La carretera (The Road)
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‘La carretera (The Road)’ fue una de las películas más esperadas de 2010. La película se basa en la novela de Cormac McCarthy y la protagonizan Viggo Mortensen y Kodi Smit-McPhee. Bienvenidos a un mundo el que todo se ha perdido, incluso lo que nos diferencia a humanos de animales. Sobrevivir es la clave… y a cualquier precio.

La trama: El flash.
No se sabe cómo fue… pero el mundo se enfrentó a su apocalipsis hará unos 10 años. Nadie sabe a ciencia cierta si fue una bomba nuclear, una implosión o el choque del planeta con alguna entidad cósmica. Sólo se sabe que un día hubo una gran llamarada luminosa y luego todo desapareció. Los bosques dejaron de ser lo que eran convirtiéndose en un amasijo de fauna seca y sin apenas vida. Los edificios acabaron medio derruidos. Muchos lagos se secaron y otros se vieron desbordados arrasando con todo a su paso. Millones de personas fallecieron (directa o indirectamente) por estos fenómenos. Tan sólo unos pocos quedaron con vida para seguir luchando día a día no sólo por no perecer, sino por conservar su cordura y un ápice de su humanidad.

En este contexto, un padre y un chico (no se dan nombres, son simplemente el padre y el chico) inician un camino hacia el sur. Ambos piensan que allí puede haber algo para mal vivir un poco mejor. Tras tal cataclismo, son «el uno para el otro, todo cuanto tienen en el mundo» como el propio McCarthy los describe en su novela. Padre e hijo empujan un carro que antaño se usó para comprar en un supermercado. Ahora llevan en el mismo todas sus pertenencias más indispensables. En un mundo así lo que se conoce como indispensable pasa por mantas, abrigos, plásticos, colchones y poco más. En su viaje hacia el sur intentarán seguir una carretera que antaño sirvió como sistema de autopistas norteamericano. Además deberán ocultarse donde puedan porque en un mundo sin ley no hay esperanza, salvo la que un hijo tiene en su padre.

Crítica de La carretera (The Road)

Film impecable en todos sus aspectos. Pero vayamos por partes. Para empezar, y es lo primero que nos hará tomar conciencia de lo grande que es esta película, decir lo maravillosa que es la banda sonora: desprende melancolía por doquier y acompaña a las fatídicas imágenes estupendamente. Imagen y sonido se convierten en un todo para mostrarnos el día a día del padre y del hijo y, sobre todo, para hacernos vivir los recuerdos del padre. Recuerdos de cuando eran buenos tiempos. De cuando su preciosa mujer (interpretada brevemente por Charlize Theron) y él tenían salud y vivían como seres humanos… y no mal viviendo como alimañas, siempre sucios y temerosos de morir de frío, tuberculosis o devorados por otros hombres (si es que se puede llamar así a una persona cuando pierde su humanidad).

Y es que los flashbacks juegan un importante papel en la película. No es que sean continuos, pero el hecho de empezar la misma en el mundo desolado y poder ver hacia atrás qué ocurrió y cómo era todo en la vida del padre nos consigue sumergir más en la trama, puesto que su vida y personalidad son más misteriosas. Fórmula que se puso de moda gracias a la serie ‘Perdidos’ y que también fue usada en una cinta reciente de temática parecida,Soy leyenda(Francis Lawrence, 2007).

Hablando de ‘Soy leyenda’, habrá quien las compare metiéndotelas en el mismo saco. Para nada, son dos films completamente opuestos. No menosprecio a ninguna, pero está claro que ‘The Road’ está a otro nivel. Es todo lo que ‘Soy leyenda’ hubiera deseado y no fue. Esto nos vuelve a demostrar que millones no es igual a éxito. El paupérrimo presupuesto de ‘The Road’ da mucho de sí gracias a sus interpretaciones, a la magistral dirección de John Hillcoat y a la negación de usar CGI (salvo en contadas ocasiones). En pantalla tenemos el realismo personificado. Así pues, decisión totalmente acertada el haber rodado a la vieja usanza. Para conseguir una ambientación tan realista y desoladora se localizó el rodaje en zonas realmente devastadas y destruidas por fenómenos de la naturaleza. Se obtuvo así en bandeja el tema de recrear el mundo tan desolador que nos ofrece la cinta.

Respecto al casting contamos con Viggo Mortensen y Kodi Smit-McPhee como el padre y el hijo. Ambos elevan su trabajo a la categoría de arte. Destaca la calidad que desprenden los dos, sobre todo Viggo Mortensen. Todo lo que ha hace Viggo suele tener un nivel muy alto, se involucra tanto con sus actuaciones que lo han consagrado como uno de los más reconocidos actores. Aquí, en su papel como padre, se cansa, enferma y llora amargamente. Se enfada, siente ira, tristeza, se da un chapuzón en un lago totalmente desnudo a una temperatura que mataría a un pingüino de frío… Viggo hace lo que haga falta al servicio de la película. Y es esa actitud de comprometerse y de querer hacer todo lo que esté en sus manos lo que otorga al film esa característica originalidad de la que os vengo hablando desde el inicio: el realismo.

Respecto a Kodi Smit-McPhee, al cual ficharon de casualidad tras hacer pruebas a muchísimos chicos, hay que decir que se compromete de igual modo que Mortensen. Ha sido un verdadero acierto contar con él. La relación Viggo-Kodi queda patente en todo momento, siendo una relación de padre-hijo digna de ver. En un mundo devastado donde lo has perdido todo nada importa salvo la familia. Sólo se tienen el uno al otro. Y ese es el motor que mueve el film: el amor del padre hacia su hijo. Un padre temeroso de que su hijo no pueda ni sepa cuidarse en un mundo tan peligroso el día que él falte. Es un poco la idea que impulsó a Cormac McCarthy a escribir su novela. A sus 77 años, y con un hijo de 10, estaba preocupado pensando en cómo saldría adelante el día que él faltase.

Tal y como pasa en la vida real, al final todo se reduce al amor por los nuestros. Al luchar contra viento y marea con tal de no perder nunca el rumbo de lo que nos hace humanos y nos distingue de los animales que sólo obran por instinto y no siempre sienten cariño hacia los suyos. Aquí no vamos a ver acción, ni persecuciones entre “buenos y malos”, ni siquiera un padre que se vaya cargando a todo el que se cruce en su camino con tal de proteger a su hijo. Al contrario, veremos un drama inolvidable con momentos de auténtica  ternura, tensión y desasosiego. ‘La carretera’ es mucho más de lo que uno puede esperar de una película.

Conclusiones.
Termino esta crítica de La carretera (The Road), un film imprescindible y que debe estar en tu lista de obligadas. Por encima de todo lo bueno que tiene esta película destacan y brillan con luz propia las ideas y los mensajes que desprende. ¿Mensajes en una película cuya trama se centra en sobrevivir? Pues de eso se trata pero cambiando la supervivencia por el legado. Nuestro legado, quererlo, cuidarlo y protegerlo. Estar dispuesto a todo por ello. Sacrificar incluso nuestra propia vida en beneficio de lo que más queremos. La cinta está plagada de momentos impagables que demuestran esto. Un haz de luz en medio de una oscuridad filmográfica general demasiado preocupante plagada por segundas (y terceras) partes, superhéroes, reboots y refritos. 

Tráiler de La carretera (The Road)

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