Pacific Rim: Insurrección
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Con algunos años de retraso llegó la secuela de uno de los films más populares de Guillermo del Toro. Al frente de ella todo un director en ciernes como Steven DeKnight capitaneando el barco. La pregunta es: ¿Cumplirá todas las expectativas de los fans de la primera?… Pónganse cómodos porque hoy presenciamos la resurrección de los Kaiju en… ‘Pacific Rim: Insurrección’.

Crítica de Pacific Rim: Insurrección

Cuando en 2013 se estrenóPacific Rim’, las posibilidades de una secuela eran muy pocas. El film a duras penas consiguió recaudar de manera internacional 411 millones de dólares por los casi 200 de coste. Además, finalizaba el contrato entre Legendary con Warner Bros. y surgía su nueva asociación con Universal. Esta última, a diferencia de la Warner, tenía más a Legendary como una co-productora no independiente que como un casi-socio, que es lo que era con Warner. Por otro lado, Guillermo del Toro abandonó la dirección del proyecto casi al mismo tiempo de la firma del referido contrato.

Sin embargo, el poder popular suele pesar… Y aquí se hizo notar en las ventas de la película en formato doméstico y el creciente fanbase hacia el film original. Por ello, e incluso después que Universal firmase su alianza con Legendary, Guillermo del Toro llegó a presentar dos guiones para dos posibles secuelas. No me sorprendería que parte del libreto de la segunda parte pensada por el realizador mexicano acabara en el script de esta continuación.

Como consecuencia de lo anterior, la secuela de ‘Pacific Rim’ se reactivó y se eligió como director a Steven S. DeKnight, un realizador enteramente curtido en la televisión y con un currículo como showrunner bastante sólido. Destacar que DeKnight se ocupó de la primera temporada de ‘Daredevil’ y fue co-creador de ‘Spartacus’. También fue parte de la escuela de Joss Whedon y eso se nota en ‘Insurrección’.

Sin más vueltas, ‘Pacific Rim: Insurrección’ es una entretenida segunda parte. Estamos ante una cinta que funciona gracias a su trío protagonista formado por John Boyega, Scott Eastwood y Caliee Spaeny. También destaca por sus homenajes al género del Kaiju-Eiga y su más que loable sentido de la espectacularidad. Todo esto sirve para tapar, en mayor medida, ciertos defectos como su montaje algo caótico.

DeKnight cumple los trámites mínimos para logar una secuela amena y bastante disfrutable. En este sentido, es hora de asumir que la primera entrega fue recibida a lo grande exclusivamente por el poderío visual de Guillermo del Toro. Sin embargo, y en el fondo, no dejaba de ser un producto de entretenimiento con ciertos problemas. De hecho, DeKnight salva uno de los defectos que tenía el primer film: aquel sentido rítmico un tanto descompasado que aquí lo sustituye por un ritmo bastante trepidante, pero que deja una sensación de que faltan ciertas secuencias para determinados personajes. Ahora bien, el director no hace esperar al público para disfrutar con su primera set-piece: la aparición de Obsidian Fury que resulta espectacular.

Como expuse antes, DeKnight también sabe sacar bastante jugo al trío protagonista: John Boyega como personaje principal es más carismático y mucho mejor planteado que Charlie Hunnam. Su Jake Pentecost resulta “implementado” de mejor manera que el Raeligh de Hunnam. Además resalta su química con Scott Eastwood y Cailee Spaeny que refuerza bastante la cinta. Recordemos que esto era otro de los problemas de la primera entrega: un trío protagonista donde sólo dos de sus personajes principales tenían una backstory más emocional que el protagonista. Al citar a Caliee Spaeny tengo que resaltar que este es su debut en cines y su personaje eleva los momentos de humor y sus escenas con Boyega.

Por otro lado, mencionar también a los personajes de Charlie Day y Burn Gorman, quienes vuelven en su roles del primer film (los doctores Newt y Hermann). Ambos protagonizan, posiblemente, uno de los momentos sorpresa de esta secuela. De Rinko Kikuchi, cabe decir que, pese a su poco tiempo en pantalla, consigue hacer loable a Mako Mori, también de regreso de ‘Pacific Rim’.

Junto con su problema de ritmo, también es bien cierto que se puede echar en falta el sentido del diseño de Guillermo del Toro en cuanto a su imaginería visual, y su diseño de criaturas y escenarios. No obstante, en estos aspectos, DeKnight se ha fijado bastante en algunas películas del género. Especialmente ha bebido del cine de monstruos japonés. Así pues, y en general, consigue diseños muy competentes en los Kaijus. ¡Incluso se digna a ofrecer una batalla en Tokio al más puro estilo del cine clásico del género!

También hay que confesar que los efectos son bastante buenos y no se echa de menos a ILM. No sucede lo mismo con Ramin Djawadi, compositor del primer film. Aunque lo sustituye un cumplidor Lorne Balfe, lo cierto es que Djawadi supo crear una banda sonora más memorable para la primera película.

En conclusión.
Finalizo esta crítica de Pacific Rim: Insurrección, una secuela cumplidora en muchos de sus matices e incluso superior en algunos a su primera parte. En general no nos podemos quejar mucho de este film que entrega un espectáculo que cumple bien con el disfrute mínimo exigible.

Tráiler de Pacific Rim: Insurrección

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