Malavita
Comparte con tus amigos










Enviar

Luc Besson, uno de los grandes responsables de que el cine francés pueda competir con el americano en cuanto a blockbusters de acción y cine de evasión masiva, se puso tras las cámaras para firmar, según sus propias palabras: «Un homenaje a las pelis de gangsters con las que crecí». Para ello, nada mejor que situar delante del “gran angular” a uno de los emblemas por excelencia del género: Robert De Niro. Todo esto dando pie a un ejercicio de metacine que fusiona al mito con el actor. El resultado es…‘Malavita’.

“Al Capone decía: pedir algo con educación con una pistola en la mano, siempre será mejor que pedirlo solamente con educación” (Giovanni Manzoni)

Crítica de Malavita

Dos instituciones del cine como Luc Besson y Robert De Niro se unieron por primera vez para llevar a cabo ‘Malavita’. En esta película ambos deciden rendir un homenaje y, al mismo tiempo, entregar al gran público una sátira sobre los films de mafiosos. Un tipo de cine que tanto admira el primero, y a los que, en gran parte, debe su fama el segundo. El resultado final dista de ser grandioso, pero sí que es muy entretenido y altamente delirante. Además de contener algunos de los instantes de cine dentro del cine más hilarantes que se recuerdan en años.

‘Malavita’ está plagada de momentos y coloquios como el que tiene lugar sobre el film ‘Uno de los nuestros(Martin Scorsese, 1990). Y todos estos instantes se engrandecen gracias a la moderada interpretación de «Bob» De Niro, que opta esta vez por ponerse serio. Y eso a pesar de que su personaje se acaba metiendo en situaciones realmente surrealistas debido, sobre todo, a su apego por solucionar problemas del hogar bajo el código de la mafia que sigue corriendo por su sangre.

Junto al cabeza de familia, encontramos también a la siempre magistral Michelle Pfeiffer, que está llevando su vejez con dignidad y cierto brillo. En ‘Malavita’ vuelve a colaborar en un film con De Niro después de ‘Stardust’ (Matthew Vaughn, 2007). Pfeiffer da vida a Maggie, la esposa de Fred/Giovanni. Digamos que ella no está terminando de aclimatarse a la vida fuera de Estados Unidos y tendrá sus más y sus menos con el tendero del pueblo y hasta con el sacerdote de la Iglesia más cercana.

Además, los Manzoni/Blake tienen dos descendientes. La hija se llama Bella y es interpretada por Dianna Agron encarnando a una jovencita de mecha corta. Una chica que no se anda con chiquitas a la hora de usar la fuerza física para defender lo suyo. El hijo se llama Warren y lo interpreta John D´Leo. Este chaval retrata a un adolescente en ciernes que idolatra la vida de la mafia y al gánster que su padre fue. Ojo a como intenta utilizar la palabra “joder” para expresar una amplia gama de emociones y estados de ánimo del mismo modo que lo hace su padre. Estamos ante uno de los chistes recurrentes del film.

El último actor de reconocido prestigio que se pasea por este film es un impasible Tommy Lee Jones que, con su impertérrito rostro, se basta y se sobra para dar vida a Robert Stanfield, el amargado agente encargado de la seguridad de los Manzini. Atención a las escenas de Lee Jones junto a De Niro porque ¡son oro puro! Especialmente destacada es aquella en la que Stanfield lee la autobiografía de Giovanni, en la cual no sale muy bien parado… o la cara de Stanfield al ver como Manzoni se desmelena en el coloquio sobre ‘Uno de los nuestros’, lo que lleva a Stanfield a acabar apostillando más o menos la siguiente frase a sus subalternos: “Recogedlo todo, nos vamos. El muy cabrón se ha desmelenado”.

En cuanto a la dirección de Besson comentar que estamos ante un tipo de film alejado de lo que el francés suele dirigir, pero no tanto de lo que suele producir y/o escribir. El tono de ‘Malavita’ es demasiado cómico para su estilo. Por ello, Besson no termina de estar al nivel de sus mejores obras y no duda en meter acción gratuita en un film que seguramente no la necesitaba. Pero claro, el director se debe a su público y a su fama. Así es como abre el film con una escena contundente y lo cierra del mismo modo: con un clímax de tiros y explosiones de estilo cómic.

Entre medias, Besson deja el peso del film en manos de un excelso De Niro y una deliciosamente desequilibrada Pfeiffer. Ambos llevan sobre sus hombros la cinta a buen puerto. Clara muestra de ello es el bajón de calidad del film cuando se centra en los hijos del matrimonio. Me refiero a dos sub-tramas que no tienen la chispa que sí poseen las que se centran en Fred & Maggie, las cuales dan pie a escenas geniales como la de Giovanni solucionando un intercambio de opiniones con el fontanero, o la de Maggie conquistando el estómago de dos de los polis destinados a vigilarles, como buena mamma italiana.

“Soy escritor. Escribo sobre novelas, novelas de guerra” (Giovanni Manzoni)

En resumidas cuentas. 
Finalizo esta crítica de Malavita, una cinta que seguro gustará a los fans de films como ‘Los Intocables’, ‘Uno de los nuestros’ o ‘Casino’ y, sobre todo, a los más fieles seguidores de Robert De Niro, rey indiscutible del evento. Una gran broma cinematográfica hecha a la medida de un entonado Bob. No es un gran largometraje, pero sí que cumple en cuanto a entretenimiento y ejemplo de metacine y guiño público al mito del gánster italiano.

Tráiler de Malavita

Escucha nuestro podcast