da título al film. Tan es así que rumores no confirmados hablan de la existencia de anacondas de 25 metros de largo. Y, precisamente, si por algo sobresale esta película es por lo estupendamente que están recreadas las anacondas en pantalla. En este sentido, resaltar que ya han pasado ¡25 años! del estreno del film en Estados Unidos, 11 de abril de 1997, pero los animatrónicos creados por Walt Conti siguen resultando impresionantes. Y lo son tanto visualmente como a la hora de atacar a los protagonistas.

La aventura también se ve favorecida por la labor de Luis Llosa. El director sabe sumergirnos en una trama muy sencilla sabiendo colocar en todo momento la cámara para capturar los mejores planos. Aquí también se incluyen secuencias submarinas a modo de visión subjetiva de la serpiente. Además, sobresale su labor en todas las set-pieces y en ese clímax tan de los 80-90 donde había que “matar al monstruo” un par de veces… Por no hablar de que ‘Anaconda’ también es un film muy aprovechable y sin fecha de caducidad. Y todo esto porque buena parte del film se rodó en entornos naturales de Brasil y en el propio Amazonas (concretamente en el Río Negro).

La trama de ‘Anaconda’ es muy sencilla y recoge parte del tópico de ese tipo de películas en las que das cobijo a un extraño y este, poco a poco, se termina haciendo el amo de todo. En este caso, el extraño es Paul Serone, un viejo cazador de serpientes al que el equipo de documentalistas encuentra con su embarcación varada en el río. A partir de ese instante, la trama se enriquece mucho viendo como Serone va dominando, dando lecciones y poniendo firme a toda la tripulación. Atención a sus enfrentamientos con Danny y a sus miradas hacia Terri. Esta última terminará incluso mordiéndole en una pierna… Por otro lado, otro aspecto positivo del libreto es que todos los personajes están bastante bien retratados. En este aspecto sabes lo que puedes esperar de cada uno de ellos…

Antes de dejar de lado la historia, me gustaría resaltar que el éxito de ‘Anaconda’ (casi 137 millones de $ para un coste de 45) dio lugar a varias secuelas. Que yo recuerde, tan sólo la segunda de ellas, ‘Anacondas: La cacería por la orquídea sangrienta’ (Dwight H. Little, 2004), llegaría a cines. El resto fueron todas directas a video, incluyendo la tercera con David Hasselhoff como mayor reclamo. En ninguna de estas películas repetiría nadie del casting original, sin duda tuvieron buen ojo…

Conviene destacar también la banda sonora de Randy Edelman porque contribuye a dar un buen empaque al film. El incansable compositor reviste a sus notas de un innegable tono aventurero y selvático que pasa a ser trepidante y hasta terrorífico cuando la ocasión lo requiere. Se rumorea que Luis Llosa quería en su puesto a John Barry con el que ya había trabajado en la anteriormente citada ‘El especialista’. Sin embargo, Barry estaba enfermo y el puesto recayó en Edelman que, a petición de Llosa, imitó algunas composiciones de los films con bandas sonoras de Barry, entre ellas King Kong (John Guillermin, 1976). Atención también al aporte de Ice Cube, rapero y actor, en la banda sonora escribiendo el tema “Foe Life” interpretado por Mack 10.

“Ahí abajo hay algo”. Caza-serpientes.

Comentando ahora el elenco destaca la amargada presencia de Jon Voight como Paul Serone. Digo lo de “amargada presencia” porque Voight impone a su personaje una cara de asco permanente en todo el metraje. Tan es así que Denise lo llega a calificar como “amargado”. Además estamos ante un “cura fracasado” que, poco a poco, se va haciendo el amo de la embarcación imponiendo finalmente su tamaño, experiencia y dura jefatura. Sin duda, estamos ante un rol que marca por completo la película. Sin Voight a bordo, poniendo firme a Ice Cube y J-Lo, el tema habría sido mucho menos disfrutable y aburrido.

Por su parte, la citada J-Lo tan sólo tenía 5 películas a sus espaldas cuando llegó a este film. Sin embargo, su fama ya estaba plenamente asentada. Aquí da vida a Terri Flores, una documentalista novel que afronta su primer trabajo intentando grabar a una misteriosa y oculta tribu. Lo cierto es que la diva se maneja bastante bien y sabe encarar tanto a las serpientes como a Sarone. Otro que se alza con un papel importante es Ice Cube dando vida a Danny, el cámara de la expedición. Al igual que J-Lo, sus mejores momentos los tiene con sus encaramientos con Sarone y las anacondas. Como pueden ver, una mujer latina y un hombre negro son los grandes héroes de la función. Resalto esto para dejar nuevamente en evidencia a los amantes actuales de la diversidad que piensan que esta surgió gracias a ellos…

El resto de la tripulación de la destartalada barcaza son todo secundarios. Eso sí, tienen su gran importancia y minutos. Este el caso de Owen Wilson y Kari Wuhrer que hacen de técnicos de sonido. También tenemos a Jonathan Hyde recreando a un actor un tanto soberbio, irritante y con aires de millonetis que presta su imagen y voz al documental. Menos minutos tiene Eric Stoltz como Steve Calen, el líder de la expedición que queda pronto fuera de juego. Lo mismo sucede con Vincent Castellanos encarnando a Mateo, el timonel. Y, finalmente, cameo expendable al principio del film para el eterno Danny Trejo luciendo músculos y sufriendo las iras de una anaconda enfurecida.

“Nunca mires a los ojos de tu víctima… te perseguirán para siempre” (Paul Serone)

En conclusión.
Termino esta crítica de Anaconda, una más que entretenida película de aventuras con la que pasar un buen rato viendo como Jon Voight pone firme a todo Dios mientras las gigantescas serpientes se van tragando todo lo que pillan por delante. Además es importante resaltar que dio lugar a su propia serie de películas que intentaron vivir a rebufo de su éxito.

Tráiler de Anaconda

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