Mechanic: Resurrection
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En 1972, alguien tenía que arreglar los problemas ‘Fríamente sin motivos personales’. Ese alguien era Arthur Bishop. En 2011, Bishop seguía teniendo que arreglar los problemas como un auténtico ‘The Mechanic’. Después de unos años desaparecido, dado por muerto y oculto, alguien lo busca para nuevas «reparaciones». Es el momento de resucitar. Es la hora de… ‘Mechanic: Resurrection’.

“Incluso las leyendas mueren” (Max Adams)

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Crítica de Mechanic: Resurrection

Nada hacía presagiar que, tras los apenas 62 millones queThe Mechanic (Simon West) dejó en las taquillas de todo el mundo, volveríamos a ver al letal Arthur Bishop finiquitar facinerosos en las pantallas de los cines. Y más cuando gran parte del público norteamericano parece haber dado la espalda a Jason Statham en sus últimos proyectos en solitario. Sin embargo, Lionsgate y la bendita Millennium Films se empeñaron en producir ‘Mechanic: Resurrection’. Su idea era sacarla con vistas a un mercado más global que al yanqui. Como consecuencia de esto, aquí tenemos de nuevo al “mecánico Statham” haciendo lo que mejor sabe hacer: ejecutar asesinatos imposibles haciendo que parezcan accidentes.

Para este “resucitamiento” se fichó en la dirección al alemán Dennis Gansel, conocido por su labor en películas como ‘La ola’ (2008) o ‘Somos la noche’ (2010). A Gansel se le entregó un presupuesto controlado y similar al del primer film, 40-50 millones, y este los ha aprovechado mejor que Simon West. El director germano lleva el film de un lado a otro del mundo: Brasil, Tailandia, Australia o Bulgaria. Además, hace que cada dólar se note y de fuste a la película y a su exótica ambientación.

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Al margen de sus variadas localizaciones, siguen destacando mucho “los encargos” que recibe Bishop en sobres marrones, la preparación de los mismos con toda su logística necesaria y, por supuesto, la increíble forma de ejecutarlos siempre al límite de las posibilidades humanas o más allá. En esta ocasión serán tres los “trabajitos” a realizar y cada uno de ellos irá subiendo las apuestas. A nivel personal, me quedo con la primera eliminación que Bishop deberá ejecutar en una prisión de esas olvidadas por la mano de Dios.

Al respecto de la acción, Gansel y su equipo de coreógrafos entregan unas escenas cuerpo a cuerpo y de tiroteos filmadas de manera rápida y muy rabiosa. Unas set-pieces bastante deudoras del estilo que se lleva actualmente, pero aportando ciertos salpicones de sangre. Párrafo al margen merecen las “fantasmadas” que veremos protagonizar a Arthur Bishop y también el clímax final…

Sobre las “fantasmadas”, ya nada más empezar el film tendremos una increíble con Statham asaltando un ala delta. Por su parte, el clímax es totalmente heredero de Commando (Mark L. Lester, 1985) cuando John Matrix llegaba a la Isla de Valverde y no dejaba títere con cabeza (naturalmente cambiando ciertas cosas aunque su “leitmotiv” sea también un secuestro). Tanto las “fantasmadas” como el disparatamiento del final son todo un caramelo a saborear para los que somos nostálgicos del cine de acción de los 80. A nosotros van dedicadas estas secuencias y no a otro tipo de público acostumbrado a otras “delicatessens”.

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El guión es lo más flojo de ‘Mechanic: Resurrection’. Todo se reduce a un secuestro que intenta obligar a Statham a ejecutar los encargos. Lo malo es que el tema del secuestro no está todo lo bien resuelto que debiera haber estado. No se entiende que un tipo solitario y del calibre de Arthur Bishop, de la noche a la mañana, se enamore de una mujer. Por mucho que esa mujer sea esa belleza llamada Jessica Alba, y más cuando sabe positivamente que eso le va a traer problemas (recordemos que en la primera película recurría a una prostituta para saciar su apetito sexual). Es un error impropio de todo un “mecánico”.

Por otro lado, existen guiños directos al primer film. Algunos de ellos son: el hecho de que Bishop siga escuchando discos de vinilo, que un encargo vuelva a tener que ver con una piscina, o que veamos brevemente algún plano de su Citroën Tiburón (¿pensará en reconstruirlo?). También veremos las imágenes grabadas de su huida en la explosión final que le “regaló” Steve McKenna (Ben Foster) como venganza. Además, en la banda sonora, es posible escuchar más de una vez el tema principal del film original obra de Mark Isham, que aquí también repite portando la batuta. Finalmente, se intenta ahondar de manera superficial y breve en el pasado de nuestro “mecánico” favorito. Esto se hace a través de la figura del maloso de esta segunda entrega: el tipo de los prismáticos gigantes de ahí abajo.

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“Te necesito. Eres el mejor”… Mechanic Lives Again.

El protagonista indiscutible del film es Jason Statham, que pone toda la carne en el asador volviendo a interpretar a Arthur Bishop. ‘Mechanic: Resurrection’ no deja de ser un muy buen vehículo de acción para que Statham se luzca a plena potencia. El pateador inglés protagoniza todo tipo de escenas de acción: incursiones submarinas, peleas, tiroteos, saltos imposibles… De todo hace aquí Statham y todo devorando la pantalla con su físico, carisma y personalidad.

A su lado nos encontramos a Michelle Yeoh y Jessica Alba. La primera sale poco en su rol de Mei, una amiga/contacto que Bishop tiene en Tailandia. Por su parte, Jessica Alba es la «co-protagonista» como Gina, una joven cooperante que enamora a Bishop y que es el motivo por el que se monta todo el avispero. La verdad, poco se puede decir de Jessica, salvo que se dedica a exhibir su cuerpazo y a ser el punto débil o talón de Aquiles de Bishop. Es la típica dama en apuros a la que hay que proteger si o si.

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El papel de villano va para Sam Hazeldine que da vida a Crain, un antiguo compañero de Bishop que reaparece ahora para solicitar sus servicios con una “propuesta” de esas que nuestro “mecánico” no podrá rechazar. A Hazeldine poco esfuerzo le hace falta para pasar por malo. Para ello le basta con plantar su fea cara delante de las cámaras y ya tiene el cincuenta por ciento del trabajo hecho. Sus principales esbirros son encarnados por John Cenatiempo y Yayaying Rhatha Phongam.

Por otro lado, los tres objetivos que tiene que finiquitar Statham son tres individuos despreciables: un cacique africano (Kill), un multimillonario depredador sexual (Adrian Cook) y un exveterano del Nam reconvertido en millonario gracias al tráfico de armas (Max Adams). Tres tipos a los que nadie echaría precisamente de menos en “un mundo perfecto”. En la película les dan vida con mucha solvencia Femi Elufowoju Jr., Toby Eddington y un Tommy Lee Jones en pijama y zapatillas que se toma el asunto con bastante gracia y guasa.

“Joder a la muerte no compensa” (Arthur Bishop)

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En conclusión.
Finalizo ya esta crítica de Mechanic: Resurrection, un film que completa el díptico de las andaduras de Arthur Bishop. La cinta nos entrega un mayor disfrute en la ejecución de los encargos y, sobre todo, unas mayores dosis de acción espectáculo que la primera parte no tenía. Es cierto que su guión no es nada del otro mundo, pero todos sabíamos lo que demandábamos de esta película: ¡Acción y Jason Statham! Y esto lo tenemos más que de sobra y de manera muy satisfactoria.

Tráiler de Mechanic: Resurrection

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