Thor: Love and Thunder
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Basada en ‘El carnicero de dioses’, la respetada y oscura etapa de Jason Aaron al frente de las grapas del hijo de Odín, nos llega esta nueva película del MCU. Una cinta que supone la cuarta entrega de las aventuras en solitario del Dios del Trueno. ¿Qué podemos esperar de este reencuentro con “el héroe de mil batallas por la justicia”? La respuesta ya mismo en ‘Thor: Love and Thunder’.

“Juro una cosa… ¡todos los dioses morirán!” (Gorr)

Crítica de Thor: Love and Thunder

Recuerdo lo que expuse cuando escribí la review de Thor: Ragnarok (Taika Waititi, 2017). Pues bien, todo lo que comenté allí podría valer para ‘Thor: Love and Thunder’. Me bastaría con copiar y pegar la reseña cambiando algunas palabras por otras y ya tendría el trabajo hecho. Y esto es así porque aquí estamos ante el mismo carnaval que la otra vez. Evidentemente no vale quejarse sabiendo quién es el director y de qué pie cojea. Pero todo tiene un límite… y llega un momento en el que hay que decir basta a un “cineasta” como Taika Waititi. Un tipo que se cree una especie de James Gunn versión light. Hoy soy yo el que se ha cansado… mañana será el público quien se terminará hartando de sus gracietas y películas. Mientras tanto, seguirá haciendo dinero gracias a barrer el suelo con todo personaje que caiga en sus manos.

Taika Waititi es un individuo que se toma todo lo que hay en la vida a cachondeo. Y esto es algo que se refleja en sus películas y guiones. En ‘Love and Thunder’ repite su disparatado sentido del humor y nadie se libra de la parodia y la burla. Algunos ejemplos de esto son: los primeros planos de Hemsworth buscando el gif y el meme de forma descarada e incluso parodiando el split de JCVD, los martillos de Thor (Mjolnir y Destructor de Tormentas) celándose el uno del otro, las “cabras” gigantes emitiendo grotescos e irritantes berridos, la banda sonora mezclando chocantemente canciones de ABBA con temas de Guns N’ Roses, Bao apareciendo sentado entre los dioses, el Zeus de Russell Crowe representado como un meme burlesco… y así podría seguir con el festival de lo absurdo que es ‘Love and Thunder’.

Expuesto lo anterior, queda claro que el respeto al personaje y a su épica mitología brilla por su ausencia. Ya no es que este respeto sea 0… es que está en números negativos. La faena se remata incluyendo la obligatoria cuota de diversidad y haciendo que los personajes deambulen de aquí para allá con poco sentido. Y eso por no hablar de las graves incoherencias del guión. Un libreto que, por ejemplo, presenta a la espada de Gorr como mortal de necesidad hasta para los dioses y, sin embargo, luego vemos a un personaje ser atravesado por la misma y recuperarse como si nada después de pasar unos días en el hospital ¡!¿? Esto tan sólo es una muestra que da para pensar que ni Taika Waititi ni Jennifer Kaytin Robinson se han tomado la molestia de releer el libreto una vez escrito.

En medio de toda esta gran bufonada se intentan colar dos historias dramáticas, pero tan sólo una de ellas funciona. La primera es la trama de Jane Foster (su nombre también da para un par de chistes) y el cáncer que tiene en una fase muy avanzada. Y la segunda es la de Gorr. La trama de Jane funciona cuando la vemos sufrir sola… pero cuando está con Thor, convertida en “La poderosa Thor”, abraza también el esperpento llegando a competir con el asgardiano por ver quién inventa la frase más “cool”. En cambio, la narración que sigue a Gorr no experimenta cambios. La misma es dura, dramática y hasta terrorífica. Bien podemos decir que “el matador de dioses” está en “otra película” al margen de ‘Love and Thunder’. Y una película de las buenas, todo sea dicho.

Respecto a las escenas de acción y efectos especiales hay que decir que el film cumple como toda producción Marvel que se precie. Hablamos de una inversión de entre 185 y 200 millones de $. Lógicamente, tanto dinero se tiene que sentir en pantalla con una gran variedad de escenarios, efectos visuales, diferentes armas y combates. Centrándome en las peleas destacar la irrupción de Natalie Portman martillo en mano… por lo demás, nada de lo visto aquí supera, y ni tan siquiera iguala, a otras producciones del MCU. Por último me llamó la atención parte del clímax, puesto que parece que se les hubiera ido la mano en la sala de edición cortando algún minuto o alguna secuencia.

“¡Convocad al Bifrost!”. El gran carnaval.

Lógicamente las interpretaciones van en el mismo sentido que el film: disparatadas y bufonescas. El Thor de Chris Hemsworth sólo está aquí para las risas, los primeros planos de gifs y poco más. Nada hay del imponente “Dios del Trueno” de los cómics. En su lugar, Hemsworth parece un comediante disfrazado que va soltando chistes, chulerías y ocurrencias según toque. Por su parte, Natalie Portman intenta aplicar algo de drama al asunto en su retorno como una Jane Foster enferma de cáncer. Sin embargo, el tono esperpéntico de la propuesta impide que sintamos nada por ella. Para colmo, las escenas de su pasada relación sentimental con Thor parecen sacadas de una mediocre sitcom. Cuando cambia a “La poderosa Thor” (que no Lady Thor) nos ofrece alguna buena escena, pero queda tapada por las bromas y chanzas del hijo de Odín.

El villano de la función va para Christian Bale. El galés es lo más destacado de la propuesta y con mucha diferencia. De hecho, la labor de Bale es excelsa con un villano (Gorr, el carnicero de dioses) que responde a los patrones clásicos de la venganza. El actor logra una performance muy equilibrada y, de alguna manera, consigue que sintamos en su causa cierta “justicia”. Una “justicia” provocada por un acertado reflejo de la infinita soberbia de unos dioses acabados y olvidados. De hecho, esta visión de los dioses vendría a ser lo único salvable del libreto. La escena inicial y final de Bale valen por toda la película. Una pena que el film no siguiera por esa línea en vez de abrazar el carnaval.

Del resto del casting la que tiene más importancia es Tessa Thompson a la que se ve muy cómoda en su rol de “Rey” de Nueva Asgard. Digo “Rey” porque su personaje de Valquiria abraza abiertamente la homosexualidad y se cuelga el título de “Rey” y no de “Reina”. Dejando este dato al margen, la labor de Tessa es bastante correcta y siempre queda bien delante de la cámara. Y esto es algo que no se puede decir del resto del cast por unos u otros motivos. Por ejemplo, lo de Russell Crowe como Zeus es mejor olvidarlo lo antes posible porque, como expuse antes, es un meme andante con ramalazos sátiros, autoritarios y amanerados.

Al respecto de la plantilla de Los Guardianes de la Galaxia simplemente salen en los primeros minutos y no da tiempo para decir nada de ellos. Lo mismo sucede con el regreso de Jaimie Alexander como Lady Sif que es un visto y no visto… Y de Taika Waititi poniendo voz a Korg es absurdo comentar nada… Ya por último creo que es obligado destacar que estamos ante una versión cuyo metraje para cines ha sido recortado. Comento esto porque actores del nivel de Jeff Goldblum, Peter Dinklage y Lena Headey vieron su participación en la película eliminada del montaje final. Esto les trajo diferentes problemas e inconvenientes personales, especialmente a la actriz.

“Los dioses te usarán… pero no te ayudarán” (Gorr)

En conclusión.
Termino esta crítica de Thor: Love and Thunder, sin ninguna duda la peor película de las cuatro fases del MCU y una de las peores de Marvel Studios a nivel global. Aquí no se trata de entender ni de sentir nada… se trata de no tomárselo todo a cachondeo y pretender que el fan clásico del personaje aplauda con las orejas. Eso sí, los que busquen una comedia disparatada para aliviar el calor estival están ante su película. Por mi parte, me olvidaré de este film y esperaré a que suba el nivel en las próximas propuestas superheróicas de Marvel.

AVISO: Hay dos escenas postcréditos.

Tráiler de Thor: Love and Thunder

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