Los Mercenarios 2
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Si actualmente nos encontrásemos en las décadas de los 80/90 y alguien nos preguntase qué reparto compondría nuestra película de acción perfecta, muchos responderíamos lo siguiente: Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Jean-Claude Van Damme, Bruce Willis, Chuck Norris y Dolph Lundgren. Pues bien, más de dos décadas después, el sueño de muchos seguidores del viejo actioner se hizo realidad en ‘Los Mercenarios 2’,  la película de acción más increíble y divertida de los 80… en nuestros días.

“Hoy toca venganza” (Barney Ross)

Crítica de Los Mercenarios 2

Todavía recuerdo el entusiasmo con el que muchos espectadores salieron del cine tras ver Los mercenarios(Sylvester Stallone, 2010). Un entusiasmo motivado por una buena película de acción con los héroes de la vieja escuela. Pese a sus defectos, ofrecía justo lo que se pedía. ‘Los mercenarios’ me sigue pareciendo uno de los mejores ejemplos de cómo conseguir mantener al espectador pegado a la butaca. Sus espectaculares y buenas set-pieces de acción, su reparto único y el carisma que aún desprendían las viejas glorias del género, convertían a la película en un producto muy estimable. ‘The Expendables’ supuso también el regreso al pasado de esos cinéfilos que crecieron con el cine de acción de la vieja escuela y sus leyendas.

Pues bien, en 2012 nos llegó ‘Los Mercenarios 2’. Esta secuela se fue gestando prácticamente desde el momento del estreno de la primera cinta. Aquí se presentaba la ocasión para incorporar a todas aquellas estrellas que faltaron en su momento a la primera parte. Hablo de gente como los imprescindibles Jean-Claude Van Damme y Chuck Norris. Por supuesto, también me refiero al hecho de alargar la participación de otros titanes que ya se dejaron ver en la primera película, pero con menos protagonismo. Estos últimos fueron los casos de Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger. ¿El resultado? Divertimento, entretenimiento y espectáculo puro en un magnífico ejercicio de testosterona cinematográfica dirigido por Simon West.

Recordemos que el primer film lo dirigió el propio Sylvester Stallone con algunos altibajos. Específicamente me refiero a un guion un tanto indefinido y a ciertas escenas de lucha bastante confusas. Sin embargo, Simon West consigue plasmar en pantalla los combates cuerpo a cuerpo de un modo mucho más acorde con lo que todos deseamos ver. West filma con ángulos bastante más amplios y planos lejanos. Este estilo otorga al espectador una perspectiva visual mucho más cercana al cine de acción de los años 90, eludiendo planos sumamente cortos y el montaje acelerado tan de moda en nuestros días.

Así pues, la contratación de West resulta todo un acierto. Hablamos de un realizador con oficio que no sólo sabe aprovechar con inteligencia los impresionantes espacios naturales de la película, sino que además imprime a la misma un poderío visual y una fuerza que quedan retratados prácticamente desde el primer minuto de metraje. En este sentido, atención a la secuencia de introducción. Una escena mucho más dinámica, espectacular y mejor rodada que la mayoría de películas de acción actuales. West le da al film un dinamismo que se ajusta a la perfección a sus características y cometidos: la acción y la diversión sin concesiones. En consecuencia, ‘Los mercenarios 2’ es una película superior a su predecesora en la mayoría de sus facetas.

Y también estamos ante un film que puede considerarse como una de las obras más honestas y efectivas del género de acción de los últimos tiempos. Una cinta hecha por y para los verdaderos seguidores del actioner de los años 80 y 90. El film homenajea sin tapujos a sus protagonistas, planteamientos y tramas retratadas en las películas de antaño. De hecho, el motor central sobre el que funciona la trama es la venganza. Sin duda, la temática principal en la que se apoyaban la mayoría de las películas de acción de la época. A modo de guiño se recupera aquí como eje primario para el desarrollo argumental. Eso sí, no esperen un gran guión ni un profundo desarrollo de los personajes. Aunque es cierto que se dan nuevos detalles sobre la personalidad de algunos de ellos, sus motivaciones ya quedaron suficientemente explicadas en el film precedente.

Juzgar este producto de un modo que no sea el idóneo, o criticarlo por el hecho de ser fiel a sí mismo y al género al que pertenece, sería engañarnos a nosotros mismos. La reunión de todas estas estrellas está por encima de cualquier tipo de complejidad argumental o de innecesario trasfondo dramático. Precisamente en esto último encontramos otro de los puntos fuertes del film: esta secuela evita navegar en terreno pantanoso al eludir esos apuntes dramáticos que, seamos honestos, eran del todo innecesarios en la primera película. Ahora estamos ante una secuela que sabe muy bien hacía dónde dirigirse. Una continuación que presenta una clara definición argumental y un planteamiento concreto sobre el que sustentarse. Aquí no hay demasiados rodeos ni apuntes innecesarios alejados de la acción en sí.

En consecuencia, es de recibo reconocer que, en ningún momento, ‘Los mercenarios 2’ pretende ser lo que no es. Estamos simple y llanamente ante un perfecto, pulido y tremendamente eficaz festín de acción y aventuras. Una producción donde predomina justamente esto: la acción y la aventura. Siempre orientadas hacía aquellos espectadores que crecieron con los actores del género más carismáticos de los años 80/90. A estos últimos se les suman las ya consabidas incorporaciones de otros exponentes actuales del cine de acción como es el caso de Scott Adkins, espectacular actor del cine de artes marciales de Serie B que sigue pidiendo a gritos una gran oportunidad y que en este film se verá las caras con Jason Statham. También hay rostros nuevos como Nan Yu y Liam Hemswoth que resultan más convincentes de lo esperado

Por lo tanto, si nos gusta este tipo de cine, y contemplamos este espectáculo como lo que es, no nos quedará más remedio que dejarnos hipnotizar por el tremendo e incesante festival que nos ofrece la película. Así como por el carisma que derrochan los actores partícipes de la misma. Especialmente me refiero ahora a uno de ellos: un magnífico y físicamente excelente Van Damme en un papel para el recuerdo. JCVD interpreta al villano de la función: el excéntrico Jean Vilain. Posiblemente él sea lo mejor de una película que concluirá con un buen combate final coreografiado por el propio Jean-Claude. Sin duda, uno de los duelos de colosos más esperados por los amantes del cine de acción old-school. El enfrentamiento derivará en lucha tan intensa y fiera que se pasa volando.

Van Damme resulta a todas luces la incorporación estrella de la película (con permiso de Chuck Norris en una intervención tan divertida como demoledora). Sin duda, el belga es uno de los mayores ganchos comerciales de esta secuela. Recordemos que fue la gran ausencia del primer film. Algo que causó verdadera confusión no sólo a sus incondicionales, sino también a los seguidores del cine de acción en general. Van Damme rechazó anteriormente el papel ofrecido a Dolph Lundgren, pero aceptó aparecer en ‘Los mercenarios 2’ con la condición de ser el villano principal. En su rol de Jean Vilain pone toda la carne en el asador con sus intactas aptitudes físicas y su indudable evolución como actor. Su presencia y carisma resultan tan poderosos que logra robar la película a muchos de sus camaradas de reparto.

Lo mismo podemos decir de un Arnold Schwarzenegger que se echaba de menos en pantalla grande. Su interpretación es un sentido homenaje a alguno de sus míticos personajes. Lo mismo sucede con Bruce Willis y Sylvester Stallone. Y ya que hacemos mención a estos tres colosos de la acción, hemos de destacar los diálogos y pullas entre ellos. ¡Todo un alarde de ironía y humor referencial! Por momentos nos encontramos ante un exquisito ejercicio de metacine que se construye en base a elementos, citas y pilares tomados directamente del género de acción ochentero y de sus personajes más icónicos. Infinidad de escenas y líneas de diálogo entre los protagonistas están pensadas para integrarse a la perfección con cada una de las personalidades de dichos actores. Así pues, el film alude sin temor al factor autoparódico como signo más identificativo.

Según lo expuesto, la cinta no se toma demasiado en serio a sí misma. Su principal finalidad es hacer que tanto las nuevas generaciones como el seguidor del viejo actioner viajen al pasado. Y todo para contemplar los tiempos en los que el cine de acción se regía en base a los verdaderos hombres de auténticos músculos reales, pero al mismo tiempo vulnerables, mortales y prescindibles… como bien indica el título en inglés. Así pues, ‘Los mercenarios 2’ tiene todo lo que se le puede pedir a una cinta como esta: acción física rodada a la antigua usanza sin artimañas que disimulen a los actores, efectos especiales adaptados a los tiempos que corren, grandes dosis de violencia, y mucho humor y chistes auto referenciales. En definitiva, un hermoso tributo a una época en la que el cine de acción era mejor que el de nuestros días.

Por otro lado, parece claro que los tiempos han cambiado, quizás demasiado, y que las preferencias de las nuevas generaciones de espectadores son bien distintas a las del público de hace más de dos décadas. La era de la digitalización, los nuevos modos y formas de filmación, las exitosas e innumerables adaptaciones del mundo de la viñeta, la triunfal moda de los remakes y los reboots y, en general, el cine moderno, será difícilmente desbancado por un puñado de viejas glorias ochenteras. Todos ellos hombres reales de acción real con logros reales y músculos reales, pero que ya no mueven las masas como hace dos décadas ni logran captar el interés del nuevo público. No olvidemos que ya estamos en el siglo XXI y no en 1992, época en la que esta película hubiera roto moldes y destrozado las taquillas del mundo entero. Los tiempos cambian…

En resumidas cuentas.
Termino esta crítica de Los Mercenarios 2, un film imprescindible del género de acción que, independientemente del éxito comercial del mismo, ya ha pasado indudablemente a la historia como una de las mayores machadas jamás filmadas. Imperdonable perdérsela, sobre todo si alguna vez ha disfrutado del género o de alguno de sus actores fetiche. Un verdadero caramelo incluso para ese espectador propenso a sacar punta a este tipo de cine. Un film lleno de magia y nostalgia que se sustenta sobre los sueños de niñez de muchos de nosotros incluso en nuestra madurez. Un sincero y leal homenaje a una década en la que el cine era mucho mejor que el actual.

Tráiler de Los Mercenarios 2

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